Enviado por Jose el
Black Mass
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Acabo de leer un post de Pere Rosales en Medium sobre la innovación disrruptiva a través de las personas[1]. No voy a entrar a discutir si la solución que plantea es la mejor y si hay que ir todo como locos a la disrupción orgánica o no, hay más días que longanizas para hablar del tema y por otra parte, tampoco conozco al autor para ponerme en modo divino y comenzar a buscar fallos como un desesperado en su argumentación. En todo caso, si un día coincidimos en una comida y lo tengo cerca, seguro que será interesante charlar con él sobre este concepto y hacerme una idea más clara de lo que está defendiendo.

Pero estoy divagando, así que volvamos al tema. Lo que me ha sorprendido, y no para bien, es la frase O lo hacemos nosotros o lo hacen ellos. No se si ha sido consciente de las implicaciones éticas y morales que tiene esta afirmación, pero si nos lo tomamos al pie de la letra sin mayor reflexión lo que queda claro es el cambio, o la disrupción, está por encima de cualquier principio o valor humano que conozcamos.

Esta idea nos daría pista libre para invadir el país de al lado, porque o lo hacemos nosotros o lo harán ellos, robar un banco porque o lo hacemos nosotros o lo harán ellos -y no vale la broma de que ellos ya nos han robado- y así con cualquier tipo de situación. En este camino, descargamos nuestra responsabilidad ética en el otro asumiendo que lo haría si pudiera, y que interviniendo no solo no cometemos una injusticia sino que restablecemos el orden moral a pesar de que nos lo hemos pasado por el arco del triunfo.

Yo estoy a favor de innovar, ya sea de forma disruptiva, orgánica, inorgánica o incremental. Cualquier mejora, si efectivamente es una mejora, debería de ser algo positivo para nosotros, para vosotros e incluso para ellos. Ahora bien, hay que hacer un examen profundo porque no todos los caminos llevan a Roma, y sobretodo, si es necesario ir a Roma. Porque podríamos acabar con el hambre en el mundo con el simple proceso de fusilamiento preventivo, total, o comen ellos o comemos nosotros, pero creo que estaríamos todos de acuerdo que no es la mejor solución, sea cual sea el grupo en el que estés, fusilante o fusilado.

Por eso, no hay que dejarse cegar por las ninfas del progreso, no todo beneficio es realmente algo que valga la pena si el precio a pagar es una parte de lo que nos hace personas. Y no, no acepto que el progreso, la ciencia y la tecnología es neutra. Creo que he hablado del tema un post anterior[2] y sigo pensando que hay intencionalidad y que está dirigido, o como mínimo controlado por la escala de valores de cada uno de los implicados.

Luego podemos discutir que es avance y que no, yo pienso que internet es un avance pero Uber es un modelo de negocio, son dos temas distintos. La energía nuclear es un avance, el uso es lo que es discutible, y así con cientos de tecnologías y aplicaciones. Algunas sirven a todos y otras sirven a sus amos. Son pequeños matices que son importantes recordar porque ya sabéis que el infierno está empedrado de buenas intenciones[3].

Así que Pere, con todo el cariño que no te tengo porque no te conozco personalmente, creo que está bien que apostemos por avanzar, pero correr hacia adelante sin saber que que estamos buscando, que vamos a mejorar, y sobretodo, que impacto va a tener en nosotros como personas y como sociedad, es el que come por gula en vez de por necesidad, nunca nos saciaremos y acabaremos con un sobrepeso importante.


[1] Rosales, Pere. “La innovación disrruptiva a través de las personas” Medium 2016-06-10

[2] Salgado, Jose. “¿La tecnología es neutra?” Exelisis. 2016-03-18

[3] RAE. De nada sirven los buenos propósitos si no van acompañados de las obras. Se emplea con sentido irónico para criticar a quien incumple su palabra.

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