Enviado por Jose el
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He salido de nadar un poco, una costumbre que he adquirido este año, que por lo poco que llevamos está siendo bastante intenso, y aquí estoy sentado tomando mi cortado en el bar mientras barrunto sobre todo un poco y más que nada, porque me las intento dar de pedante usando vocablos como barruntar.

Desde que uso los bares para escribir post he pasado por tres, el primero era un bar de toda la vida, sucio, viejo, pero con ese encanto que te hace sentirte de nuevo como un niño pequeño y que acompañabas a tu padre o a hacer cobros y desayunabas en alguno de los cientos de bares que hay pero que en el fondo, todos tenían ese punto en común. Mi segundo bar era más moderno, quizás demasiado pero a cambio me ofrecía wifi y podía trabajar, era una ventaja porque adelantaba pero a cambio me complicaba el desconectar para escribir. Ahora estoy en el tercero, no es el que más me gusta pero la otra opción que tengo se escapa a mi presupuesto y no tengo yo ganas de gastarme casi 1,50€ en un cortado.

La verdad es que ya han pasado seis años desde que empece a escribir en estos bares de dios. Son lugares donde el espacio y el tiempo cambian y dan lugar a nuevas formas de materia, porque todo es materia con diferentes estados de energía, o si le das la vuelta, todo es energía en distintos estados de excitación.

Los bares, o concretamente los lugares donde se bebe tiempo y se respira espacio es donde se crean las singularidades que construyen las relaciones, sean personales o profesionales. Sin ir más lejos, la comunidad que hay en la web para temas más mundanos se llama el 14 y es en honor al lugar donde se unía el espacio y tiempo en las épocas de la incipiente internet en nuestro país.

Si dejo de filosofar y aceptamos que estas dos variables son las que van a definir nuestra vida hemos de aceptar una verdad dolorosa pero cierta. La casualidad lo es todo: estar en el lugar adecuado en el momento adecuado para conocer a esa persona justo en el momento exacto que nos necesita, ya sea como cliente o proveedor. Todo se reduce a un factor de azar y lo único que podemos controlar es que la suerte nos pille trabajando para aprovechar la ocasión.

Ejemplos hay para dar y vender, pero empresas con ideas casi idénticas a Facebook vi en su momento bastantes, pero habían llegado demasiado tarde y Facebook llegó justo a tiempo. Personas que son tu partner ideal pero que ya tienen un contrato de exclusividad con otro cliente y no pueden colaborar contigo.

Así que si partimos de una situación de caos aleatorio, lo ideal sería estar siempre preparado, estar siempre alerta para detectar oportunidades. Como decía Picasso, existen las musas pero te han de encontrar trabajando[1].

También es cierto que a pesar de que las musas existan, de que tu estés trabajando, puede ser que no te visiten ni por casualidad y te entre una depresión de caballo o una indignación que te de por invadir Polonia al ritmo de Wagner, con lo que no hagas tampoco demasiado caso de los autores de blogs, que bastante tienen con lo suyo. Los pobres no tienen una vida propia e intentan dar lecciones de como tener una que valga la pena.

Ironías aparte, recalco el concepto: tiempo y espacio. Cuando más tiempo estemos disponibles y cuanto más espacio estemos cubriendo más altas serán las posibilidades de encontrar clientes, negocios, oportunidades e incluso el amor -si tengo que vender el concepto, metamos ideas fuerza de las de verdad- Esto se hace estando atento y dejando la tecnología para los bloggers como el que escribe, has de salir a la calle y entrar en los bares, salas, llamar, pedir cita, concertar reuniones, y andar y hablar, y sobretodo escuchar.

Que yo sepa Colon no descubrió América usando Google Maps, Fleming no se encontró con la penicilina mirando la Wikipedia y Freud no desarrollo su teoría de la mente humana leyendo el Cosmopolitan Online. Los tres salieron de sus casas, hablaron con gente, dejaron que la vida pasara a través suyo y supieron filtrar lo anecdótico de los sustancial, eliminar el caos y encontrar ese punto de orden que solo da la sabiduría para elevar la humanidad un peldaño más en su camino a su autodestrucción -según los pesimistas- o a su salvación -los optimistas-

[1] Cita de Picasso

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