La falta de apoyos hace inevitable el fracaso de la jornada de 37,5 horas en el Congreso

La reducción de la jornada laboral a 37,5 horas semanales, el gran proyecto que la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, se había propuesto impulsar esta legislatura, naufraga ante la falta de acuerdo en la mesa del diálogo social y la ausencia de números para tramitarlo en el Congreso de los Diputados. Los de Carles Puigdemont amenazan con dejar caer la medida en la Cámara Baja, alineándose así con las patronales catalanas, que también rechazan la reducción de la jornada que propone Sumar. El margen de maniobra de este último partido es, además, ínfimo en estos momentos, tras sus sucesivos fracasos electorales y los escándalos que ahora lo asedian.

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