Ética, estética, ¿y legal?
por Jose SalgadoSupongo que uno de los trabajos de los abogados corporativos es buscar resquicios legales para conseguir mayores beneficios para la empresa. Si se puede tener un entramado fiscal para declarar solo el dos por ciento y es legal, se monta. Si es factible presionar tanto a un proveedor que al final le marcas tu los márgenes, se presiona. Si se puede tener a tus trabajadores bajo condiciones leoninas, se tienen. Si puedes cobrar más trescientas veces el sueldo base de cualquiera de tus empleados, se cobra. Es lo que tiene la ley, que hay más gente trabajando para saltársela que gente que remiende estos coladeros.
Ahora bien, asumo que todos los que realizan estas prácticas saben que aunque sea legal, dista mucho de ser ético. No siempre se ha de hacer algo aunque la ley te respalde. Hay unos límites éticos que una empresa no debería de traspasar, pero también aquí existe una responsabilidad que al ser colectiva, suele quedar diluída y nadie asume ninguna culpa, pero todos cobran sus bonos por llegar a objetivos.
Cualquier persona que tenga un fondo de inversión, una cuenta a plazo fijo (que no deja de ser un tipo especial de inversión), participa de estos procesos. No solemos mirar porqué una empresa sube un 15% en bolsa, solo nos fijamos que ha subido. No preguntamos de dónde vienen esos beneficios, simplemente los tomamos. Puede que sea porque han jugado bien sus cartas, o puede ser porque retuercen la ley hasta que esta deja de servir a su propósito original.
El problema, es que las empresas son conscientes de esto, y para ello se recubren de estética. De una capa que les de cierta credibilidad y apariencia de honestidad. De preocupación por la sociedad y los suyos. Los medios suelen picar (por razones que espero que alguien me lo explique algún día), y pasan con una pátina de santidad que a veces te asombra cuando conoces un poco su historial.
Relacionado con este tema, un libro que me gustaría leer pero no hay manera de encontrarlo es Silencio, se mata, dónde al parecer, destapa un presunto escándalo sobre todos los Live Aid y los tejemanejes que se traen artistas, políticos y ONGs, dando como resultado que el dinero desaparece sin llegar a su destino. Pero lo que queda en la conciencia es que todos somos tan buenos que ayudamos a los negritos de África.
Y esto problema entre ética, estética y legalidad lo tenemos a todos los niveles. Nos quejamos que las empresas hacen trampas sin mirarnos a nosotros mismos cuando preguntamos si podemos pagar sin IVA. Es cierto que el impacto financiero de nuestra decisión es pequeño, pero a nivel ético, no existe diferencia. Y no es menos cierto que la recuperación ética no debería ir de abajo a arriba, sino al revés, porque sino, en vez de una evolución puede surgir una revolución. Lo cual tiene el peligro que si sabes como empieza pero nunca sabes como acaba.
Pero me estoy desviando de la temática del blog, mi reflexión era si como empresa o emprendedor, antepones la estética a la ética. Y yo también tengo mis dudas, si mi situación fuera ideal, no tengo dudas que la ética sería lo primero, pero si mi situación financiera fuera delicada, dependieran de mi trabajadores y sus sueldos… no tengo claro que haría. Me gustaría pensar que tendría la entereza y la templanza necesaria para permanecer fiel a mis principios, pero espero no tener que estar nunca en esta disyuntiva, y para eso me preparo, para que los proyectos en los que estoy no tengan que escoger entre facturar o poder dormir tranquilo.
Y vosotros, ¿que haríais?
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