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Pero que oyen mis ojos

por Jose Salgado
Marketing | Información | 

Uno de los principios más interesantes del lenguaje es que tu puedes combinar sujeto, verbo y predicado y probablemente quede bien en una presentación, aunque lo que hayas escrito sea una soberana estupidez. El formato es capaz de aguantar casi todo tipo de barbaridades sin que se rompa el diccionario. Este principio se ha trasladado a múltiples canales como el power point o los fantásticos gifs que corren por internet con afirmaciones que convertirían en albino al cantante de The Platters.

Esta particularidad ha acabado por afectar a la red social profesional por excelencia que es Linkedin. Si nos dedicamos a navegar por los millones de perfiles que exhiben como Maguila el Gorila sus cuerpos desnudos al sol en este moderno escaparate uno se pregunta ¿todo el bagaje intelectual que existe es posible que todavía no hayamos inventado nada para no tener que planchar?

Pero lo más tenebroso es cuando lees la noticia de un nombramiento y vas a mirar su perfil notas como algo se sale de tus órbitas, cae al suelo y oyes el ruido de tus ojos rodar, lejos de ti, para perderse en las sombras y no tener que desafiar las leyes de la lógica con las letras que forman palabras. Personas sin formación que directamente son directores de algo, personas con tanta formación que uno siente lástima por ellos porque se han pasado toda su vida cursando cinco carreras al mismo tiempo, y otros, que sin formación, sin contactos y sin historial profesional que directamente son presidentes de algún reino del sur de Europa.

Suele ocurrir con los sistemas UGC[1] que los datos no siempre sean todo lo fiables que uno podría esperar, y a pesar de que existen mecanismos para que alguien pueda avisar a Linkedin que un dato no es correcto no tengo constancia de que nadie lo haya usado. Es lo mismo que las recomendaciones, que vas distribuyéndolos como si fueran caramelos a la puerta de un colegio, ¿que Povedilla me sale como experto en marketing?, romendación que te crío y me da igual que él sea un bioquímico que no se ha quitado la bata ni cuando salió del parvulario.

Linkedin se ha convertido en un espacio altamente recomendado para la literatura creativa. Has de expandir tus experiencias y formación sin que sea demasiado obvio que has pasado de la narrativa a la ciencia ficción, y en este margen que te da la tecnología hacer crecer tu currículum y pasar de hacer las fotocopias a ser un experto en la reprografía, transmisión y gestión ficheros gráficos y por supuesto, big data.

Comprendo que esto es un problema cuando esperas cierta correlación entre la realidad y lo que aparece en la web, y los cazatalentos creo que han de sufrir en sus carnes ver que perfiles diseñados para posicionar bien se cuelan en todos las búsquedas que hacen. El resultado es que ahora en vez de filtrar a veinte personas lo han de hacer con doscientas con lo que el proceso de se complica, o sino, optan por hacerlo más reducido e incrementar los requisitos básicos para disminuir el tamaño. Me apuesto algo que los que han preparado el perfil para destacar serán capaces de pasar estos filtros con lo que bajará el número de candidatos, pero el porcentaje de currículums válidos será bastante bajo

Sería interesante plantear algún tipo de solución para no sobrecargar a los de recursos humanos, que tienen tantas personas para filtrar que a veces ni pueden enviarte un mensaje para decirte que te han rechazado[2], o para nosotros mismos que pensamos que hemos contactado con un genio en potencia y lo único que hemos conseguido es tener un spammer más en nuestra libreta de direcciones.

Me pregunto si sería muy complicado implementar algún tipo de validación, una manera de asegurarse de lo que aparece publicado sea cierto. Certificar que estudio en esa universidad, que trabajó en aquella otra empresa, que realmente ejecutó los proyectos que salen en su perfil.

Soy consciente que intentar medir el nivel profesional es complicado, habría que hacer un sistema de test para medir cada una de las áreas y el coste de implementarlo se podría disparar por las nubes y dejar de ser algo interesante para que todos los que queremos dar fe de nuestra carrera profesional paguemos por ello.

De lo que si estoy convencido de que si existiera esta fórmula y poder filtrar los que realmente pueden atestiguar lo que dicen nos ahorraría trabajo a todos y por inercia, cada vez menos tendrían la tentación de inflar su currículum y podríamos volver a finarnos de nuevo de esta red profesional.

Mientas tanto, no queda más que leer con mucha precaución y si realmente estás interesado en contactar con alguien para un proceso de selección, tener planteadas alternativas para verificar los datos y no perder tu tiempo ni el suyo.

[1] User Generated Content

[2] Esto es ironía, por si no se había notado.

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