Enviado por Jose el
Gurús en busca de la siguiente moda
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Lo voy a aceptar, el fenómeno de las redes sociales ya está implantado en la lista de tareas que tenemos que acometer en una campaña de marketing. Podemos discutir si estas acciones han de correr sobre Facebook, Twitter o si se ha de gestionar en una web propia. Está claro que no se puede dejar pasar este catalizador. Esto ya había pasado antes con otros aspectos como el e-commerce, sino tenías tienda en internet no eras nadie hasta que al final paso a ser un apartado más a desarrollar en una plataforma web, ya sea que vendieras productos físicos o bien simplemente aceptaras donaciones, esponsorizaciones o cualquier tema relacionado con el dinero.

Ahora, los nuevos gurús (o los de toda la vida pero que simplemente cambian de piel como algunos animales que se deslizan sobre su estómago) estarán como locos buscando a que moda subirse para autoproclamarse expertos. Veo con sonrisa maléfica como van abandonando el barco y proclamando que esto se ha exagerado un poco y como un poco desconcertados miran a todos los lados buscando una nueva moda, una nueva marca con la que darse pisto. Cada vez tengo más claro que no vendrá de conceptos como geolocalización, realidad aumentada, gestión del conocimiento,  biotecnología, reingeniería, etc… Y no vendrá porque esto no genera lo que ellos llaman buzz y que yo tiendo, equivocadamente, a hacer ruido y pataletas para que les hagan caso. El siguiente paso está en lo que se ha llamado gamification, gamificación o ludificación, o como te apetezca llamarlo.

Veremos como todos irán proclamando que es fundamental incorporar badges (una especie de medallas por cumplir ciertas tareas o requisitos), tener tablas de puntuación y demás zarandajas es casi una obligación para incrementar el engagement de tus usuarios, que traducido al román paladino sería que visiten tu plataforma y se sientan más identificado con tu marca, ¿que como se traducen en ROI?, bueno, no nos precipitemos que todavía estamos intentando descubrir como se traducen las acciones de social media en algún KPI que entienda el de finanzas.

Lo que me va a sorprender seguro es que van a olvidarse de un par de conceptos fundamentales, y al igual que con las redes sociales, van a banalizar un concepto que puede ser interesante. No sabrán ni reconocerán la importancia de estos tres tristes conceptos, autonomía, maestría y significado, y nos darán la paliza con los jueguecitos, las medallas y los puntos. Perderán el sentido de que estos son simples herramientas para conseguir un fin y nos quedaremos mirando unos alicates pensando ¿para que narices quiero yo esto?, y el consultor nos dirá, tu calla y ponlo que para eso te estoy facturando doscientos euros la hora.

Hace un momento he visto un video de Dan Pink sobre la motivación y el porqué la gente actúa de forma más eficiente y entusiasta en determinadas circunstancias y me he puesto un poco triste. Me sobrevenido esa sensación de que en un futuro próximo la gente copiará esta idea y lo aplicara sin ton ni son. No invertirán el tiempo en buscar las raíces de los problemas, ni como funcionan las posible soluciones, acabarán como siempre contratando una consultora de estas modernas que acudirá con su clásico cañón para matar moscas. El resultado es claro, la mosca seguirá ahí pero escondida en el boquete de treinta centímetros de diámetro que han creado en la pared y tus usuarios o empleados, con cara de circunstancia al ver tantos cambios que no tienen ningún sentido para ellos. Al cabo del tiempo, la mosca perderá el miedo y volverá a ejecutar su molesto zumbido en los oídos del manager de turno, que indignado, culpara a los trabajadores/usuarios de no haber entendido nada y que tocaría educarlos. Otra palabra que también me hace crepitar las neuronas.

Corre la leyenda que un estudiante de filosofía sacó una matricula de honor respondiendo a un examen con tres palabras. La pregunta era ¿Porqué?, y su respuesta era ¿Porqué no?. A parte de lo gracioso del tema, lo relevante de todo esto está en pensar, meditar, y luego preguntarse si una solución puede ser correcta o no y porqué. Copiar y pegar modas en tu modelo de negocio no hará más que seamos todos simples réplicas y que como empresas, tengamos tanto futuro como el tiempo en que tarde en cambiar el mercado, o los usuarios se cansen.

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