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Las gafas de Clark Kent

Las gafas de Clark Kent

por Jose Salgado
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De pequeño leía y leía mucho, pero antes de sumergirme en lo que podríamos llamar literatura -aunque yo soy más de Stephen King y Tolkien- me pasé mucho tiempo leyendo cómics e historietas de superhéroes. Tardes y tardes que han llenado mi vida las historias de Superlópez, La Patrulla X, Los 4 Fantástico, Den… la lista es tan larga que no daría para un post. Pero de todos los superhéroes que he conocido el que peor me caía y que nunca conseguí entender era Superman. Vale, sus poderes son fáciles de entender, nació en un planeta a donde Cristo perdió la alpargata y con la llegada a nuestro sistema solar el Kal-Eliano era capaz de ganar todas las medallas de las olimpiadas sin despeinarse. Lo que jamás entenderé es como teniendo una identidad secreta, como tantos superhéroes del universo Marvel y DC, al tipo le bastaba con ponerse unas gafas y pasaba desapercibido, era algo que me sulfuraba. O Clark Kent tenia un poder extra para hacernos idiotas a todos, o bien era el resto de personajes que eran básicamente miopes a la par que la idiocia corría por sus venas como un toro en San Fermin.

Esta incapacidad de ver la realidad porque alguien se ha puesto unas gafas y nos tiene a todos atolondrados de la mollera ha sido un superpoder que he tenido que soportar, y con los mismos síntomas que en mi juventud, cuando dejé los cómics por la crema de afeitar, los sueños por un horario y la inocencia por… bueno, eso todavía lo conservo, afortunadamente.

Quizás sea un gen que algunas personas heredan de unas a otras y tal y como le ocurría a Steve Jobs1, pueden hacernos creer que los cerdos vuelan y que los mejillones nacen de los árboles. Pero con este poder tan fuera de lo normal, más allá de apuntarse en la escuela para jóvenes dotados de profesor Xavier2, lo que deberíamos tener en nuestras manos es el casco de Magneto3 para evitar ser manipulados.

Un ejemplo que vamos a sufrir hasta que llegue el día 20, al menos los que tenemos derecho a voto en este país nuestro, son los políticos. Vamos a ver como intentan manipular nuestro campo de realidad para que comulguemos con ruedas de molino y aplaudamos con las orejas. Pero ese es su trabajo si ya se que manipular a las personas no debería ser su ocupación primordial y que tendrían que centrarse en arreglar problemas y no crearlos pero este es un blog de empresa y conocimiento y no de política. En todo caso, que pierdo a Ariadna que me va como loca por ahí con su hilo tejiendo el futuro que nos espera, lo más escandaloso es que nos intentan manipular personas que no serían capaces de completar un puzzle de dos ojos, que no tienen ningún superpoder ni ninguna habilidad aplicable al mundo real, pero les funciona.

Ante esta constatación de la realidad la única explicación posible que encuentro es que hemos dejado de pensar, como todo en la vida nos hemos acomodado y hemos relegado nuestro trabajo a terceros. Ya no cocinamos, calentamos en el microhondas, ya no lavamos platos lo hace el lavaplatos, ya no educamos a nuestros hijos porque para eso está la escuela y ya no pensamos porque para eso leemos un blog o a un gurú de moda.

En serio chavalotes, es hora que cojamos el futuro con las manos y decidamos nosotros. Me da lo mismo si estás equivocado o aciertas, pero que como mínimo las decisiones que se tomen sean porque tu la has querido, no porque otro ha distorsionado tu campo de realidad. Y para conseguirlo, el mejor truco es pensar. Leer lo que dicen todos, examinar los pros, los contra, las medias verdades y sacar tus conclusiones, porque nadie más que tu sabe lo que quieres, tus valores y tus necesidades.

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