Enviado por Jose el
La importancia de tener criterio
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Ya había comentado anteriormente la burbuja que se ha montado respecto al tema de emprender, pero recientemente me he leído un artículo de Carlos Otto titulado ¿A cuánta gente estamos lanzando a emprender para que se arruine?, creo que es buen momento para retomar el tema.

Se pueden emprender por muchos motivos, pero la mayoría de personas que conozco emprenden porque no les queda otro remedio: la prestación del paro se acaba y el tiempo apremia. Así que armados con una idea y con más ilusión que conocimiento, y más entusiasmo que fondos, se lanzan a esto de emprender.

Empiezas encontrando una idea que pueda ser la base de un negocio, haces un estudio de mercado, montas el plan de negocio, evalúas si es rentable y si así es, empiezas  dar pasos para conseguir el objetivo que te habías marcado, no el ser emprendedor, sino aportar financieramente al mantenimiento de tu hogar.

No voy a entrar en el lío legal de tipos de empresas y variantes que se pueden crear. Tampoco en la estafa que supone el intentar capitalizar el paro, ni tan solo en la sangría a la que te someten a base de impuestos y tasas, incluso antes de subir la persiana. Lo que me preocupa ahora es el modelo financiero que se supone a he dar apoyo a esta nueva moda del emprender.

Uno de los problemas más graves que puedes afrontar a la hora de emprender es el tema de financiación. Sino dispones de capital estás condenado a vivir con una soga en el cuello durante mucho tiempo porque mirando una tabla de aportaciones de todo el tramo posible de financiación la cosa está más o menos así según un estudio del 2012:

  • Business Angel, Friends Family and Fools y Aceleradoras:10-100k €
  • Semilla: 50-500k €
  • Primera ronda de financiación:400k—3millones de €
  • Segundas y posteriores rondas de financiación: 2,5 millones o más

Estas cifras están ligeramente hinchadas o sometidas a variaciones muy altas, porque no he visto a nadie invertir cien mil euros en un proyecto. Lo más normal es que no pase de los cinco mil, y con suerte pueden llegar a la cifra de cien mil si tu aportas como mínimo la misma cantidad. Vamos a ver, si tienes cien mil euros, lo normal es que no pidas financiación.

Otro tema internaste es el modelo de las aceleradoras y demás entidades que te ayuda. Todas otorgan financiación, previo pago de cuota y/o comisión, a través de préstamos con más o menos interés, con más o menos carencia, pero lo que si tienen todas en común es que es un préstamo y como tal estás atado a él por toda tu vida. Con lo que si tu proyecto se estrella, estarás arrastrando deudas hasta el día del juicio final.

No deja de ser irónico que se quiera tener emprendedores, pero los que han de dar apoyo financiero no compartan el riesgo que implica, de hecho, aplican intereses equivalentes al préstamo a una empresa. No veo yo donde la frase de apoyar al emprendedor está reflejado en el sistema bancario. Mucho anuncio, mucho marketing, pero como dicen los ingleses, nada de put your money where your mouth is.

Seamos honestos, porque un proyecto cuando empieza necesita tener capital y tranquilidad, no que le coloquen un préstamo personal a pagar, o hacer juegos verbales y cambiar acciones por publicidad. Señores, yo quiero dinero, no que me des un banner en vete tu a saber que página web.

En otro artículo aparecido en El País, España a la cola de las segundas oportunidades, donde queda reflejado de forma clara que esto de emprender es un suicidio garantizado si fracasas y has usado un capital que tu mismo, sin necesidad de acudir a estas entidades, podrías haber conseguido de otras formas.

Yo me estoy moviendo en un entorno de internet, donde a base de tesón y conocimientos podemos trampear esta situación, pero me imagino al ingeniero industrial que descubre una forma diferente de producir o fabricar algún componente. ¿De verdad se creen que uno puede montar una empresa industrial con un préstamo de cinco mil euros?, seamos serios.

O cambiamos las normas, permitimos que existan los fracasos y que las personas puedan declararse en bancarrota y empezar de cero, o difícilmente vamos a inculcar una cultura del riesgo. Los únicos que se lanzarán son los que ya disponen del capital y no les importa perderlo, que básicamente es lo que ocurre ahora.

Película: Alatriste

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