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Controlar tu contenido

Controlar tu contenido

por Jose Salgado
Dirección, Marketing | Información | 

Este es uno de los gritos de guerra que algunos clamamos cuando se habla de usar plataformas que no controlas a la hora de publicar y distribuir tus escritos: Se dueño de tu contenido. No todos se leen las condiciones kilométricas que solemos aceptar antes de entrar en alguno de estos sitios y sobre los que pulsamos aceptar sin pensar en las consecuencias1. Pero no voy a hablar de dónde has de publicar tus textos, si en Facebook, si en Google Plus o si en Medium2, sino de lo realmente importante, de tus datos. Y que datos son los que considero yo fundamentales, los datos contables, los datos de tus clientes, los documentos que generas, todos estos datos son realmente valiosos y aunque no siempre pensemos en ellos cuando hablamos de propiedad de contenido, son los que más nos deberían de preocupar.

Hace ya un tiempo, la NASA quiso revisar las fotos de la luna que tomó entre el 1966 y 1967, al principio de la carrera espacial, pero se encontraron con un pequeño problema, no podían. Entre que el formato no era exactamente un GIF3 sino que era un algoritmo propio y las cintas no estaban en sus mejores condiciones, esas imágenes se podían dar por perdidas. Por suerte para ellos y para toda la humanidad, un grupo de hackers consiguieron descifrar el código4 y obtener las imágenes.

Durante mucho tiempo, la informática que todos usábamos consistía en comprar un programa, lo instalábamos y trabajábamos con nuestros datos como nos apeteciera, ya sea usando el Office, el Photoshop o cualquier otro. Si por desgracia la empresa que nos suministraba el programa cerraba, siempre nos quedaba tener el programa en nuestras manos y más o menos conseguíamos seguir trabajando. Esto me ha pasado a mi con el Wordstar5, que la empresa descartó el proyecto y a pesar de no contar con actualizaciones o parches de seguridad, yo podía seguir usándolo en la comodidad de mi despacho.

A día de hoy ya no compramos programas, sino licencias y no poseemos el código sino el ejecutable, y para colmo de problemas, ya no instalamos el programa en nuestro ordenador sino que todo está en la nube. El no tener el código no suele ser un problema la mayoría de las veces a no ser que seamos Richard Stallman6 o sepamos programar, a la mayoría de personas nos bastará que el programa funcione porque no nos dedicaremos a explorar el código fuente para mejorar o realizar nuestros propios parches. Lo realmente complicado es cuando todo está en la nube y no instalas un programa, todos los datos se van a un servidor que no sabemos donde están y no tenemos ni la más remota idea de en que formato se guarda.

Hace unos años existía una auténtica batalla para crear formatos estándards para los programas de ofimática, Office era el rey del mambo y ninguna alternativa tenía opción de competir a no ser que fuera compatible con el programa de Redmon. Como podréis suponer Microsoft no quería liberar el formato de los documentos para seguir dominando el mercado y las alternativas se pasaban la mitad del día haciendo ingeniería inversa para poder descubrir como funcionaba. Después de mucho trabajar y pelear, se consiguió crear un formato abierto7 y documentado para crear documentos que cualquier programa, y siguiendo las normas, pudiera abrir, modificar y guardar. Ahora, si el gigante de Redmond cerrara, no habría problema porque todos podríamos usar alternativas para abrir esos ficheros creados con la ayuda inestimable de Clippy.

Al pasarnos a la nube tenemos un problema añadido, porque solo un proveedor accede a nuestros datos. No podemos usar la aplicación de Oracle e intentar acceder con la interface de DB2, hemos de pasar directamente por toda la cadena de valor de proveedor, y nuestros datos, quedan atrapados en la misma. Si un día dejamos de pagar, perdemos el acceso, si un día cierra, perdemos nuestros datos.

Además de todo esto, otro de los peligros es el ser cautivo de una aplicación. Imaginemos que somos clientes de una aplicación en la nube y tenemos nuestro historial financiero de cinco años, pero el software no acaba de gustarnos y hemos encontrado una alternativa que se adapta mejor a nuestras necesidades y bolsillos. ¿Como movemos los datos?, si no nos dejan hacerlo porque hemos firmado un contrato, ¿cual sería el costo de volverlos a meter a mano?, ¿tendremos que pagar una cuota para poder acceder a esos datos mientras pagamos al nuevo proveedor?.

Con esto me refiero a ser dueño de tus datos y ahora no los somos, dependemos de la existencia de un tercero no solo para que nos facilite la solución, sino que siempre esté activo para poder trabajar. Y fijaros la curiosidad que mientras pensaba este post han ocurrido dos noticias muy relacionadas. Una red social8 que cierras sus puertas sin dar la opción a los usuarios que retiren sus datos, y otra que ha seguido el mismo camino y sus miembros ha perdido todas las fotos9 que tenían guardadas en esa web.

Quizás por todo esto haya sido usuario de Linux10 durante mucho tiempo, y ahora que ya no tengo cuerpo para pelearme con las configuraciones, intento evitar lo más posible aplicaciones que no me exporten mis datos en un formato que pueda trabajar con ellos, sea en excel o en texto plano. Usar aplicaciones que no te dejan usar tus datos en otras plataformas para darles otros usos, no suelen ser buena idea, sobretodo sino tienes ni el control del programa ni del formato.


  1. Smith, Catharine. “7,500 Online Shoppers Accidentally Sold Their Souls To Gamestation” Huffintong Post. 2010–06–17. http://www.huffingtonpost.com/2010/04/17/gamestation-grabs-souls-o_n_541549.html  ↩

  2. Plataforma de blog creada por fundadores de Twitter que pretende revolucionar el sector http://medium.com/  ↩

  3. Graphics Intercharge Format. Fue uno de los formatos gráficos más usados en el comienzo de la WWW y creado por Compuserve en 1987.  ↩

  4. Bierend, Doug. “The Hackers Who Recovered NASA’s Lost Lunar Photos” Wired. 2014–04–23. http://www.wired.com/2014/04/lost-lunar-photos-recovered-by-great-feats-of-hackerdom-developed-at-a-mcdonalds  ↩

  5. Programa de escritura que fue desplazado primero por el Wordperfect y posteriormente por el Word. Como curiosidad cabe decir que es el programa que usa George R.R. Martin –el creador de Juego de Tronos– para escribir sus novelas.  ↩

  6. Uno de los padres del Software Libre https://www.stallman.org/  ↩

  7. Norma ISO para documentos ofimáticos https://www.oasis-open.org/committees/tc_home.php?wg_abbrev=office  ↩

  8. Rodríguez, Ara. @AraRodriguezT ”Viadeo deja China y deja a LinkedIn como líder indiscutible” Hipertextual. 2015–12–08. http://hipertextual.com/2015/12/viadeo-linkedin  ↩

  9. Ferrer, Sergio. @SergioEfe “La silenciosa muerte de Fotolog se lleva a la tumba nuestros recuerdos adolescentes” El Confidencial. 2016–01–08. http://www.elconfidencial.com/tecnologia/2016-01-08/la-silenciosa-muerte-de-fotolog-demuestra-la-volatilidad-de-nuestros-recuerdos-digitales_1131944/  ↩

  10. Si, todos tenemos un pasado y me pasé mucho tiempo usando Fedora y luego Ubuntu. Aunque he de reconocer que empecé con Slackware, una distro ideal para aprender inglés técnico (y los que la hayan instalado ya saben el porqué)  ↩

  11. The Lord of the Rings: The Fellowship of the Ring http://www.imdb.com/title/tt0120737/  ↩

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