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Volver a las bases

¿Qué es necesario?

por Jose Salgado
Dirección, Tecnología | Tecnología | 

Hay miles de cachivaches que nos hacen la vida más fácil, desde el lavaplatos pasando por la nevera o el ordenador. Pequeños artefactos que sobre el papel nos da más tiempo libre, o quizás nos liberan de tiempo que no utilizamos para disfrutar sino llenarlo de tareas que tampoco nos hace más felices ni relajados.

Otro punto es el coste de adquisición, creemos que cualquier mejora ew buena por defecto pero no solemos contemplar todos los factores. Quizás nos quedamos solo con el precio de compra sin mirar el mantenimiento o incluso, la posibilidad de que modifique nuestras rutinas y con ello nuestro comportamiento.

Así que antes de suspirar por una mejora sea física o espiritual, hemos de estar seguiros del precio -en cualquiera de sus formas- que hemos de pagar.

Y sin entrar en detalles, un ERP es el ejemplo clásico en las empresas, suena bien, se vende solo y todos los que tienen poder de mando salivan al imaginarse esas gráficas y análisis que nos muestra y creemos que es algo que surge automáticamente. Cuando hemos firmado el contrato, no somos consciente de las horas que se han de invertir más allá de la simple programación, analizar las necesidades, la implicación del persona, y sobretodo, la resistencia que vamos a encontrar la cantidad de iteraciones que se han de producir hasta que al final llegamos a un producto que suele ser más caro de lo esperado y que no funciona como nos habría prometido. Eso pasa por poner por delante las ilusiones antes de la realidad y no contar con esos intangibles.

Soy consciente que el ser humano tiende a tomar decisiones basadas en categorías de valor que no siempre se corresponden con la realidad. Como el clásico “por un croissant de chocolate no voy a engordar”, “por una galleta” y al final del día nos hemos zampado más de tres mil calorías picando. O por el estar media hora más despierto, al final del mes vamos más cansado. Son pequeños engaños que nos hacemos para hacernos la vida más fácil. El problema es que son engaños y al final siempre aparece el resultado, no deseado, final.

Sería bueno tener más templanza para saber cueles son nuestros defectos, de que sesgos somos víctimas y una vez ser consciente, la sabiduría para cuando somos víctimas de nuestras propias pasiones y no de una necesidad real.

Esto nos ha ocurrido más de una vez en el desarrollo, cuando hablas ves que son más deseos de una persona que realidades que necesite. Es trabajo nuestro el reenfocar el proyecto para que no se encuentre con una factura de un producto que no ha pedido, no le sirve y ha puesto a toda la empresa en su contra. Mejor ir despacio, saber de que estamos hablando y quién lo ha de usar, tanto en alimentarlo de datos como de analizarlo, y luego ejecutar. Con la experiencia acumulada, se puede volver a iterar para ir llegando poco a poco a un lugar donde puedan coincidir deseos y realidades.

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