
El mercado de deuda europeo ha sido el primero en ponerse un casco y la ropa de camuflaje en la Unión Europea. La intención de los principales Estados miembro de incrementar el gasto militar para hacer frente a las amenazas del continente tiene un efecto directo en los bonos soberanos y en la aversión al riesgo de los inversores. La rentabilidad de la renta fija se crispa ante la posibilidad (casi certeza) de que países como Alemania, Francia, España o Italia se endeudarán más para rearmarse a la par que se modifican las reglas de déficit. Esto encarece los costes de financiación en 2025 que, de media, suben 50 puntos básicos para los bonos a diez años. Y este precio por pedir dinero prestado irá a más en el futuro, según los expertos.
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