Hay situaciones que por mucho que las veas venir y por mucho que hayas pasado por ellas siguen dejándote huella de una forma u otra. En unas ocasiones por inconsciente, en otras por sentirte con fuerzas y en otras sorprendido por comprobar que la realidad es un lugar más sencillo de lo que parece pero que nos enfurruñamos para complicarlo, no se si para hacernos sentir mejor o para hacer sentir a los demás peor.
Este cáliz que me toca beber ya me lo sirvieron en bol, y es el que más me sorprendió en su momento, cerraron todas las operaciones. Es cierto que en el paso se hicieron locuras que las finanzas no conseguían soportar, pero con el cambio de equipo los números avanzaban hacia el negro, gracias al trabajo de todos. Por desgracia esto no era suficiente y por parte de la dirección se optó por cerrar el intento de competir con Amazon. Así que acabé el INEM de turno descubriendo que todo lo que sabía hacer y en lo que había trabajado no existía para ellos, no tenían categorías para Marketing Digital, Desarrollo Web y no te digo programación. Sin indignarme mucho porque tampoco era cuestión de poner en tela de juicio todo el sistema prestaciones, me fui para casa y aproveché para empezar la búsqueda de un nuevo reto profesional.
Más adelante, me volvió a ocurrir, pero en esta ocasión no competíamos con Amazon, sino contra Linkedin y sabías que ir a pecho descubierto no era muy buena idea, y los datos así lo demostraron, quitando Francia, todos los países cesaron en su actividad. En esta ocasión si estaba mentalizado y sabía lo que nos iba a pasar. En esta ocasión, la visita a los servicios de desempleo no me sorprendió y a diferencia de mi versión más adolescente, me sentía con fuera de ser yo el dueño de mi destino y opté por emprender con la ayuda de dos socios.
Y con este proyecto he estado involucrado mientras las canas empezaban a poblar mi sien, han pasado muchos años, el proyecto en el que más años he estado he de reconocer. En este viaje, perdimos el control de nuestro destino por decisiones que crees correctas, pero que la vida te demuestra que no eres tan inteligente como creías, y ahora te toca de nuevo recorrer el mismo camino que ya recorriste dos veces más.
Espero que la tercera sea la última, porque a diferencia de las experiencias pasadas ahora si siento el peso de la responsabilidad. Ser padre te añade un extra de presión a la hora de incorporar flujos de caja en la economía del hogar. Esos pequeños -y ya no tan pequeños- tienen necesidades y bien que lo sabes porque junto con mi pareja optamos por estar a su lado renunciando a mejores remuneraciones pecuniarias y apostando por ser los padres que queríamos ser, y aquí si que pongo la mano en el fuego porque nuestra apuesta personal es la correcta, esos dos adolescentes me hacen sentir la persona más importante del mundo cuando me llaman “papa”.
Y con estos mimbres afrontamos la realidad, una edad que provoca recelo en los departamento de selección, con más experiencia de la que una IA podría procesar en un CV resumido, con muchos años de vuelo y con muchas historias que llenan cenas y comidas con antiguos compañeros y con la presión financiera de seguir sumando junto a mi pareja.
¿Donde acabaré?, no tengo ni la más remota idea, se que soy un profesional generalista que sabe mucho de todo pero no lo suficiente para ser un experto en un área concreta, tengo la paciencia y la templanza para saber que los datos son necesarios pero no suficientes para tomar una decisión, con las ganas de seguir aprendiendo porque cuanto más se más preguntas tengo y no me gusta quedarme sin respuesta y por último, porque a pesar de todo, sigo queriendo ver crecer a mis hijos todo el tiempo que ellos me necesiten a su lado.
En resumen, mañana empieza todo, de nuevo.