Enviado por Jose el
Hello my name is Doris
RRHH | Gestión de Empresas | 

¿Alguien se acuerda de lo que significa ser adolescente, de lo que nos pasaba por la cabeza, de las ideas locas que teníamos y lo que queríamos hacer cuando creciéramos? Como ahora ya tengo una edad y dispongo de Facebook, puedo recordar las conversaciones que teníamos en el patio del colegio y ver dónde ha ido a parar cada uno de nosotros. Unos son directivos, otros dentistas, pero no era algo que ninguno de nosotros viera como la imagen de nuestra edad madura, soñábamos con algo más, con una vida que tuviera significado para nosotros, y aquí los ves a todos con corbata, con más o menos pelo, con más o menos canas, pero totalmente integrados en el sistema.

Los únicos que conozco que se han escapado de esta rutina de estudiar, trabajar, casarse, tener hijos y divorciarse son los que era los más alternativos y uno es músico y el otro es dibujante de cómics. Curiosamente son estos dos los que si realmente teníamos claro que ese era su futuro, uno era extraordinariamente hábil con la música y contando historias y el otro dibujaba no bien, sino mejor todavía. Por eso vemos como algo normal que se dediquen a esto ahora, pero el resto, ¿que nos ha pasado?, yo tenía mi mente en entender a las personas y estudiar psicología para que fueran felices y que dieran al mundo la mejor versión de si mismo y ahora estoy en marketing intentando venderles producto que quizás necesiten mucho menos que un buen abrazo y un gesto de afecto.

Como comentaba no hace mucho con una amiga, somos un producto de una generación fallida, si hubiéramos nacido diez años antes todavía estaríamos trabajando en un puesto fijo, con una carrera definida y con unas perspectivas claras de lo que va a ser de nuestro futuro. Si hubiéramos nacido diez años más tarde tendríamos claro que esto de las relaciones entre empresa y trabajador son cosa del pasado y no nos dejaríamos la piel por ser los mejores y hacer más horas que un reloj, disfrutaríamos del día a día, no nos preocuparíamos de formarnos a nosotros mismos, de tener experiencias y de viajar, nada de atarse con obligaciones.

Pero del mismo modo que somos un proyecto sociológico fallido, somos una de las mejores preparadas. Tenemos la actitud del esfuerzo, tenemos la inquietud para seguir formándonos, la responsabilidad del trabajo bien hecho, con lo que todo esto no puede ni debe ser algo que se pueda ignorar. Si en su momento renunciamos a nuestros sueños por seguir un camino que nos marcaba toda la sociedad, es ahora, cuando la edad ya no la perspectiva de la vida y la experiencia es la mejor brújula que puedas comprar, cuando estamos preparados para alcanzar nuestras inquietudes.

Una generación de cuarenta años que ha pasado por casi todo, que ha visto de todo y que ha estado en todas las trincheras que se pueden estar. Todo este conocimiento, por raro que te parezca, es único y lo tienes tú y nadie más. No hay ni un solo MBA, Máster, Curso o Seminario que pueda enseñarte lo que tu has vivido codo a codo con otros como tú en estos años de lucha diaria.

El único obstáculo que te está frenando es seguir anclado en los esquemas del pasado, has de olvidaros y abrazar por completo la filosofía de las nuevas generaciones: tu futuro es tuyo. Coger el toro por los cuernos y decidir que quieres hacer con tu vida y dejar de depender de un jefe, un encargado o de cualquier otra persona. Si, es duro perder esa sensación de estabilidad y convertirse en un freelancer, un knowmad o como quieras llamarlo, pero es el mejor camino para que dejes de lado tus miedos, veas valorar tu trabajo y tu conocimiento y poner las bases de la escalera que te llevara a la siguiente fase de tu vida, que es la satisfacción.

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