Esos pequeños imponderables
por Jose SalgadoSe acerca el día, el tiempo corre y cada segundo cuenta pero estás tranquilo. Has mirado todas las opciones, comprobado las variables y ejecutado todas las pruebas necesarias. Ahora toca pasar el sistema de un entorno de desarrollo a un entorno de producción para hacer las últimas pruebas y estar totalmente seguro de que cada parte del sistema funciona correctamente. Nadie habla en la sala, todos están en silencio esperando a que pulses en el botón de ejecutar. Se oye un click sordo, aparece una barra que muestra el porcentaje ejecutado. Primero el cinco por ciento, luego el diez. Un icono de un reloj de arena aparece en la pantalla, la gente contiene la respiración al ver que también la barra de progreso se ha detenido en el cincuenta por ciento. Se puede cortar la tensión con un cuchillo, se acerca el momento del noventa y nueve por ciento y todos cerramos las manos esperando el botón de Ok, pero se ha quedado estancado, no avanza. Pasan los segundos como si fueran días, y sin solución de continuidad una ventana emergente nos devuelve a la realidad: Error en el proceso: Aceptar o Apretar la bola anti-stress.
Quizás la escena no sea idéntica, pero estoy convencido que a todos nos ha pasado algo parecido. Dejarnos el lápiz USB con la presentación, borrarla por accidente, o equivocarse en una coma en el excel de un proyecto. Son pequeños imponderables que hacen que la vida sea interesante o bien un complot de los cardiólogos para hacerse de oro. Algunos optan por tener sentido del humor y crean lo que se llaman las Leyes de Murphy. Sea como sea, siempre que algo puede salir mal, las probabilidades de que así sea son inversamente proporcionales a la urgencia y la importancia.
Por eso es importante aplicar un principio más cercano a la contabilidad que a otras profesiones, pero como no soy muy quisquilloso y creo que la verdadera innovación se produce por procesos transversales, no tengamos miedo en robarla sin ningún tipo de miramiento: principio de prudencia.
Basándonos en este principio hemos de establecer siempre un sistema de copia de seguridad, por si nos dejamos el USB en el bar y poder acceder porque tenemos una copia en la cartera o porque lo tenemos colgado en la nube, o porque podemos restaurar un backup en un tiempo prudencial.
Siguiendo este modelo, todo proceso ha de tener asociado un sistema de pruebas y test para verificar cada una de las partes, y lo que es más importante, verificarlo en entornos distintos. Podemos ver como rinde una web con una sola carga de petición, pero hay que acercarse al mundo real y medirlo con mil peticiones simultáneas, ver como se comporta con distintos navegadores, ordenadores, tablets y móviles. Como responde en función de la velocidad porque no es lo mismo tener fibra que una red 3G.
Mirar a tus usuarios, buscar un par de voluntarios que se puedan parecer a nuestro público objetivo y sentarlo delante de nuestro producto y ver como interactúan. Os puedo asegurar que os sorprenderíais con algunas de las reacciones, como aquella señora que intentaba hacer doble click en el icono de su PC a base de golpear el monitor con el ratón.
Extendiéndonos un poco más, cuando desarrollas código es importante comentar. No hace falta que escribas la Biblia en verso, pero si explicar que hace cada función para que el siguiente que se siente no pierda más tiempo intentando entender que significa cada variable y lo invierta en optimizar o arreglar la función.
En resumen, has de esta preparado porque esos pequeños imponderables siempre aparecen cuando menos te lo esperas. Tu única ventaja contra estos momentos de vergüenza propia y ajena, es estar preparado para revertir la situación.
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