Own your data
por Jose SalgadoLas cosas claras y el chocolate espeso era una de las frases favoritas de mi abuela, esta y la de niño vete a tu casa que tus padres estarán preocupados. Se conoce que la pobre tenía demencia senil a intervalos aleatorios y la mitad del tiempo tenía la sabiduría que da la experiencia y el resto del tiempo se dedicaba a mortificarme diciendo que yo era huérfano y me habían adoptado.
A pesar de que cuando eres enano estos momentos que ahora considero divertidos y casi tiernos no me hacían demasiado gracia y como soy de los que prefieren fabricarse una buena úlcera antes que dejar que la indignación me lleve por el camino de los decibelios muchas veces tomaba la callada por respuesta, además que discutir con alguien que tiene demencia no es un ejercicio que te lleve a ningún lugar o como mínimo lo más que puedes conseguir es que te fascine como funciona el cerebro.
Lo que si me llevó a plantearme más de una vez sobre la estructura del cerebro y como se gestionaba la información. Es posible que el sistema físico fallara pero si los datos existían debería ser posible acceder a ellos y procesarlos. Con la tecnología me ocurre más o menos lo mimo, no me preocupa demasiado que estructura física o que plataforma estemos usando siempre y cuando tengamos acceso a los datos brutos y como están estructurados.
Recuerdo cuando estaba en los grupos de Linux para fomentar el uso en todos los ámbitos posibles. Una de las discusiones más interesantes era si teníamos que apostar por el software libre o si la apuesta era por la información libre. La diferencia no es pequeña y representa una serie de implicaciones muy importantes.
Si apostamos por lo primero se da a entender que la información es secundaria y lo primero es la herramienta, por el otro lado, si adoptamos la visión contraria no es tan importante como consigues procesar los datos, sino los datos en si mismos. Si lo llevamos a un terreno menos teórico sería afirmar que todos deberíamos usar Open Office como suite ofimática, y todos deberíamos estar atados a esta solución, o si da igual si usas Microsoft, Libre Office o iAlpargata sino que los ficheros sean abiertos y cualquier aplicación las pueda abrir.
Cuando di el salto al marketing estas reflexiones cogieron mayor calado ya que en este área uno de los aspectos más importantes son los mensajes. ¿Dónde lo pongo? ¿Como lo gestiono?, y cada vez era más critica esta decisión: tener control de la herramienta o del mensaje. Con cientos de soluciones dónde no se tenía que pagar nada más que con el propio contenido a cambio de perder su control la tentación de ceder era muy alta.
Hablamos de plataformas como Blogger, Twitter, Facebook, dónde dejamos el resultado de muchas horas de trabajo y que si llegado el momento nos queremos marchar, no podemos recuperar el esfuerzo realizado. Perdemos todo lo que hemos hecho, y peor que perder, lo hamos regalado a otra empresa para que lo explote.
Si, me podréis decir que algunas te dan la opción de descargártelo pero la última vez que lo mire era un formato muy poco práctico para trabajar con el, y además, que a mi Facebook me diga que borrará mis datos me da la misma confianza que un político, de cero a la nada absoluta.
Bajo este principio siempre ha buscado tener bajo mi control las dos variables fundamentales, la herramienta y el contenido. Se que abarco mucho, pero prefiero ir sobre seguro y tener el acceso al código de mi plataforma -en este caso Drupal- y control sobre lo que estoy escribiendo en redes sociales.
Lo de Drupal ya lo he explicado, pero es un CMS de código abierto que me permite tener la web bajo LAMP, que es el acrónimo de Linux, Apache y PHP que son herramientas de código libre y que si llega el caso dejan de fabricarse o mantenerse yo podría hacerlo -la verdad es que no podría pero si estudio mucho quizás si que tendría alguna oportunidad-
En cuanto a los textos que comparto, ya sea en Medium, LinkedIn, Facebook, etc… siempre tengo una copia de todos mis artículos en esta web. Respecto a las noticias que creo interesantes, también acaban en el propio Drupal. Me dio por programar un módulo que me permitía guardar los artículos más o menos como hace Pocket y luego distribuirlos automáticamente por todas las redes
De este modo, si algún día las redes sociales pasan de moda o cierran porque una cosa es ser cool y otra tener beneficios, yo seguiré manteniendo el resultado de todas esas horas delante del ordenador trabajando, y más de una vez navegando sin rumbo fijo hasta que encuentro algo que me saca de mi letargo intelectual.
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