No siempre querer es poder, pero ayuda
por Jose SalgadoHoy me me he leído un post de Paula Mariani sobre el factor personal que puede marcar la diferencia en algún producto o servicio. Esto lo podemos ver con personas como Ferran Adriá, que inició su andadura como chef cuando ya existían millones ejerciendo esta labor y supo buscar su propio espacio y lugar para acceder al Olimpo de la gastronomía.
No obstante, y aceptando que es cierto, tener una buena idea o tener las cualidades necesarias no siempre te van a llevar por si solas a la meta, entiendo meta como el poder vivir sin agobios financieros de tu habilidad.
Cuanto más tiempo llevo en esto de emprender e intentar levantar un negocio, hay factores que son básicos, otros circunstanciales y algunos aceleradores que pueden ayudarte para conseguir el objetivo. La ausencia de uno de ellos puede convertir el camino en un pequeño calvario, la ventaja es que si persistes, puede que te crucifiquen y te conviertas en un ídolo para las siguientes generaciones como pasó con Jimmy Hendrix, Che Guevara y unos cuantos más, se quemaron en el camino pero a cambio ahora son referentes para una generación.
Uno de los factores más importantes para conseguir sobrevivir es bastante simplón cuando lo lees, pero es uno de los que más esfuerzo requiere y es tener constancia, perseverancia, resilencia o como quieras llamarlo. La capacidad de seguir trabajando en lo que te gusta con dos objetivos claros: o mejorar o no empeorar. Sin esta determinación el resto es puro papel mojado porque a la que empiecen las dificultades tirarás la toalla, y a no ser que tengas unas circunstancias muy especiales, vas a tener dificultades y vas a comprobar en carne propia el refrán de Dios aprieta pero no ahoga.
El segundo factor que ayuda mucho es que realmente tengas una habilidad, o perspectiva como dice Paula, única. Puede que hagas fotos, pero la forma en que las haces es diferente al resto y te hace reconocible entre el resto de fotógrafos del mundo mundial. En esto has de ser brutalmente honesto contigo, has de saber en que nivel estás, que capacidad técnica tienes, que capacidad humana posees, y aunque no sepas explicar cual es tu pequeña diferencia, ser consciente de los trucos del oficio. No puedes engañarte a ti mismo del mismo modo que intentas engañar a tus amigos, porque a pesar de que a todos nos gusta leer y nos encantan los documentales, en este país el libro más vendido es de la Belén Esteban y el programa más visto es Sálvame, y para los pijos, la versión de luxe. Estarás de acuerdo que la realidad no acaba de cuadrar con lo que decimos, así que por favor, se honesto contigo mismo.
Pero no frunzas el ceño, nadie nació leyendo a kierkegaard y deleitándose con las obras de Richard Attenborough, quién más quien menos paso por leer a Superlópez o el cómic de turno y ver programas tan deleznables como Noche de Fiesta. Es más, algunos todavía seguimos leyendo cómics y viendo programas que pueden provocar aneurismas sino estás entrenado. Pero lo que si es importante es trabajar el músculo que te hará mejorar en tu área de especialidad y la mejor manera de hacerlo es practicando, hazlo una y otra vez hasta que te canses. Los que hemos practicado baloncesto de jóvenes no sabríamos decirte la de veces que hemos practicado los tiros libres, entradas con la mano izquierda, con la derecha, los reversos, en resumen siempre has de estar practicando para mejorar.
Otro punto adicional es que más allá de practicar has de mirar y aprender de los que fueron grandes antes que tú, y cuando me digo grandes me refiero a los que a ti te gustan. No tienes porque leerte Berlineses si quién te motivó a escribir fue Stephen King, pero lee y lee mucho, o cocina mucho y prueba comida de otros, o lo que sea, pero intenta aprehender de la obra de otros.
Con la constancia de tu lado, y practicando de forma compulsiva a tienes dos bases para empezar a tomarte en serio el post Paula porque a partir de aquí entran variables que exceden tu control, como es los contactos que tengas, su habilidad social, tu sexto sentido para aprovechar las oportunidades, en resumen, una serie de eventos que más podría asociarse a la suerte -y que no siempre es así- que al propio valor que tú tengas como profesional.
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