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The Nice Guys

Sensación de control

por Jose Salgado
Dirección, RRHH | Gestión de Empresas | 

BI, Big Data, KPI, siglas que esconden datos forman parte de la tela que da forma al vestido que nos hace sentir como el emperador, todos saben que no tenemos ni idea de lo que está pasando pero nosotros, con el traje último modelo, miramos el número mágico que sale en el monitor y sonreímos, llenos de autoconfianza, y susurramos: menos mal que estoy aquí para que los planes salgan bien.

La triste realidad es que en pocas ocasiones tenemos el control de lo que está sucediendo o va a suceder, de lo único que podemos estar seguros de dominar es el mensaje que lanzamos al exterior: la mejora de productividad es gracias a tus reformas, el incremento de ventas es gracias a la campaña de marketing, y así con casi cualquier acción que ocurre en nuestras vidas.

En la vida hay tantos factores y que se relacionan entre ellos de formas tan diversas que han creado una rama de la física para explicarlo y otra rama de la medicina para medicarlo, por no entrar en los cientos de conferencias y expertos que viven a base de explicar lo que no saben hacer a gracias a que lo que si que saben hacer es venderse mejor que otro.

Es posible que no os guste esta realidad, que hay temas en los que si vuestra influencia es importante y no lo puedo negar, hay contextos muy definidos y cerrados a influencias externas que es probable que se vean afectados por la calidad de una persona. No obstante, y me reafirmo, es como hablamos de entrenadores y jugadores, depende que equipo tengas es básicamente imposible ganar un campeonato por my bueno que seas, por el conocimiento del juego o por la capacidad de motivación. Cuando tus competidores son mejores, el árbitro está comprado y siempre juegas en campo contrario vas a perder de forma inmisericorde o con suerte, ganarás algún partido.

Por no caer en los tópicos deportivos, podemos hablar de la economía. Ahora mismo decimos que España crece y el responsable de turno se pone medallas hasta que se le parte el espinazo del peso, pero no reconoce la influencia que ha tenido Europa al dejarnos financiar, de la bajada de precios, de la devaluación y de tantos factores que han sido la base para esta reactivación de la economía.

Además, si dejáramos de lado el concepto de los millones de variables que pueden afectar a nuestro día a día, queda por estudiar como planteamos nuestra recogida de información. Tenemos que ser muy conscientes de que un dato no es un número neutro sino que se recoge y se analiza con un objetivo concreto, y que es lo que quedemos medir.

Como una especie de profecía autocumplida, asumimos que los datos que estamos recolectando pueden correlacionar con la información que queremos procesar y no siempre ocurre este paradigma, además de olvidar que la correlación implica relación y no causalidad.

Más de una vez nos fiamos de unos datos para tomar decisiones cuando en realidad, son las estos los que provocan las mismas cayendo en la paradoja de que en realidad no decidimos, sino que nos deciden. No es fácil ser consciente de estas paradojas y quedar preso siempre de una hoja de cálculo.

Por esto es importante aceptar que no tenemos el control, que a lo más que podemos aspirar es a dar pequeños cambios confiando que la experiencia y la intuición ayude a mejorar nuestra productividad. Salir de nuestra zona de confort, habitualmente gélida y solitaria, y mezclarnos con nuestro equipo para cotejar los datos que nos llegan con la percepción de la realidad que ellos tienen.

Me acuerdo ahora de la manía de muchos psicólogos de crucificarte a test cuando reciben a un paciente nuevo, muchos de estos profesionales han hecho carrera y han destrozado vidas basándose en las respuestas del 16PF, MMPI y otros tantos. En vez de sentarse y escuchar, daban un listado de preguntas y basaban todo si diagnóstico en la clasificación de preguntas. Es verdad que los pacientes mienten, pero no es menos cierto que los test no son la respuesta final sino una orientación y un buen profesional hará uso de las dos herramientas para ayudar a sus pacientes.

No nos volvamos todos psicólogos de pacotilla, usemos los datos pero sumerjámonos en la realidad para tener la experiencia completa de lo que está ocurriendo, y con esta información tomar la mejor decisión -y si el presupuesto lo permite, mejorar la toma de datos-

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