Tener muchos problemas no es el problema
por Jose SalgadoEstamos en un momento espacialmente interesante, si con interesante queremos decir con esa época en la que la indignación corre por sus anchas y la gente está a dos telediarios de hacer de su capa un sayo, que salga el Sol por Antequera, que cada palo aguante su vela, y por supuesto, que a todo cerdo le llega su San Martín.
Trabajos cada día más precarios, tanto en salario como en seguridad, diferenciales de salarios entre miembros de la misma empresa que superan los dos dígitos, la globalización como herramienta no de extender las bondades de un sistema sino de importar la deficiencias de otros, desconexión de la política de las personas que les otorgan el poder, la pérdida de la moral, la falta una visión que ayude a circular por estas épocas, la falta de una visión ética que ayude a que no olvidemos que en el fondo, todos somos seres humanos. La lista podría seguir, los problemas de la inmigración, los problemas de las personas que emigran, los problemas de las personas que acogen inmigrantes, la falta responsabilidad por parte de los poderes del estado y su falta de diligencia, etc…
Soy consciente de que es complicado pararse a pensar y reflexionar sobre lo que está ocurriendo, parece que faltan manos o que las que tenemos no son suficientes y que para mayor desánimo de todos, nada va a arreglarse y es más fácil dejarse llevar por la desesperación, la rabia o directamente por el desconectar cualquier sentimiento de pertenencia y vivir de una forma egoísta lo mejor que se puede porque muchos piensan que este mundo es una sociedad de lobos y o comes o eres comido.
Pero por raro que suene, a mi no me asusta el tamaño del trabajo que tenemos todos, y digo todos, por delante, lo que me fascina y realmente me preocupa son las tres típicas respuestas que tienes cuando confrontas a alguien con la realidad: unos no reconocen los problemas, otros los reconocen pero optan por ignorarlos y la tercera es que no solo no los detectan sino que se inventan problemas nuevos para imponer su solución global a todo.
Escuchas la prensa y ya sabes de antemano que va a defender cada medio e incluso, cada periodista. La etapa crítica, de reflexión ha muerto y todos siguen una linea editorial, lo cual es perfectamente lógico, pero no tiene cabida defender situaciones que somos conscientes que no tienen sentido. Lo mismo ocurre con los ciudadanos, que nos hemos convertido en meros hooligans del partido de turno o de la ideología que más nos interesa.
No es que no seamos inteligentes, es que directamente nos negamos a evaluar nuestros principios por si acaso existe algo a mejorar, nos negamos a escuchar a los que no nos dan la razón, y lo peor de todo y que ha alcanzado su clímax con internet, no debatimos con los que piensan diferente, simplemente queremos imponer nuestra verdad, ganar, aplastar y sino podemos conseguirlo, los ignoramos, los reducimos a un objeto y luego podemos eliminarlos de la faz de la tierra, literal o figuradamente hablando.
Pero yo, que soy de los que creo firmemente que todos somos necesarios y maravillosos aunque a veces algunos me saque de mis casillas, empiezo a ver mis fuerzas flaquear, mi fe incondicional en que las personas son capaces de distinguir lo correcto de lo incorrecto de forma natural empieza a desvanecerse. Cada vez hay más odio, más sectarismo, más egoísmo e individualismo, o lo que es incluso peor, la postura fariséica de no actuar según lo que se siente sino actuar porque queda bien en ciertos círculos. Aparentamos y construimos una imagen para la sociedad y amigos para comportarnos exactamente de la forma opuesta.
Y la verdad es que aunque yo tengo mis propias respuestas, lo que me gustaría es que cada uno buscara las suyas con el valor suficiente de confrontarlas, de escuchar otras versiones y sobretodo, escuchar, un sentido que usamos muy poco.
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