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Gestión a gritos

Aunque no seamos conscientes todos tenemos mecanismos para optimizar el procesamiento de la realidad, son estructuras simples, no siempre ciertas, pero que nos ahorran un tiempo importante a la hora de clasificar los inputs que nos van llegando. Estos procesos, además de ser personales, algunos de ellos se comparten a nivel social y permiten que un grupo de personas puedan estar de acuerdo de una forma eficiente y no tener eternos debates sobre la naturaleza de los ángeles.

De McJobs a UberJobs

Hay conceptos que en su momento causaron furor, y cuando digo furor digo indignación. Eran las épocas de que ser mileurista era ser sinónimo de pobretón y de explotación salarial y ahora no hace falta buscar demasiado para darse cuenta que a más de uno le gustaría ser uno de los que cobran mil euros al mes. Poco a poco parece ser que nos hemos cargado la clase media[1], y cuando digo hemos es porque todos hemos colaborado de forma activa o pasiva en el proceso.

Sin confianza no hay futuro

Emprender es duro, no se si todos somos conscientes de lo que implica después de leer las maravillas que se van contando por ahí. No es un camino de rosas, tienes unos plazos diabólicos, los equipos son pequeños y no tienes el soporte de una gran empresa, las tensiones financieras son el pan nuestro de cada día, y hay más trabajo que manos.

Listas, rankings y otros criterios de ordenación

No hace mucho me confesó un jurado de uno de esos tantos premios que pululan por internet que tenían un problema muy grave a la hora de premiar y seleccionar a los candidatos.

Dímelo en inglés

Dicen que las personas que hablan tres idiomas les llaman trilingües, a las que solamente hablan dos los denominan bilingües y a las que simplemente hablan uno se las etiqueta como españoles. Normalmente, en un país serio con personas serias, esto debería ser un motivo de preocupación porque de cada tres ofertas de trabajo en una te piden tener un idioma adicional, usualmente el inglés.

¿Te gusta mi plan?, mi business plan

Es cierto, cuando tienes una idea todos te piden un plan de negocio, un documento largo, denso y prolijo dónde han de constar cientos de explicaciones: Mercado potencial, plan de ventas, costes, crecimiento, financiación, recursos necesarios, y así podría seguir hasta llegar a las quinientas palabras.

¿Por qué vendes?

Hoy me he acordado de una amiga que es comercial y me ha dado por pensar. Todos somos conscientes de lo peligroso que es ejercitar las neuronas, y de esta reflexión está surgiendo el post que estoy escribiendo ahora. No nace como una respuesta, sino como una manera de volcar las ideas que me han ido apareciendo en la cabeza al respecto.