¿Realmente sabes en lo que eres bueno?
por Jose SalgadoDicen, y yo mismo me encuentro entre ellos, que vamos a una sociedad de emprendedores. Quizás lo yo diga con un poco más de crueldad y afirme que vamos a una sociedad de autónomos que va de contrato en contrato y que le pague por lo que realmente destaca y es bueno haciendo. Creo que es una realidad que va a afectar a cada vez más puestos de cierto nivel y que hemos de promocionar lo que dicen que es el YO S.A. Descubriendo nuestra potencialidades y lo que nos diferencia del resto, tal y como afirma Neus Arqués, Andrés Pérez, Guillem Recolons y tantos otros.
El problema que tengo yo con esto de descubrir en lo que realmente somos válidos no es una ciencia exacta y la peor persona para detectarlo solemos ser nosotros. Confundimos lo que nos gusta con lo que sabemos hacer, nos dejamos aconsejar por personas que prefieren que sigamos desarrollando habilidades en vez de explotar las que son innatas, y al final suele ocurrir lo de siempre, que todos acabamos en marketing intentando demostrar que somos buenos, cuando en realidad la mayoría de nosotros somos unos necios que no tenemos el más mínimo talento -me incluyo para que no herir susceptibilidades-
Es que suele pasar, cuando hay una moda o surge una tecnología nueva, surgen hordas de personas que dicen que son expertos, y están tan seguro de ellos que no dudan en ponerlo en su perfil en Linkedin: experto en esto, growth hacker de lo otro, guru multimedia, y la verdad es que miras su perfil y notas una vocecilla en la parte de atrás de tu cabeza que más que susurrarte te grita como una desesperada: este perfil es un fraude. Lo más hilarante de estas personas es que no se han leído ni lo básico, ni a Marx -Grouxo Marx para los amigos- que siempre afirmó que era mejor parecer tonto que hablar y demostrarlo.
¿Y que podemos hacer nosotros, o tu si estás intrigado?, Obviamos que no tenemos ni la más remota idea de quienes somos y empezamos a inflar nuestros perfiles, a decir paridas en todas las redes sociales, a fusilar contenidos de terceros y apuntarse a todas las conferencias esperando que algún día nos den la oportunidad de hablar y demostrar que somos realmente tontos. Ojo, que si llegas a este punto te vas a fascinar porque nadie se va a dar cuenta de que eres un fraude y puede que te aplauda e incluso te inviten a unos M&Ms de color marrón.
Pero asumo que todos queremos ser honestos, al menos con nosotros mismos y poder dormir por las noches a pierna suelta con la conciencia tranquila. ¿Por donde empezamos?, yo realmente soy un ejemplo vivo de en casa de herrero cuchara de palo, soy capaz de detectar las potencialidades en otras personas pero un incompetente a la hora de ser consciente de mis habilidades, y así me ha ido cuando voy a las entrevistas de trabajo, que era incapaz de venderme como Dios manda y me pasaban por delante candidatos con mejor capacidad comercial de su YO S.L.
En todo caso, si tienes un buen músculo financiero y eres menos proactivo que la chaqueta de un guardia te recomendaría -con todo el dolor de mi alma- que recurrieras a un coach para que ayudara a definirte, y a partir de ahí, buscar las anclas que fijan tus aptitudes y capacidades profesionales. Si eres como yo que tiene una cuenta corriente comunista -por los números rojos- no es la mejor opción, así que vas a tener que seguir ciertos pasos:
- Que es lo que te gusta hacer.
- De lo que te gusta hacer, cual de esas aficiones es convertible en profesión.
- Sobre qué temas en concreto te piden consejo tus amigos.
- Que temas son en los que inviertes más tiempo para aprender.
- En que área tus consejos han sido realmente útiles y has provocado un cambio.
Y hay muchos más variables si entramos muy al detalle, pero esto serían los cinco puntos básicos que deberías de tener en cuenta. Lo gracioso es que si me lo aplico a mi mismo la respuesta sería convertirme en cocinero, me gusta cocinar, pero también me gustan las matemáticas, la filosofía, escribir, las personas -no la sociedad-, la frontera entre ciencia y metafísica. En resumen, que parece que tengo muchas aficiones y pocas de ellas son remuneradas, pero como yo me conozco, se que hay una pauta en común en todo esto, y es la necesidad de entender y comprender las cosas para mejorar las vidas de las personas. El problema que tengo con mi conclusión es que no tengo yo muy claro como monetizar eso, pero este es mi problema, el vuestro será ver si vuestras habilidades tienen mercado.
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