Los cambios técnicos en el IPC amenazan con revolucionar la inflación de enero y llevar al BCE al límite de las subidas de tipos

La inflación ha sido la gran protagonista de 2022 en el mundo de la economía. El elevado auge de los precios se ha prolongado durante todo el año, convirtiéndose en el mayor quebradero de cabeza para los bancos centrales y los gobiernos. La fuerte inflación ha generado una crisis del coste de la vida que tiene el potencial para 'derrocar' a gobiernos o provocar cambios importantes en los paradigmas económicos que han reinado hasta ahora. Por suerte, todo hace indicar que los precios han comenzado a moderarse de forma notable en los últimos meses, incluso en la Eurozona, donde la inflación general se situó en el 9,2% en diciembre. Así, en condiciones normales, se esperaría que el dato de IPC de enero en la Eurozona diese un paso más en esa dirección, pero lo cierto es que existe el riesgo de que se produzca una pequeña revolución, liderada por Alemania (el país que más peso tiene en el IPC) y por algunos cambios técnicos de Eurostat a la hora de medir la inflación.

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