Insultar a tus clientes es malo, aburrirlos, peor
por Jose SalgadoEn pocos sectores conozco que la patronal, en la fiesta que se supone que hacen para celebrar lo guapos y listos que son, se dediquen a insultar y criminalizar a sus clientes. Cualquiera con dos dedos de frente mimaría a sus clientes, buscaría cualquier argumento para alabarles el gusto, y perdería la parte baja de la espalda para fidelizarlos y ampliar su base. Parece que estas normas de mínimo sentido común no se aplican a ciertas industrias, en concreto, me refiero a la fiesta de los Goya.
Pero aceptemos que nos insultan, nos llaman ladrones por descargarnos sus películas y verlas en casa. Bueno, yo os puedo jurar sobre la tumba de mi hermano que no me he bajado ni una película ni una serie española en mi vida. Llamarme raro, pero si voy a cometer un delito, prefiero que sea por algo que valga la pena, no por estos tostones que quieren colarnos como cultura. Pero para gustos los colores, yo no soporto el séptimo sello y por lo visto es una obra maestra. En todo caso, es cierto que la gente ha dejado de ir al cine, los datos no mienten demasiado.
Como en todas las empresas, el país está en crisis. A mi, con una familia de cuatro personas, ir al cine me cuesta casi cuarenta euros la broma, así que va a ser que no iremos. Si tuvieran cierto contacto con la realidad, se darían cuenta que me han subido los impuestos, la luz, el agua, el gas, el combustible, el metro, la cesta de la compra, en fin, esas pequeñas fruslerías que pueden que no sean arte, pero desde luego hacen mi vida bastante más confortable. Creo que ellos harían lo mismo que yo, si tengo que escoger entre una película que ni me gusta ni me interesa o poder comerme una paella, yo lo tengo bastante claro. Quizás ellos tengan posibles para las dos cosas, la primera porque no creo que paguen, y la segunda porque seguro que les invitan, es lo que tiene esto del famoso, que por tu cara bonita puedes ir de gorra.
No voy a ser cruel, entiendo que fastidia que te no tengas prestamos ni subvenciones y que encima la gente no te compre. Pero por dios, si es lo que nos pasa a todos los que queremos montar una empresa o los que ya tienen una, no nos dan un préstamo a no ser que vendamos el riñón de nuestros hijos, y que el mercado prefiere productos más baratos, o directamente acude a proveedores que pueda pagar en negro (le recuerdo a este buen hombre que este mercado es el 26% de la economía, esto si que es una put… contratiempo).
Pero no perdamos la calma, se supone que estamos hablando de cultura y esas cosas que elevan el espíritu y deberíamos de apostar por ello porque nos hace mejor personas, y bla, bla, bla… ¿De verdad alguien compra este discurso a estas alturas?. El cine es una industria, como puede ser la del automóvil, que de acuerdo, que de vez en cuando sale algo que te toca el alma, pero intentar que todo el cine que hacen sea cultura es como decir que todos los restaurantes del mundo hacen gastronomía tecno-emocional. Va a ser que no, algunos son bares de carretera que hacen una tortilla de patatas honesta y sencilla, que te alimenta pero no va a hacer que veas a la Virgen María descendiendo de lo alto de los cielos. El cine es una industria y como tal debería de ser tratada, aceptando que en ocasiones te puedes encontrar con obras de arte.
A diferencia de cualquier otro gremio y profesión, tenéis ciertas ventajas competitivas que nadie tiene. Una gala en prime-time en televisión donde a parte de autopremiaros podéis soltar todo tipo de consignas políticas, ya me gustaría a mi que hicieran lo mismo con el gremio de fontaneros, electricistas, torneros fresadores o cualquier otra profesión. Seguro que tienen tanto o más que decir y quejarse de vosotros. Así que por una vez, no os quejéis tanto, mirar que es lo que no funciona, y orientados a vuestro cliente. Si, vuestro cliente, ese que va al cine para pasar el rato y estar entretenido y que no quiere pagar casi nueve euros. Quizás sea hora de que exploréis otros modelos, otras formas de distribución porque soy consciente que la piratería no es buena para los creadores, pero del mismo modo, estas tarifas y estas restricciones a la hora de consumir contenido, tampoco son buenas para nosotros.
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