Enviado por Jose el
El mercado de los servicios legales está cambiando
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Podríamos citar a Guiseppe Tomasi con su Que todo cambie para que todo siga igual, o quizás hacer uso de mis escasos conocimientos de filosofía y citar a Parménides y su Nada cambia, todo permanece, pero como tengo el pasado que tengo me voy a quedar con Led Zeppelin y su The song remains the same.

Servicios de valor añadido vía internet

El negocio sigue siendo el mismo, vender, pero el entorno ha cambiado y hay que adaptarse a los nuevas fuerzas que modelan la percepción realidad. Hace ya muchos años entramos en el mundo dónde los bienes físicos se compraban y vendían a través de plataformas online: Amazon, ebay, etc. Los mercados fueron reticentes a esta nueva forma de interactuar, pero el tiempo y sobretodo, los resultados, han respaldado esta apuesta y ya no sólo se compran libros y discos, sino que la oferta está abarcando productos que creíamos sería imposible comercializar sin un intermediario físico. Este cambio también está llegado a los servicios de alto valor añadido. Cada vez más sectores llamados tradicionales como consultoría, marketing, finanzas, etc.. Van a comenzar a trabajar usando el potencial de la red, pero no solo para vender, sino para crear equipos de forma descentralizara para reducir costes estructurales.

Globalización

Por otra parte, la globalización en todas su vertientes, ha convertido el mundo en un gigantesco mercado único. Esto es así por los diferentes acuerdos comerciales entre países, como puede ser NAFTA, la Unión Europea, e incluso el ITTP que se está negociando ahora. Cada vez más existen menos fronteras para comerciar entre países, con lo que la competición ya vive al otro lado de la calle sino en cualquier lugar del mundo.

Marco legal

Día a día, todos los poderes públicos sancionan leyes  e incrementan el corpus legal que una empresa ha de cumplir. Normas supranacionales, nacionales, autonómicas, municipales, etc.. Cada uno de ellos usa su capacidad legislativa y obliga a las empresas a un esfuerzo extra para operar en el lado correcto de la ley. Esta presión obliga a los abogados corporativos a decidir entre ampliar plantilla para cubrir cada uno de los pequeños detalles de cada lugar en el que operan, o subcontratar servicios a empresas externas, las cuales, se encontrarán en una disyuntiva totalmente diferente: Especializarse o morir. Será imposible para cualquier bufete de abogados tener expertos en todas las áreas, con lo que la aparición de boutiques legales especialistas en temas concretos estará al orden del día, y la competencia entre las firmas medianas será entre esta opción o adquirir tamaño para subsistir.

Nuevo entorno laboral

Podemos llamarlos milenials, podemos llamarlo la era de la marca personal o simplemente el momento en que la persona física es más importante que la firma. Los abogados ya no serán una pieza en un engranaje, sino que su propio nombre será la marca que agregue valor al bufete. Con esta lógica, las lealtades son menores, y las prioridades cambian. Cada vez menos profesionales quieren verte sometido a la lógica de un grande despacho, reclaman libertad, no quieren esos horarios de nueve a doce de la noche, compaginar su trabajo y su vida personal, y por encima de todas las cosas, dedicarse a lo que realmente les gusta. Esta nueva generación no quiere invertir tiempo en proyectos que no son de su interés ni de su especialidad, no realizar tareas burocráticas ni de marketing que no aportan valor a su propia marca, y por encima de la remuneración salarial quieren verse compensados en otros aspectos menos tangibles como formación, progresión y balance.

Sobreabundancia de información

Con estos parámetros vemos con claridad que la oferta disponible se va a disparar de forma exponencial y el secreto no estará tanto en agregar abogados, aunque usemos criterios de sector y especialidad. El servicio que va destacar y realmente resolver problemas reales de las empresas será el que filtre y nos seleccione al profesional adecuado para cada momento puntual. El que valide y certifique al profesional para dar no solo calidad, sino confianza. El servicio que además de todo esto, se responsabilice de la selección y de los resultados. En resumen, un servicio legal que nos de la solución óptima sin que tengamos que invertir tiempo en buscar en un mar de datos de difícil contraste.

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