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Buenas Intenciones

Buenas Intenciones

por Jose Salgado
Dirección, Marketing | Gestión de Empresas | 

Si hiciéramos caso a las películas de Hollywood, no existe nadie realmente malo. Cada uno de los malvados que aparecen tienen una causa noble, o fueron muy desgraciados de jóvenes, o les cayo encima una dosis de radiación que les convirtieron en lo que son. Pero fundamentalmente ellos buscan un noble fin, que si entras en su lógica, está plenamente justificado: o somos demasiados humanos en el planeta, o que te puedes fiar de los poderosos o que somos violentos por naturaleza, hay un amplio abanico de buenas intenciones salteadas de principios bastante dudosos.

El ejemplo que siempre me viene a la mente es Google, un buscador que basado en algoritmos que ya existían para comprobar lo influyente que era un artículo científico construyó un buscador. Y como algunos sabréis su filosofía se basaba en don’t be evil, pero al final, la realidad les ha pasado por encima y lo que fue antes un nido de idealismo ahora se ha convertido en una máquina de triturar información personal sin ningún tipo de límite o atisbo de ética o moral por la privacidad de las personas.

La presión financiera, básicamente la de los accionistas, empuja a la empresa a presentar resultados financieros y poder repartir dividendos, mejor antes que pronto. Y cualquiera que sepa un poco y a pesar de que no siempre es de agrado, el accionista es realmente el dueño de la empresa, no su usuario. El usuario se limita a dar su dinero a una organización a cambio de un servicio o un producto. Es el accionista, sobretodo los que tienen poder y peso, los que nombran consejeros, ponen directores y fijan la filosofía de la empresa, no quizás directamente pero si en las elecciones que se hacen.

Siguiendo esta lógica, un CEO no está para hacer un bien al mundo, salvar al planeta y ser simpático, sino mantenerse en su puesto el máximo tiempo posible cobrando la mayor cantidad de dinero posible, y si el tiempo va a ser corto, la clave es maximizar el beneficio buscando beneficios a corto a riesgo de comprometer el largo plazo y la supervivencia de la empresa.

Es por esta razón que algunas empresas toman decisiones que no tienen ningún tipo de sentido, atacando a su base de usuarios con campañas de publicidad que consiguen que la cuenta de resultados caigan en picado, porque si los dueños de la empresa quieren impulsar el negocio hacia otro sitio, es lo que toca hacer sino quieren engrosar las listas del paro. Lo vemos con la filosofía que ha implementado BlackRock con algunas de sus directivas de no invertir en empresas sino aceptaban ciertas filosofías más propias de la política que de los negocios.

Y como nadie en su sano juicio se enfrenta al fondo de inversión más grande del mundo, ceden a las pretensiones, y por consiguiente, si tu no estás de acuerdo con lo que dicen pero quieres una inversión que sea rentable sin tener riesgos, vas y pones tu dinero BlackRock independientemente de lo que estén defendiendo.

Otro ejemplo sería el del Gillette, que ideó una campaña que desde el punto de vista de marketing fue casi perfecta porque se habló de ella hasta la saciedad, el problema es que caricaturizaba a una parte de su base de usuarios. El resultado es que las ventas se desplomaron pero al CEO le daba bastante igual, y la única forma lógica de entender sus palabras era porque a los accionistas mayoritarios querían transmitir este imagen.

Esta es la razón que estoy cada vez más a favor de implementar un CEO, pero cambiando el significado de la E, en vez Executive, que sea Ethical. Un responsable, no ya de ser buena persona bajo el punto de vista occidental, sino de mantener la coherencia moral de una empresa. Si decimos que queremos salvar las ballenas no hacer negocios con gente del sector, si estamos en contra de la especulación, no entrar en ese mercado, y la madre del cordero, si el centro de toda empresa es el cliente, que lo sea más allá de cualquier campaña de marketing que se pueda emplear.

Porque a estas alturas,no ya es el tema de ser buena persona ni de intentar demostrarlo, sino de ser capaz de mantener una postura en un plazo relativamente largo de tiempo, porque entiendo que la sociedad evoluciona y lo que antes era deleznable ahora es lo más sano, como el aceite de oliva.

Soy consciente de que las tentaciones son muy grandes, que las presiones van a ser extraordinarias, pero ¿no sería bonito encontrarse con una empresa coherente?, ver una empresa que diga, “no nos importas tú, nos importa tu dinero, no para hacerte más rico, sino para ahogarte en comisiones y si la inversión funciona, cobrarte un poco más y sino, ponerte en descubierto y cobrarte el doble” Suena mal pero es lo más honesto y casi que yo firmaría con ellos porque tendré claro que no me engañara.

Cuantos de vosotros tenéis historias de “mi asesor me dijo” “mi abogado me dijo” o “alguien me dijo”, con un sistema ético para promocionar la coherencia esto no podría ocurrir, el problema es que nos tocaría pensar y ver que ideología tiene cada empresa para obrar en consecuencia, y creo que cada vez ejercemos el espíritu crítico y si alguna vez ocurre, solo nos quejamos con el amigo de turno tomando café, en vez de seguir el proceso para formalizar la queja -que es un proceso diabólico y mal diseñado para que nadie se queje, que soy consciente-

En resumen, no nos podemos fiar de los de marketing porque nos dirán lo que queremos oír sin importar las implicaciones morales.

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