Demasiados gallos para tan pocas gallinas
por Jose SalgadoUna de las profesiones que más me fascinan es la de tertuliano, es un monumento a la frase de mejor permanecer callado y parecer idiota que hablar y demostrarlo. Pero es algo natural en el ser humano, creemos que todo lo que no hacemos nosotros mismos es fácil por definición, cámbiame la tipografía de este diseño, o altera el proceso para que pueda ver que pasa, hazme un copy que total son dos frases o directamente ponme esto en la web que total son dos cositas de nada.
Pero esto es algo con lo que lidiamos todos, profesionales, futbolistas y políticos, cualquier persona que habita en el mundo sería capaz de hacer nuestro trabajo mucho mejor y encima más barato, porque para lo que cobran ya les vale. Podemos indignarnos o implantar una nueva cruzada contra la estupidez, lo cual no deja de ser interesante pero al final tendríamos que acabar nosotros mismos condenados por el santo tribunal del sentido común porque, reconócelo, hemos hecho lo mismo más de una vez y sin tener la más remota idea de lo que implicaba lo que decíamos.
El problema de todos nosotros, y en especial los que han hecho de la opinión vacua un estilo de gestión personal, es cuando se juntan para liderar un proyecto. Volviendo a recurrir a nuestro querido refranero, El uno por el otro y la casa sin barrer. Como son liderazgos compartidos, rápidamente se asume que el liderazgo les corresponde a ellos, y con ellos me refiero que cada uno de los miembros designados son los responsables de llevar al proyecto a buen puerto y el resto no tienen las más mínimas nociones y que están ahí por que alguien les debe un favor o por pura suerte. El problema es que el resto piensa lo mismo de los demás.
A esta situación, vemos que las decisiones no se toman, se procesan con la misma que Sarlacc hace su digestión[1]. Ven el problema y en vez de atacarlo y evitar que sea tarde para soluciones sencillas se enroscan en pedir más información, que aunque sea relevante, parecerá que se ha tomado el tema en serio. Si eres lo suficientemente pardillo para intentar acudir a otro, no solo te pedirá también más información pero encima de otro ámbito para que en vez de salir con una respuesta, salgas con dos preguntas que a pesar de tener su gracia semántica, no consigue borrarte la cara de tonto por ir a preguntar.
Con este tipo de gestión, las decisiones se estacan, se crean discusiones banales decidiendo si el azul marino o el azul turquesa es el más adecuado, además se generan cientos de informes sobre la reacción de los potenciales compradores, en función de región, sexo, religión, país y número de dedos en la mano izquierda.
Creo que los proyectos han de tener un líder, sea bueno, malo o desastroso. La economía de colaboración queda muy bien en los libros de gestión, pero se ha de tener un responsable único y final para tomar las decisiones. Si creamos más comités y foros y reuniones, lo único que haremos será dilatar el tiempo necesario que necesitamos gastando tiempo en discusiones bizantinas sobre el sexo de los ángeles.
Si el proyecto triunfa, y el líder es bueno, sabrá repartir los honores con todos, y si fracasa será lo inteligente como para aceptar las culpas y no hacerlas caer hacia abajo… perdonar, es que me da la risa, que de estos hay pocos. Pero asumiendo que el éxito tiene muchos padres y el fracaso es huérfano, tenemos que tener a alguien que sea el que da la respuesta final, creo que no he recalcado lo suficiente este punto.
Todo esto no quita tener equipos de apoyo, estar asesorado y todas las facilidades que podamos crear para mejorar las decisiones y sus tiempos, pero en absoluto un proyecto compartido va a llegar a ningún lado si hay cuatro personas metiendo mano y contradiciendose unas a otras.
Como resumen, creo que este es el problema fundamental de las grandes empresas, que son incapaces de sacar productos innovadores porque todos quieren meter cuchara, le pasó a telefónica con su red social, le volvió a pasar al comprar Tuenti, y solo cito a esta porque es la que me ha venido a la memoria. Seguro que todos conocemos empresas grandes que querían innovar y simplemente han conseguido tirar una fortuna por la alcantarilla porque no designaron a un único responsable y dejaron que muchos departamentos se dedicaran a hacer de gallos en el corral, y al final, se quedaron sin gallinas.
[1] Este bichejo de la Guerra de las Galaxias tiene una digestión que dura unos mil años. Como para tener acidez :)
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