Enviado por Jose el
De bits y células

De bits y células

por Jose Salgado
RRHH | Servicios profesionales | 

Ni intranets, ni mensajería corporativa, ni email ni ninguna de las tecnologías sirven para nada, sino hay voluntad de poner en valor lo que nos diferencia de un algoritmo o un engranaje mecánico será imposible construir una cultura corporativa y saludable.

Es muy sencillo dejar pasar los días manteniendo un contacto puramente profesional, necesito esto para tal fecha. Muy cómodo comprobar el sistema de gestión de proyectos para ver la carga de trabajo, los hitos, los porcentajes, pero toda esta información obvia un factor fundamental, la persona.

¿Cuándo ha sido la última vez que te has tomado un café con miembro de tu equipo?, y no me refiero a ese rápido que se hace en el despacho con frases tan vacías como absurdas: hey, que tal, o buenas. Me refiero a perder veinte minutos de tu tiempo para sentarte con alguien y no solo oírle, sino escucharle. Conocer la información que no aparece en los reportes, los detalles que te pueden dar pisas de que estás por el buen camino, si alguien necesita más apoyo, si necesita más formación si se siente sólo peleando contra todos.

Estos detalles intangibles, la generosidad que implica dar tu tiempo -lo más valioso que se tiene- para escuchar sin juzgar, para intentar ver nuestro mundo desde los ojos de la persona que está bajo nuestro mando son los que nos ayudan a ser mejores líderes, a comprender lo que motiva a cada una de las personas y ser capaz de motivarlas para llegar más lejos de lo que las simples matemáticas permiten.

Porque ante un excel somos todos iguales, nuestros ordenadores serán parecidos y los procesos de trabajo son por definición standards. Todo esto ayuda a la gestión de la información y extraer reporters, pero sino tenemos en cuenta la heterogeneidad de las personas, que todos somos diferentes, que todos tenemos nuestras propias percepciones y necesidades vitales, no tendremos un equipo sino una suma de personas.

La diferencia es importante y fundamental, sino creas interacción, seguridad y compromiso te perderás muchas de las satisfacciones de ser un manager. La primera y fundamental es ser realmente útil, el ayudarles a crecer y mejorar. Ver como alguien crece profesional y personalmente gracias a que le has podido dedicar diez minutos, que responde a lo que le pides, que tu responde a lo que el necesita es algo que realmente te llena de satisfacción.

Otro detalle, más empresarial, es que si consigues montar un equipo sólido y bien coordinado, no hay reto que no puedan superar. La motivación, la confianza entre ellos, y la propia presión y exigencia que se autoimponen para no decepcionar a sus compañeros les lleva a conseguir metas que nadie creía posibles.

Con lo que hazte un favor, deja de mirar tantos informes y ves a tomar un café. Pierde cada día diez minutos hablando individualmente con cada uno de ellos, conócelos, entiéndelos, hazles saber que estás ahí para ayudarles, y cuando llegue el momento demuéstrales que tu palabra es de fiar. Se un ejemplo para ellos, aprenden más de lo que hacemos que de lo que les decimos. Se un modelo de comportamiento y compromiso, tanto a nivel profesional como personal.

Porque mi experiencia me lo ha demostrado siempre, si consigues que ellos crean que es posible, si ven que tu confías en ellos, si les das la oportunidad de superarse a si mismo, si les das las herramientas para conseguirlo y la formación que necesitan, podrás vivir mucho más relajado y sin preocuparte tanto por los reports porque sabes que van a superar las expectativas.

92

Al día en cinco minutos

Resumen diario de los periódicos más influyentes del mundo