Un estudio del BCE revela que los tipos negativos pudieron tener el impacto contrario al que se creía en el ahorro y la economía

La política monetaria ha sufrido un vuelco en cuestión de meses. Hace poco más de un año, los tipos de interés negativos parecían ser la nueva normalidad. La banca central de varias regiones, incluida la de la Eurozona (BCE), optó por esta vía para intentar estimular el consumo y la inversión. Sin embargo, el impacto en el ahorro y la economía fue cuando menos difuso. Los tipos negativos parecían una suerte de callejón sin salida. Era fácil entrar en él, pero luego nadie podía salir. Ahora, con la ventaja de la retrospectiva, cada vez parece más evidente que los tipos negativos, aunque tentadores en teoría, pudieron tener el impacto contrario al que se esperaba en el ahorro. Eso explicaría por qué una vez dentro de la trampa, la escapatoria era cada vez más compleja.

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