La importancia de tener un plan
por Jose SalgadoEstaba a punto de titular el post Dios quiere a los tontos, pero me pareció una forma de empezar un poco agresiva, así que lo he cambiado pero la idea sigue siendo la misma. Estoy convencido que Dios quiere a los tontos porque como decía aquel, cada día mueren cientos de ellos pero cada día hay más. No me malinterpreteis, yo soy tan admirador como el que más de los tontos, es más, firmaría cualquier petición que aparezca en Actuable para que cada pueblo contara con uno de ellos. Pero seamos serios, ahora tenemos un exceso de oferta, y lo más impactante del caso, es que parece que la demanda aumenta todavía más rápido.
Yo siempre he recordado mirar hacía arriba en mi escalafón (tanto social, como profesional) y ver gente inteligente, o como mínimo con cuatro conceptos básicos que manejaban a la perfección y con los cuales conseguían desenvolverse con bastante solvencia en este mundo, a día de hoy, tu te fijas en la tropa y dan ganas de curarse el constipado con una sobredosis de Colt 45 en la sien. Y no es que yo sea especialmente violento, de hecho soy un gran fan del eslogan de Vive y deja morir, pero cuando la idiocia empieza a influir en mi vida, puedo perder la paciencia, la tolerancia, la compresión y convertirme un Clint Eastwood cualquiera pasado de whisky en Sin Perdón.
Recuerdo en un seminario de e-learning, impartido por uno de los popularmente considerados como gurús del tema, que después de ser sometido a una serie de preguntas (reconozco que con toda la intención de dejarle en evidencia) concluyo con la fantástica frase todo lo que es e y es learning es e-learning. Como diría el gran Tamariz, patidifuso que me dejó el condenado. El tipo nos cobró novecientos euros por dos tardes para decirnos eso y además sin pestañear y sin reírse, aunque ahora que lo pienso que realmente vale esa importe la cantidad de burradas que dijo sin ponerse colorado ni reírse, porque honestamente, yo no podría.
El caso es que no paro de ver un aumento de este tipo de perfiles (a pesar de que muchos de ellos mueren gracias a ley de la evolución) Y lo que me sigue fascinando de esta gente es su infinita sencillez de planteamientos. Cuando le preguntas si su idea funcionará, te contestan con un lacónico SI. Cuando insistes y le planteas los riesgos te contestan que no entiendes del tema y cuando le aportas datos que avalan tu teoría finalmente suspiran y te miran con desprecio diciendo, eres un agorero y encima mala persona. Pero vamos a ver alma de cántaro, si yo solo quería evitar que dieras un guarrazo y evitar que alguien pierda dinero y otros cuantos pierdan su puesto de trabajo por culpa de tu última paja mental.
Realmente creo que están hechos de otra pasta, incapaces de procesar información, por lo cual se la tienen que inventar ellos mismos. En uno de estos encuentros con un grupo de tontos se discutía el modelo de negocio a seguir, habían dos opciones y había que medir el resultado. A pesar de que se le insistía que sin tener que medir había uno en concreto que apuntaba maneras, el iluminado de turno no nos creyó y nos toco medirlo. Por suerte o porque yo no soy tonto (y no, no trabajé en el Media Market), tenía razón. La reunión subsiguiente para evaluar los resultados fue la summa cum laude de la inteligencia, a pesar de tener los argumentos y los datos, optamos por la opción más mala, y el argumento clave fue porque yo mando más que tu. Y así se quedó hasta que seis meses más tarde nos enteramos que entró un nuevo manager que nada más ver los informes comenzó a gritar en arameo y otras variantes intentando entender que lógica había seguido el anterior director para tomar esa decisión. Creo que nadie se atrevió a decirle que fue otro ejemplo de decisiones PMC (por mis cojones) y se quedaron calladitos que siempre se está mas guapo. Resultado, cambiaron al modelo más rentable y perdieron seis meses a lo tonto.
Ahora bien, me gustaría aclarar un concepto antes de terminar. Un tonto no es aquella persona con lo que no estás de acuerdo, es aquel que no sabe razonar sus respuestas. Yo, como todos vosotros, he tenido jefes y clientes con los que no he estado de acuerdo, pero siempre o al menos el 90% de las ocasiones tenían una estructura lógica donde podían respaldar sus decisiones. Manejaban una escala de variables con la cual podrías estar de acuerdo pero que desde un punto de vista puramente estratégico tan correctas como las tuyas. Con este tipo de perfiles no tengo ningún tipo de problema, es más, me encanta estar rodeado de ellos, te obligan a pensar, a desarrollar tus supuestos, a entender los suyos. En definitiva, te hacen crecer como persona y como profesional.
Finalmente, un detalle importante, puede ser que al final el tonto sea yo. Porque como dicen por ahí, ellos serán tontos pero mandan más que tu, ¿como lo explicas?, y os aseguro que me cuesta encontrar razonamientos, y el principio de Peter no cuela
Por último, un comentario, estos casos que comento son verídicos, no son todos experiencias mías, algunas las he tomado prestadas de gente que conozco bastante, tanto como para poder llamarlos amigos.
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