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Gurus, seguidores y despistados
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Empezar con una foto de Adolfo tiene su riesgo, pero basándome en la Ley de Godwin, creo que es oportuno empezar fuerte y no perder el tiempo hasta alguien lo mente sin venir a cuento. Pero volviendo al tema, y retomando el post de Tu dices el mejor y yo te digo marketing, sigo encontrando fascinante el mundo de divismo y los gurus.

Recuerdo hace ya siglos cuando participe en una candidatura a unas elecciones a Hispalinux, por esa manía que tengo de ir contracorriente estaba en la candidatura que retaba a los que llevaban un tiempo al mando y estábamos convencidos de que podríamos aportar un aire nuevo y darle impulso a esto del Sofware Libre. Claro esta que no contábamos con el tema del divismo y la inutilidad de los medios a la hora de buscar representantes, con lo que los que ya tenían la fama -en lo de los méritos no vamos a entrar- copaban los medios del ramo y las listas de turno, y donde ellos nos llegaban estaban sus defensores, personas que no sabías de dónde salían y que estaban defendiendo porque en vez de rebatir nuestras propuestas, se dedicaban a machacarnos con argumentos peregrinos como que lo que decíamos no era posible. 

Realmente me hubiera encantado demostrarles los motivos sobre los que si pensabamos que era posible nuestro programa, pero no había manera, a los dos intercambios eras llamado o comunista o fascista. Era una de esas constantes del universo como Pi o el número áureo. Obviamente, y después de que unas más que sospechosa forma de realizar las elecciones perdimos de forma miserable y ellos ganaron de la misma forma, pero ganaron por mucha rabia que me pudiera dar en ese momento.

A día de hoy sigo viendo este mismo fenómeno, el que internet se haya popularizado y que más y más personas accedan a él no ha provocado una mayor transparencia, sino una mayor afluencia de personas que se definen como expertos y pelean con uñas y dientes por esos minutos de fama. Para conseguirlo no dudan en perseguirlos y adularlos hasta que por fin, se percatan de que existen, lo mencionan, y si juega bien sus cartas, quizás pueda gozar de ese momento de fama. De hecho, y no he visto sus conclusiones, es uno de los parámetros que influyen para que las personas te comenten. No se si Victor Campuzano lo habrá contemplado en sus conclusiones de su estudio, pero me apostaría el brazo del primero que comente es algo absolutamente cierto.

Pero hay que se consciente de que los gurus solo hablan con gurus. Como explicaban en un libro, en todas las charlas TED -y esto se puede extrapolar a casi todos los ámbitos- hay dos grupos, los que huyen de la gente y los que persiguen a los que dan las charlas. Los primeros solo hablan entre ellos, y los segundos se emocionan con frases más digna de una fan de quince años que de unas personas ya creciditas: me ha mirado, eso lo dice por mi, y esas cosas a los que algunos padres ya están acostumbrados.

Así que están los famosos, estancados en esa posición gracias a los medios y porque hace siglos quizás hicieran algo interesante, y por esa misma exposición son el ingrediente fundamental para todos los saraos, y su afirmaciones se convierten en palabra de Dios gracia a esas hordas de fans que repiten como loros lo que el experto ha dicho, esperando que algún día les mencionen.

Pero no hay que desesperar, realmente hay gurus, entendiendo como guru a personas que realmente son expertos en un area concreta, gente que ha trabajado y trabaja gracias a sus resultados y sus clientes y no a hacer presentaciones robando conceptos de otros, retorciendo datos para que sus propias creencias sean ciertas, y luego escriben un libro y nos lo cobran como si fueran Cervantes o Chespir -si, este es el nivel de inglés-. ¿Economía colaborativa?, si, todos colaboramos para pagar la entrada a sus conferencias, pagamos por su libro, y el cobra, si eso no es colaborar que venga Dios y lo vea. 

Pero me estoy extendiendo, el resumen es que no te creas a nadie que dice ser un guru, y menos todavía a los que salen en los medios de comunicación. Mira lo que han hecho, analiza lo que dicen, comprueba que es cierto, y a partir de aquí, tu mismo crea tu escala de gurubilidad y colócalo donde creas que se merece.

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