Los riesgos de la dependencia tecnológica
por Jose SalgadoEs importante recalcar una frase que no todos tenemos clara: cuando no pagas por el producto, tu eres el producto. Y a esta afirmación le añadimos que si generas dependencia de tu proveedor estás en graves problemas. La suma de estas dos afirmaciones suelen darse bastante a menudo en Internet. Con el argumento que montar una pequeña estructura es relativamente barato, acabamos teniendo un espacio web en blogger, el correo en outlook, alimentamos de contenido las redes sociales para amplificar nuestra marca y usamos herramientas como mailchimp para crear fidelización y por supuesto, una base de datos de potenciales clientes.
La cuestión es que no estámos pagando por estos servicios, se ofrecen tal cual y sin garantías de ningún tipo en la mayoría de los casos. Pueden cambiar los términos y condiciones cuando les apetezca y como les apetezca, y les cedemos todos los datos que podamos incorporar. Y nosotros, seguimos fieles a la tradición de mantener costes bajos, ni se nos ocurre pasar a plataformas propias y pagar nuestros desarrollos para mantener el conocimiento y el contenido en nuestras manos.
Pero llega el momento en que los que nos dan los servicios de forma gratuita empiezan a cambiar funcionalidad, quitar opciones y hacer todo tipo de trucos para forzar que una parte de su base de usuarios, sobretodo empresas que quieren llegar a una masa mayor de potenciales clientes, empiecen a pagar. En este momento se nos queda cara de tonto, hemos invertido tiempo y dinero en atraer clientes a su plataforma y ahora nos dejan tirados. Ese dinero que podríamos haber usado en desarrollar un espacio propio libre de dependencias, ese dinero queda ahora difuminado y perdido por un cambio de política.
Es muy importante que tengamos claro hasta que punto el uso de servicios externos gratuitos es una oportunidad o una desventaja. Si toda tu funnel pasa por tener presencia en redes, está claro que un cambio de política en las mismas te afectará y sería sabio por tu parte intentar cambiar estos porcentajes. No estamos inventando nada, es algo que en el mundo off-line existe hace tiempo, cuando un cliente representa más del treinta por ciento de tus ventas empieza a temblar porque estás a merced de sus caprichos, te pueden forzar a bajar precios, cambiar estructura, básicamente a hacer lo que ellos quieran y sino, que les pregunten a los proveedores de IKEA.
Por mucho que te duela gastar dinero, es fundamental que tengas independencia tecnológica. Has de ser dueño de tu correo, de tu web, y sobretodo, de tus clientes. No quiero ser excesivamente duro, pero todos esos fans, followers y demás fauna que puedas conseguir no son ni clientes, ni contactos ni nada, son más producto gratis para otras compañías. Has de llevarlos a tu propio espacio donde controlas las normas y donde puedes actuar de forma más eficiente.
Por otra parte, si todos estamos usando estos servicios gratuitos, ¿dónde está nuestra diferencia?, si una pieza fundamental de nuestra estrategia es compartida por la competencia, ¿no será que nos hemos quedado sin ese diferencial que hace que la gente nos compre a nosotros en vez de a otro?
La libertad tiene un precio, y aunque no lo veamos claro al principio, es algo que has de tener apuntado en el plan financiero porque tarde o temprano, lo más inteligente será independizarse y crecer sin depender de nadie más que tus propios esfuerzos.
Y esto es válido tanto como para productos tecnológicos como para consultores, personas y cualquier otro tipo de relación en la que nos apoyamos en terceras personas. Has de tener claro en tu proyección que has de dar un salto de fe y empezar a valerte por ti mismo.
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