Dejad que los niños se acerquen a mí
por Jose SalgadoHace ya bastante tiempo tuve la ocasión de ver un documental sobre marketing para niños[1], ya que me tocaba introducirme en este área de una forma más formal, creía interesante empezar a leer sobre el tema y no guiarme por la experiencia de muchos años de lidiar con clientes, tanto para retenerlos como para atraerlos.
La verdad es que a los quince mi cuerpo estaba lidiando con dos reacciones totalmente opuestas, la primera es lo importante que es el marketing para definir la estrategia y la táctica de una empresa, y por el otro lado, el poder que tiene para influenciar en nuestro comportamiento.
Sobre estos dos sentimientos surgía una frase el poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente y se me caía la cara de vergüenza al oír a las directivas de marketing de esas empresas defender sus estrategias, a los políticos trabajando para los lobbies en vez de para la población y una larga serie de estudiosos y científicos que cambiaron su ética y su moral por un puñado de dólares.
Todos estos sentimientos con los que lidie en el pasado han vuelto a pasearse por mi cabeza después de ver otro documental[2] dónde se aborda el tema de la obesidad y como esta empieza con una mala gestión de los hábitos alimenticios, de como las empresas intentan negar la correlación entre consumir comida manufacturada y la diabetes.
Es realmente interesante ver como copian paso por paso la estrategia de las compañías de tabaco para consolidar su posición, apuntan a los niños -cuanto más pequeños mejor-, asocian imágenes de personajes infantiles a sus productos de la misma manera que Joe Camel[3].
Casi cualquier psicólogo que se precie afirma que las emociones que establecemos con las marcas son más intensas cuanto más pequeños somos. Este debe ser el motivo de que estas vivencias nos acompañen y nos modelen durante toda nuestra vida, siendo la base para muchas estructuras mentales que usaremos, bromas, frases. En mi caso, voy a llevar conmigo siempre Mazinger Z[4], La Guerra de las Galaxias[5], Stephen King[6], Super López[7] y tantos y tantos recuerdos.
Es quizás por estos recuerdos que la serie de Strange Things[8] está arrasando como el producto del año, porque mezcla con proporciones exactas todos estos recuerdos y nos lo presenta como una serie de gusto cálido y que vive más en el recuerdo que en el presente.
Aceptando esta realidad, y teniendo en cuenta que el objetivo de una empresa NO es ganar dinero, lo que me preocupa es la falta de ética, estética, moral y de todo lo que tenga que ver con las relaciones entre sociedad y empresa. ¿Como se justifican estos directivos ante la violación de la infancia?, entiendo que quieran tener beneficios, ¿pero a cualquier precio?.
No sería más honesto para todos dejar a los niños tranquilos, no bombardearlos con publicidad hasta que no tengan los recursos intelectuales para poder responder adecuadamente. Un niño no sabe si lo que ve es publicidad, parte del programa, si es verdad, si es fantasía, y no solo eso, sino que en el sector de la alimentación, se añade azúcar para hacer el producto más adictivo cuando lo más honesto sería quitar el azúcar que no le toca.
Realmente no se como pueden vivir con ellos mismos y como son capaces de vivir con el daño que realmente están causando en la sociedad. Y no solo es causa de la estupidez, sino que existe maldad ya que cuando aparentan ayudar, lo único que hacen es darnos gato por liebre. Un ejemplo es con los productos light, que dicen que tienen menos grasa, pero tienen casi más azúcar que el producto original. ¿Dónde está la ayuda?. O como cuando afirman que la pizza es un alimento que puede ser considerado como vegetal, ¿en serio?, ¿una pizza con queso, bacon y una loncha de tomate es vegetal?. Quizás debería de referirme a cuando dicen que van a quitar azúcar y lo sustituyen por dextrosas o cualquier otro tipo de sustancia que tienen el mismo comportamiento químico en el organismo que el azúcar. ¿Alguien me puede explicar al favor que no están haciendo?, porque realmente parece que les debamos la vida cuando lo único que hacen es quitárnosla.
Si el problema fuera solo de la industria, que por un punto más de mercado matarían a su madre -o en este caso y de forma más realista- matarían a sus hijos, sino que los estamentos que nos han de defender no hacen nada y se dedican a llenarse los bolsillos a base de dar conferencias patrocinadas por los mismos grupos que se condenan a nuestros hijos.
Insisto, el marketing es maravilloso, es interesante y tiene mucho poder -sobretodo si tienes una gran capacidad financiera y de influencia- y por lo tanto se ha de usar de forma sabia, con ternura, templanza y sobretodo, sabiduría. Contemplar el impacto no solo en la cuenta de resultados sino también en la sociedad. Puede que a corto plazo en vez de compraros un avión como parte del bonus tengas que ir en business, pero la sociedad estará más sana, y aunque no te lo digamos todos personalmente, estaríamos todos más agradecidos y volveríamos a confiar.
Si esto no cambia, vamos camino de convertirnos en unos seres cínicos, desconfiados, zombies y espiritualmente vacíos y creo cuando una sociedad ya no tiene esperanza las consecuencias pueden ser realmente desastrosas.
[1] Marketing para niños. YouTube
[2] Fed Up “An examination of America's obesity epidemic and the food industry's role in aggravating it. “
[3] Personaje de dibujos que representaba a la marca de tabaco Camel y cuyo target era convertir a los niños de catorce años y menos al consumo de tabaco.
[4] Casañas, Jesús. “Mazinger Z: 10 curiosidades en su 40 aniversario”. ABC. 2012-12-03
[5] Recuerdo la cara de contratiempo de mi hermano cuando le tocó acompañarme por narices y tuvo que ver la película en la primera fila porque no había más sitio en todo el cine. Inolvidable la escena final con el X-Wing en el pasillo de la Estrella de la Muerte.
[6] No solo el Stephen -el mejor contador de historias vivo- sino también Orson Scott Card, Kim Stanley Robinson, Dean Koonz, Bram Stoker, H.G. Wells, Arthur Conan Doyle, etc…
[7] Impagable su aportación al cómic, pero hay que añadir también a Ibáñez y otros tantos del mundo del cómic como Alan Moore, Ccacais Claremont y una larga lista.
[8] Una serie que es un homenaje a Stephen King, Los Goonies, Los Gremlins y a toda esa lista de películas que decoraron nuestra adolescencia.
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