Enviado por Jose el
Estratificación en las relaciones
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En el mundo real, ese en el que el despertador suena a las siete de la mañana y dónde se sufre para llegar a fin de mes, el mundo está divido en clases sociales. La división natural siempre ha sido en clase obrera, clase media y clase alta, dándose en la clase media el grupo más amplio y más heterogéneo. Junto a esta definición, también aparecía grabado a fuego que muy pocas personas conseguían saltar de clase social, sobretodo de una inferior a la superior. Con la llegada de internet, y especialmente con las redes sociales, se quiso transmitir la idea de que no había fronteras ni clases, y que todo caía bajo el paraguas mágico de los seis grados de separación. Ahora todos somos iguales, sin clases y sin barreras.

La verdad, o más que la verdad, mi personal sensación es que las redes sociales han copiado, por no decir empeorado, la relación que ya existía en la vida real. No tengo datos y tampoco acceso a ellos, pero juraría que la gran red social a día de hoy, Facebook, no es UNA red social, sino un intrincado entramado de diferentes capas de conexiones dónde unos grupos permanecen fuertemente conectados entre sí, unidos por algún nodo que hace de puente y que permite que la teoría de los seis grados pueda funcionar.

Lo habitual en las redes sociales puras es que yo conecte con la gente que ya conozco y que ya he trabajado con ellos, con lo que acabas trasladando tu vida real a internet más algún compañero de colegio con el que hace tres siglos que no te hablas y que quiere ser tu amigo, pero el caso es que siguen siendo personas de tu mismo extracto social. No suele pasar que yo me haga amigo de Leo Messi por arte de magia, principalmente porque él no creo que esté en Facebook, y si así fuera, seguramente el no llevaría su perfil sino que tendría contratada una agencia para estos menesteres. Así que lo que antes era ir a su casa, llamar al timbre, preguntar si Isidre podía bajar para jugar al fútbol y ser tu amigo, que la mama de Leo pulsara un botón liberando una jauría de perros entrenados para matar, y que corrieran hacia ti como alma que lleva el diablo y que te royeran la pantorrilla como quién se come un pollo del Kentuky Fried Chicken, ahora se convierte en un becario que te hace de barrera. Así que si lo miramos por el lado positivo, nos hemos ahorrado unos buenos dineros en mecromina

Esta teoría no funciona si la conexión no es bidireccional por la sencilla razón que entonces no es una red social, es otro tipo de entorno. En este contexto se favorece las relaciones de líderes y seguidores, donde las personas pueden ser amigos sin que el amigo de turno nos conozca, nos quiera conocer o directamente le importemos un pepino. 

Por lo que volviendo a las redes puras, al trasladar tu vida a internet, vemos que hemos pasado de quedar para tomar un café a enviarnos un whatsapp, así que no acabo de ver la gran innovación de estas plataformas. No suelen aportar gran cosa, no añaden ni mejoran nuestro circulo de amistades, no ayuda a nuestra expansión personal, no mejoran nuestra capacitación, y por supuesto, no nos hace mejores seres humanos. Si, he de reconocer que para crear procesos rebañiles (de rebaño de ovejas no de rebañar el plato con cara de gula descontrolada), pero poco más.

En todo caso, y reconociendo el recorrido que tienen las estructuras sociales, creo que seguimos al principio del desarrollo de todo su potencial, pero que de momento no estamos más que en la parte más banal y frívola (y menos rentable para nosotros y para las propias empresas gestoras). Creo que en breve se empezarán a crear mecanismos para mejorarnos profesionalmente, personalmente y aprehender del resto de nuestros amigos, conocidos y saludados, y ser un auténtico ascensor social y humano. 

Mientras tanto, no digo que tengamos que ser sociables, pero si educados.

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