Dos más dos nunca suman cuatro

En nuestra vida tenemos que lidiar con varios tipos de realidades, una de ellas es perfectamente lógica, donde existe el principio de identidad, de igualdad, de adición, sustracción y es el lugar donde reina a sus anchas las matemáticas. De este universo, extraemos y creamos fórmulas y realidades que tienen su propia lógica y que dentro de su propia definición, funcionan, son exactas y nos ofrecen una explicación racional de nuestra realidad, y lo más importante, hacen que la supervisión financiera en una empresa pueda ser eficiente, lógica y no sometida a caprichos veleidosos de cualquiera que pase por allí. Si vendes dos unidades, has vendido dos unidades, ni una más ni una menos, y si tu coste de producción por unidad es de cuatro euros, ya puedes disfrazar este número con lo que más te guste, pero seguirán siendo cuatro euros en el balance.

Afortunadamente, o por desgracia según algunos, no siempre podemos estar jugando en este mundo lleno de coherencia y lógica interna por la sencilla razón de que hay aspectos de la vida y de la gestión empresarial que no pueden reducirse a números. Es cierto que en muchas escuelas de negocios tienen la manía de explicar los fenómenos sabiendo el resultado, lo cual facilita mucho su análisis y que puedan construir un manto de sabiduría adelantándose a lo que ya conocían de antemano. Es el caso de Honda, Dayson y tantos otros, que nadie quería apostar por ellos pero ha sido un éxito y ahora todas las escuelas lo explican como algo perfectamente lógico y que solo los necios serían incapaces no darse cuenta de las bondades de estas empresas.

En el contexto de las personas, los acuerdos, no podemos mirar solamente el factor numérico. Hay variables que no sabría definir porque sino triunfar sería un proceso que podríamos traducir a un algoritmo matemático y todos seríamos multimillonarios. Y en esta disfunción de la lógica, es donde reside el encanto de los negocios, los recursos humanos y el marketing, el que en el fondo no tenemos ni idea de absolutamente nada, y que tenemos a basarnos en conocimientos previos, que sin embargo, varían día a día, año a año, y poco a poco, nosotros también hemos de variar.

Hace ya algún tiempo le dije a un directivo que si la suma total del talento de su empresa era igual a la suma del talento individual estaba tirando el dinero. No se si acabó de comprender la frase, pero la idea está clara, si tu sistema de gestión no sabe gestionar de forma inteligente, y creativa, los recursos que posee es difícil garantizar su supervivencia a largo plazo, y de ninguna manera será capaz de retener el talento suficiente como para afrontar los retos que siempre esperan en la siguiente esquina.

Si en tu empresa digamos que se dedica a producir huevos, y llegas a un acuerdo de distribución con otra empresa que se dedica a producir patatas, quizás consigas tener la mejor logística del mundo. Pero si piensas un poco más, te das cuenta que esta ecuación podría ser algo que dos más dos igual a cuatro, si tienes la creatividad suficiente podrías ver que quizás, combinando los dos productos puedes crear algo nuevo y diferente como puede ser una simple, pero estupenda, tortilla de patatas.

Soy consciente que el ejemplo es muy tramposo, pero lo es en la medida de que todos estamos familiarizados con la tortilla de patatas, pero hace ya mucho tiempo hubo una persona que pensó en este producto. Quizás te gustaría más el ejemplo de una empresa que se dedicaba a fabricar piezas de porcelana, las clásicas tazas y demás, que descubrió un proceso para hacerla más resistente. Lo interesante es que ahora mismo, su mejor producto no son las tazas, sino las piezas pequeñas para sistemas de refigeración porque resisten mucho mejor que el metal las variaciones de calor. 

¿Una empresa que fabrica porcelana suministra piezas a un fabricante de aires acondicionados?, pues sí, a este tipo de ecuaciones no lineales me refiero. No siempre lo más obvio es la mejor respuesta.