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Conocimiento y sabiduría

por Jose Salgado
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A veces me encuentro reflexionando, lo cual es un peligro porque una vez me pierdo en mis propios pensamientos el tiempo deja de trabajar y mi consciencia se retrae con el resultado que me puedo estar todo un día sentado dándole vueltas a ideas que me van surgiendo en la cabeza sin mantener la más mínima atención a mis necesidades como ser vivo o como ser social.

Ayer, en estos momentos que mi conciencia se desvincula de la realidad, me dio por pensar sobre las habilidades de las personas y las certificaciones que nos empeñamos en otorgar en función de unos conocimientos adquiridos. Si sabes los datos equis, y griega y zeta por definición deberías tener lo necesario para desempeñar la función por la que te expedimos el título.

No dudo que esta correlación sea cierta en algunas carreras con una gran base técnica y de procedimiento estándar, pero tengo mis dudas que estas premisas sean válidas para todas las artes, ciencias y derivados. Es más, creo que tampoco es un criterio de selección para diferenciar los que tienen datos implantados en su cabeza y los que saben trabajar los datos para ir un paso más allá y ser un referente en su sector, ya sea en un ámbito local, comarcal o mundial.

Sería como poner de ejemplo a los cocineros, todos más o menos sabemos como cocinar. Algunos van a la universidad o equivalente para estudiar más sobre como funciona este mundo y tener su título, pero lo que me doy cuenta es que los que destacan sobre el resto no siempre son los que tienen mejores conocimientos, sino los que aportan sabiduría y un algo extra a su profesión.

Todos podemos memorizarnos un texto, es cuestión de poner codos y horas, pero una gran enfermera, un buen psicólogo, no lo va a ser porque tenga todo matriculas, sino que más allá de tener esos datos que son vitales para su carrera, saben usarlos de modo tal que no solo siguen un procedimiento sino que además añaden un extra que los convierten en especiales.

Por mucho que nos emperremos, el título no hace al monje. Yo estudié psicología y a pesar de que se licencian unos cuantos al año, creo que no pasa del diez por ciento los que serán un psicólogos que tendrán un efecto útil en sus pacientes. Ese extra especial no se puede medir en test ni en exámenes, o como mínimo yo no tengo ni la más remota idea de como hacerlo.

Lo mismo pasa con los programadores, médicos, etc.. Hay un extra especial que los convierte en una persona importante para todos los que trabajan con ellos o que dependen de ellos. TU puedes seguir el libro al pie de la letra pero por motivos que se escapan a nuestra compresión, el impacto profesional que tendrán será limitado a un área.

Sed sinceros conmigo, os habéis encontrado con profesionales que haciendo exactamente lo mismo que otro, los resultados cambian de forma espectacular. Será el trato, la forma de hablar, como plantean el proyecto, como te apoyan, no tengo ni la más remota idea pero son personas que me gustaría tener siempre en mi equipo.

Con esto quiero decir que es importante tener conocimiento, acumular datos, pero es más importante no dejarse atrapar por ellos y ver que no todas las variables están contenidas en un libro, que hay que saber conectar datos que no parecen relacionados y que a veces, un simple cambio de perspectiva hace que todo mejore, que el mundo avance. Le pasa a la ciencia, le pasa a las personas, e incluso a mi mismo.

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