¿Dónde está la bolita?
por Jose SalgadoEsta mañana me he levantado, pero no os creáis que pensando, he tenido que someterme a un proceso de personalización e humanización consistente en tomarme un café, ducharme, vestirme, coger el metro, leer las noticias, andar hasta el trabajo, enchufar el portátil, y justo en ese momento, cuando todas mis neuronas se habían encendido es cuando me he puesto a pensar sobre la frase si es de pago no me interesa. Como ya llevo unos cuantos post resulta que ya había escrito sobre el tema, pero tenía ese vacío en el estómago que me ha impulsado a volver a escribir sobre el tema. </p><p>
Veo que tenemos varias vías para monetizar una empresa, o produces, intermedias o vendes. Es cierto que existen mezclas de ambos conceptos pero creo que para simplificar la idea está clara. Es una clasificación que veo más o menos lógica y fácilmente comprensible para la mayoría de las personas, a pesar de que no es la más exhaustiva que podamos encontrar.</p><p>
En función de que sector y que área, hay más peso en unos sectores que en otros, un Mercadona básicamente estaría en la categoría de vender ya que su fuerza está en su red de ventas y la capacidad de acceder a una masa importante de clientes. También tenemos a empresas que su negocio es intermediar, como pueden ser los brokers, que cogen el dinero de terceros para invertirlo en unos cuartos y se quedan un margen. Su reto consiste en conseguir el máximo diferencial entre lo que toman y lo que venden, pero básicamente no producen nada en concreto. Por último estarían los que fabrican, como puede ser toda la industria terciaria del sector del automóvil, que básicamente produce para el sector del motor.</p><p>
Obviamente tenemos excepciones y hay empresas que controlan end to end, que para ser pedante diremos toda la cadena desde la producción a la venta, como puede ser Apple o Zara, aunque esto no es totalmente cierto ya que la fabricación no está directamente bajo su control sino que son empresas externas que la realizan pero para hacernos una idea ya nos sirve.</p><p>
Todas estas empresas se basan en un concepto, también simplificando, que es la escasez y la demanda. Si hay demanda y no hay oferta, tienes un negocio seguro. Puede ser fabricando un producto, intermediando entre empresas o particulares, o directamente usando la potencia de tu canal de ventas. Depende donde esté la restricción cada empresa enfocará sus esfuerzos, inversiones e un área en concreto., pero siempre existe algo en lo que se han de apoyar, el producto.</p><p>
Con lo que tenemos un producto que puede ser más o menos fácil de fabricar, más o menos fácil de intermediar o más o menos fácil de vender, pero es la piedra angular en la que se basan todas las industrias, sino tienes producto, no tienes negocio. Así que independientemente del sector en que tu empresa esté, te interesa sobremanera tener cierto control sobre los fabricantes para mantener una demanda que pueda satisfacer a las necesidades de tu clientela, actúes como vendedor o como intermediario. Puedes tener un producto de más calidad, de menos calidad, más orientado a un mercado masivo o de nicho, pero ya sea que fabriques Ferraris o yogures, este ha de existir.</p><p>
El problema que me estoy encontrando es que estamos confundiendo la fabricación de un producto con su replicación. Obviamente es fácil duplicar productos digitales, un libro, una película, etc.. Pero lo que no es tan sencillo es conseguir que se llegue a producir el número 0[2]. Los productos basados en la economía del conocimiento, el producto es simplemente la punta del iceberg, detrás hay muchas horas, con muchas o pocas personas dependiendo del sector, para conseguir algo que pueda ser comercializado y tenga la calidad mínima con el precio adecuado en función de tu cliente objetivo. </p><p>
Por ejemplo, copiar El despertar de la fuerza[3] es realmente barato, no debe costar más de un euro pero llegar a concluir la película tiene un coste de casi doscientos millones de dólares. Cierto que es una superproducción y es el mundo del cine, dónde trabajan muchas personas para conseguir que salga adelante una película, pero creo que a todos y cada uno de ellos les gusta cobrar por su trabajo, sean guionistas, tramoyistas, efectos especiales o simplemente becarios. Otro ejemplo serían los reportajes de investigación de los periódicos como los de los Papeles de Panamá que tantas portadas acapara ahora mismo. No han sido dos bloggers que han tenido el pronto de escribir, sino una red de periodistas que han estado trabajando durante casi un año para, no solo extraer la información, sino para procesarla y ponerla en contexto para luego explicarla al resto de la humanidad. Serán periodistas, y quizás aman su profesión, pero también quieren cobrar.</p><p>
Con lo que creo que queda claro que aunque duplicar productos sea realmente barato, crear productos de cierta calidad -sean de ocio o de información- tienen un coste que no siempre somos conscientes y tendemos a despreciar con demasiada ligereza, buf, si es de pago ya lo leeré en un blog, porque al final no lo va a leer en ningún sitio y no vas a ver ningún jedi porque nadie pondrá su tiempo y su dinero para no recuperar la inversión.</p><p>
Queda claro que hay productos por los que hay que pagar, principalmente porque es un negocio, y segundo, porque si tanto hablamos de que queremos estar informados los que informan son los periódicos -a pesar de que muchos han hecho de la dejadez de funciones su leit motiv. Y es todavía más triste oír que la gente no piratea por principios ético/morales que no tengo claro de dónde salen y argumentan que la industria no se adapta y merecen ser castigados. De acuerdo, la industria no se adapta, pero hay que ser honesto y reconocer que estás robando, que me parece una postura más lógica que esconderse bajo cuatro frases que no se acaban de sostener, acéptalo, estás robando y estás orgulloso de ello.</p><p>
Esta mezcla de que no queremos pagar -con sus excusas peregrinas- y los costes de producir está creando una atmósfera de trileros, dónde unos te preguntan dónde está la bolita mientras otros te dan una respuesta falsa para que el dinero lo acabe recogiendo un tercero que ni siquiera tiene intereses reales en el juego. Traducido al roman paladino, las editoras nos marean a protecciones para que un tercero nos diga como saltárnosla, mientras un cuarto tiene una plataforma cargada de publicidad que nos lo da gratis. ¿Quién gana dinero con este modelo?, yo lo tengo bastante claro, el que ni produce ni se arriesga, pero por alguna extraña razón la gente les sigue vitoreando como lo salvadores de la cultura, y les daría la razón si la cultura fuera esto[4]. </p><p>
Llamarme elitista pero tengo otras preferencias estéticas y ontológicas, algunas me las puedo pagar y otras no, pero sin duda alguna y bajo mi punto de vista, cultura no es Gran Hermano. A lo más que este programa puede llegar es ser un objeto de estudio de los muchos problemas que tenemos como sociedad y como estos se reflejan en los medios de comunicación alieanando a la población.</p><p>
[3] Star Wars: El despertar de la fuerza
[4] Aller, Diana. Gran Hermano Vip toma las plazas. El Mundo. 2016-04-19
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