Las tres cartas
por Jose SalgadoUn directivo que acababa de tomar posesión de su puesto esta contemplando la oficina que le habían designado. Amplia, con una pequeña mesa de reuniones, un sofá con una mesita baja para descansar cuando se tenga que quedar hasta alta horas de la noche, y una mesa clásica, de color caoba con un monitor formato cine y una cosa de esas para conectar el portátil que le estaban preparando los del departamento de TI.
Se fijó en la cajonera que estaba cerrada con llave, buscó la llave con la vista sin poder encontrarla hasta que reparó en una pequeña cajita que pensaba que era de adorno pero que al abrirla, contenía una llave, que sin mayor efecto del cine de detectives, abría los cajones. Fue examinando el contenido de cada uno de ellos y tenía que uno podía esperar, un archivador de carpetas en uno, lápices, bolígrafos, grapas y una grapadora y en el último que miró encontró tres cartas numeradas del uno al tres que ponía en el anverso “Solo para el que esté sentando en esta, ahora, tu silla”.
El era más aficionado a los perros, sobretodo cuando no tenía que cuidarlos él, pero sin duda la hormona de la curiosidad disparó su porcentaje en sangre hasta hacerlo indistinguible de un felino, y abriendo la carta encontró las siguientes palabras dirigidas solamente para él.
Hola estimado desconocido.
Si estás leyendo esta carta significará que yo no he conseguido ni mis objetivos ni los de los accionistas de esta empresa, pero en mi nada disimulada modestia y en la experiencia que ya he acumulado en los años te voy a dar tres consejos empezando por esta carta que estás leyendo.
Si los resultados no son los esperados y la dirección está presionándo para que alcances las cifras que se te han asignado, la solución más sencilla es culpar a tu antecesor que dejó el departamento en un estado de desorganización que requería una reconstrucción que llevará más tiempo del previsto. Esta excusa debería de servir si la sirves con un buen power point y unas gráficas con muchos colores.
Si al año siguiente el excel se llena de datos que te tienen una descarada tendencia de ponerte en la cuerda floja, no te preocupes, para esto también tengo un consejo que darte. Culpa al equipo que tienes, no es ético, no estético, pero si argumentas bien afirmando que es el proceso lógico de la reestructuración del año pasado, que muchos no se han adaptado, que siguen siendo fieles a un sistema de gestión trasnochado y que el daño que dejó el antiguo gestor, ósea yo, era más profundo de lo esperado. Si lo comunicas con palabras modernas y que suenen mejor de lo que aporta su significado, sobretodo si las dices en inglés, es posible que puedas despedir a gran parte de tu equipo y contratar a uno que sea a tu gusto e incluso, contratar a una empresa de selección y encima quitarte el trabajo de seleccionar, y lo más importante, de equivocarte al hacerlo porque siempre podrás culparles a ello.
Si por un casual, al año siguiente, te ves en la misma tesitura. Ten fe en mi, tengo también respuesta a esta inquietud tuya. Coge tres sobres y escribe tres cartas como las que te has encontrado.
Esta historia tendría un añadido, que es que muchos de estos gestores que han pasado sin pena ni gloria por muchas empresas, gastan más tiempo cultivando su imagen, su marca personal que dirían algunos, yendo a congresos, seminarios, usando el poder de su empresa para colocarse como ponente y así incrementar su visibilidad, y al final, no les importan lo que ocurra porque meses antes de este desenlace, ya habrán camelado a otra empresa para contratarle y se ahorrará el trance de ser despedido. Y este, es uno de los perfiles que he visto últimamente, el inútil que salta de una empresa a otra simplemente con el peso que tiene su nombre sin ningún dato que lo respalde.
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