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Olvidar los datos, llega el marketing
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Esta tarde he estado discutiendo con un compañero lo importante que es tener información relevante sobre los datos. Vamos, que se necesitan datos para hacerse una buena composición de lugar. Claro que también se necesita sentido común, pero esta sería otra batalla.

La discusión que teníamos versaba sobre la guerra de consolas  y de como la gente no usaba datos para obtener una conclusión y tener un criterio. Simplemente se dejaban llevar por sentimientos.

Esto me ha hecho pensar en todos los anuncios que vemos, en ninguno te da datos relevantes, se dedican a ir directamente a los sentimientos. No se dice que este coche tiene estas especificaciones, sino frases como Te gusta conducir, a mi me daban dos y toda esta bobadas que siempre te quedan en el subconsciente. No voy a negar que esta estrategia funciona, porque a pesar de ser un crítico y un desconfiado, hay marcas/productos que han conseguido que les de más preferencia que a otras sin tener datos objetivos.

Es más, los datos a veces se contradicen con las preferencias. No tengo los datos ahora y cito de memoria, pero en un experimento de doble ciego se preguntó a un grupo de test que refresco preferían y luego de dieron a beber muestras de dos refrescos. Curiosamente la bebida preferida que seleccionaban no coincidía con la que ellos afirmaban preferir, no se si era un 30% o algo así, pero el dato no deja de ser curioso.

Y esto funciona con todo, yo conozco personas que compran una marca por razones que no consiguen explicar, o porque es la de toda la vida o porque el pote le gusta más. Es estilo ecología ecológica, que son las verduras medio podridas que no pueden ser vendidas en el mercado, pasan de golpe a agricultura ecológica (confirmado por un payés que conozco del tarragonés). Y oiga, la gente las compra y encima las compra más caras.

Yo comprendo que uno no puede tener instalado el SSPS en su cabeza (un software para hacer estadísticas) y realizar comparativas de todos los productos que compra. Es agotador y es aburrido. Que cada cual compre lo que le salga de las narices, pero lo que ya me cuesta más de entender son estas adhesiones a fuego a marcas y corrientes. Me refiero a las consolas, a los sistemas operativos, al cambio climático o a lo que sea. La gente (así, en global), defiende sus teorías sin asumir que no tienen ni idea, y no os podéis ni imaginar que pasión le ponen, ni que les fuera la vida en ello.

Lo datos, la base de toda verdad, han perdido relevancia y ahora se lleva otro estilo. El buenismo, la sensación, el ser sostenible (que siempre he pensado que era conseguir mantener el equilibro y no caerse al suelo). Tu puedes decir que no te acabas de creer toda la teoría del cambio climático y automáticamente vas a recibir una larga lista de comentarios, pero pocos con datos sólidos sobre tu error. Y eso no es todo, la mitad de los que te ponen a caer de un guindo son los que van a todos los lados en coche, tienen aire acondicionado en casa y iluminan la casa con lámparas halógenas.

De verdad que añoro las discusiones sobre los datos eran más importantes que el gritar más alto, donde el dialéctica reemplazaba al insulto.

Como colofón, yo tengo una teoría sobre las discusiones en internet (foros, listas, etc..) que viene ser:

((número de comentarios/raíz_cuadrada(número de usuarios))*comentarios_anónimos²

Sale en que número de comentario te llamarán fascista, rojo, ignorante o cualquier otra lindeza.

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