Los extraños aliados de Rusia se multiplican para mover el petróleo fantasma y eludir las sanciones

Tras la invasión rusa de Ucrania, Estados Unidos y la Unión Europea impusieron sanciones al petróleo de Moscú con el objetivo de minar los ingresos del Kremlin a través del oro negro y así obstaculizar su esfuerzo bélico. Sin embargo, Rusia está esquivando eficazmente estas restricciones: ni siquiera el tope 60 dólares del precio del crudo ruso ha logrado el objetivo de quebrar el músculo económico del gobierno de Vladimir Putin. Una de las principales razones de la capacidad del Kremlin de eludir estas sanciones es la enorme flota de buques fantasma que está a su disposición: navíos que ocultan sus movimientos mediante todo tipo de artimañas, incluido el registro de embarcación en pequeños países africanos, que han estado históricamente fuera del negocio marítimo.

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