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Estaban todos menos tú

Estaban todos menos tú

por Jose Salgado
Marketing | Gestión de Empresas | 

Desconozco la historia detrás de esta canción de Joaquín Sabina pero cuando me sentaba a documentarme para escribir este post que ha comenzado a sonar en el fondo de mi cabeza de forma reiterativa hasta que he tenido que parar durante un momento para escucharla en la versión original y no la de mi tarareo desafinado.

Si os preguntáis el porqué esta canción os diré por esos eventos a los que te invitan de forma compulsiva por varias fuentes, desde las indirectas via Linkedin y su herramienta de mensajes, pasando por verlas en redes sociales y por último, amigos y conocidos que aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, te preguntan que si vas y aprovechamos el evento para ponerse al día.

Y esto es lo que me fascina, la cantidad enorme de eventos que no acabo de entender para que sirven. Y no me refiero a los que si se cuál es su objetivo final, ya sea vender un producto, una solución tecnológica o la membresía a un selecto club de emprendedores, inversores o lo que tengan a bien a juntar bajo un mismo techo… vamos, de esos lodos vienen patronales, sindicatos, foros, colegios profesionales y a algunos de ellos les va muy bien, que todo hay que decirlo y me da más envidia que rabia.

Los eventos que me suelen venir a la cabeza son los que no entiendo el objetivo, no se que explican, no se que quieren hacer juntando a toda esa gente y sobretodo, quién paga todo el chiringuito y finalmente, quién se beneficia de todo esto. Cuando empecé hace siglos, intentaba estar en todos los que pudiera para estar al día de lo que se cocía en el sector. Como es habitual, todos eran en horario de tarde/noche y era pasarse todo el día en el trabajo para acabar en un lugar que era lo más parecido a un lugar de trabajo.

Al cabo de dos te dabas cuenta que éramos los cuatro de siempre más un despistado que venía por orden de la superioridad o porque se había motivado como yo en su momento. La primera vez tenía su gracia, te presentabas, te conocías, con un par construías una relación y con otros te dabas cuenta que había venido a cumplir su cuota de ventas sin que el pudor pudiera ser considerado un obstáculo.

Ahora que ya tengo una edad y reparto mi tiempo libre con lo que realmente me importa, mis hijos, mi pareja y alguna afición de la juventud que me ha impulsado a volver a vestir ropa deportiva, ya no tengo ganas de beber combinados, usar jerga en inglés y extender mi horario más de lo necesario, sobretodo cuando el retorno de la inversión, en mi caso particular, no compensa. Dicho de otro modo, ya tengo una edad para usar como excusa unas conferencias para irme de copas.

Lo gracioso, es que recientemente me encontré -en mi horario laboral- y lo que surge es una mezcla de la canción de Sabina y una de Led Zeppelin “The song remain the Same”. No solo estaban todos menos tú -y alguna que otra baja- sino que encima, seguimos hablando de lo mismo, o como mínimo la estructura del discurso sigue siendo la misma lo que en vez de Web 2.0 el concepto es el Metaverso.

 

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