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Juez dredd

Cola de carpintero

por Jose Salgado
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Voy a ser honesto, me han dado una gominola de regaliz y tengo la barriga más alborotada que una cheerleader en un tiempo muerto. Tenía en mente escribir sobre una frase que escuché por esa manía mía de tener las orejas siempre encendidas pero ahora mismo estoy más preocupado por el concierto para bajo y trompeta de mi antro pilórico[1] y la clásica mosca sopesadora de ingles que le ha dado por pasear por el cristal de mis gafas.

Siguiendo con las circunstancias que ayudan a escribir, me he pedido un cortado y como no podía ser menos, me lo han servido a temperatura ambiente, si entendemos ambiente como la superficie de cualquier supergigante azul[2]. No se si esto de poner un brebaje con una energía en tránsito que cruza la frontera de un sistema termodinámico[3] y que es capaz de generar quemaduras no sólo de primer grado, sino matrícula de honor y mención Summa Cum Laude[4]. ¿Gana algo el bar con esto?, ¿tiene algún acuerdo con las empresas de pomadas?, ¿quizás tengan a alguien que ha de hacer prácticas de paramédico y necesita pacientes?

No creo que me den la respuesta, incluso preguntando con toda la cortesía de la que soy capaz -que reconozco que es poca- la respuesta más usual es una cifra, que normalmente suele ser el precio del cortado, y cuando no me dan un número me invitan a hacer turismo visitando lugares muy poco exóticos y relacionados con fin del ciclo de los alimentos en nuestro aparato digestivo.

Pero de lo que yo quería hablar era de las personas prácticas, gente que tiene claro que el camino más corto entre dos puntos es la línea recta, y no les expliques que hay una montaña por en medio porque la atraviesan a dentelladas, que no se están por tonterías.

Pensando en esta casuística y en como hacer unas buenas croquetas[5], que más allá de la bechamel y la carne, gran parte del truco está en el rebozado. He pensado que la gente práctica de verdad y no como yo que me ahogo en una gota de agua, buscaría soluciones reales.

Yo las cloquetas, croquetas, corquetas o como quiera la RAE que se han de llamar, las hago como puedo, con la lengua fuera, la camisa arremangada y rezando para que no me salgan grumos. A partir de aquí, harina, huevo y pan rallado, y si quiero extra crujiente, repetimos el proceso.

Los que croqueteamos, los que hacemos de masones reposteros y guardamos los secretos ancestrales sabemos que el rebozado es la clave. Fijaos si es clave que un tipo de 60 años con canas y de Kentuky[6] se ha hecho de oro rebozando algo tan soso como el pollo.

Normalmente, el rebozado es la parte que sale mal, ya sea por que el aceite no está a sus buenos 180 grados o porque nos hemos ahorrado la harina, o el huevo o el pan o incluso la masa de la croqueta -que la vida está muy achuchá y la gente ahorra donde puede.

Con tal de evitar fracasos, la gente proactiva y decidida seguro que usa cola de carpintero para rebozar. De este modo te aseguras que el pan se quede realmente pegado a la masa y que no se caiga en el proceso de fritura y además queden extraordinariamente crujientes.

Es posible que os preguntéis por la parte de la salud y la normativa de la unión europea sobre alimentación y complementos alimentarios. Ya os contesto yo: paparruchas, o las hacemos crujientes o las hacemos acorde con la normativa de la UE, además, ¿Que sabrá un eurodiputado polaco o inglés sobre el arte de la croqueta?, absolutamente nada y no podemos permitir que rompa tradiciones de centurias por quítame allá esas intoxicaciones gástricas.

Una vez asumimos estos principios de la practicidad, de la eficiencia, eficacia, del Lean[7] Startup, Lean Manufacturing o Lean y apreding, se nos plantean cientos de opciones: ¿ Que rebozamos con cola de carpintero?, no os precupeis, ahora zurzirémos con grapa, el bistec ya no lo haremos con la sartén sino con la plancha (si, la de planchar), ya no barreremos sino que le ataremos una escoba a los recién nacidos, y los mas valientes incluso usarán el papel higiénico por las dos caras.

Ahora que lo pienso, y aprovechando que la mezcla del café con el regaliz me está provocando unas leitmotiv de Wagner[8] con el consiguiente susto de la mosca que ha huido despavorida, se abre ante mi un mundo lleno de posibilidades. Y reconocer conmigo que la vida, no es vida sino nos ofrece un mundo lleno de exquisitas opciones.

[1] Una parte del estómago +

[2] Dicen que son el tipo de estrella más caliente del universo, pero fíate tu de un astrofísico +

[3] Te lo creas o no, eso es el calor +

[4] Que lo flipas de lo bien que lo hace, son cosas del latín +

[5] Iglesias, Ana. La croqueta perfecta. Deliciosas y cremosas croquetas de pollo. Food Morning

[6] El coronel Sanders y su pollo

[7] Si te cuesta dormir, no lo dudes, léetelo. +

[8] Wagner y sus cosas

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