Los decálogos que incrementan visitas y reducen inteligencia
por Jose SalgadoEl SEO ha hecho mucho daño a internet. En este afán de aparecer en las primeras posiciones de Google, todos intentan escribir pensando para robots y dejando de lado a las personas. No voy a negar que cada vez menos personas leen, pero de momento y que yo sepa, es para quién se supone que está destinada la escritura.
Algo que me da mucha tiricia intelectual es leer un blog, un post o lo que sea, viendo como ciertas palabras se repiten de forma constante sin intentar usar algún sinónimo o dar un giro a una frase para decir lo mismo sin repetirse. No hay narices, repetimos la palabra clave hasta en la sopa.
Otro cáncer que está destruyendo mi inteligencia -si es que me queda algo- es la manía de escribir un titulo seguido párrafos cortos. No se si es debido a la incapacidad de la gente para poder leer más de ciento cuarenta carácteres, y necesitan una guía para tontos para no abrumarlos con demasiada información. Pero creo que podríamos repartir la culpa entre los algoritmos de indexado, la necesidad de engañarlos, y personas desesperadas por ser famosas a cualquier precio. Con estos condimentos, no salen post que parece más la carta de un menú con los clásicos entrantes con sus platos, luego los primeros, segundos platos acto seguido, y para finalizar los postres. Eso si, todo bien corto, nada que sea muy denso y con muchas palabras claves repetidas, como puede ser queso de cabra en cualquier restaurante con ínfulas que se precie.
Otra manía irritante es la de ubicar a mala fe, justo después del mini-párrafo, una frase corta con un botón para que hagamos click y salga disparado a las redes sociales. Supongo que quieren viralizar el contendió, pero lo único que consiguen saturar más las ya de por si saturadas redes sociales de egos y gatitos haciendo monerías.
Por si todo esto no fuera poco, también hay una sección dedicada especialmente a los títulos impactantes y viralizantes. Si esta gente tuviera los mínimos conocimientos de biología sabría que los virus, por definición, no es que sean algo que uno desee tener. Los virus son malos, o como les decimos a los niños, virus caca. Así, sin artículos y sin verbo, una formato ideal para colocarlo con el botón ese de click para tuitear.
Como decía, en esto de los títulos, siempre te recomiendan que tenga la palabra clave que te van a repetir doscientas veces en el contenido que sea impactante: Gatito hace campaña social media. También recomiendan hacer uso del imperativo y dar soluciones con frases geniales tal y como: Como triunfar en las redes sociales. Pero de todos los títulos que me sacan de quicio, los que se llevan la palma son los que contienen un número: Los diez mandamientos del SEO, Los doce discípulos del marketing, y Google es uno y trino. Me sublevan hasta puntos de que palpita la yugular, que si existieran vampiros, notarían mi presencia a doscientos kilómetros a la redonda.
Lo triste de todo esto, es que al final no puedes saber si un contenido puede ser interesante por el título, porque al final, los que saben y los que aparentan ha empezado a usar las mismas tácticas -los primeros por no dejarse pisar por los segundos, y los segundos para pisar a los primeros- con lo que acabo leyendo blogs de gente que he conocido, personas por las que puedo poner la mano en el fuego que saben de lo que hablan, y el resto del tiempo lo dedico a leer libros. Como mínimo requiere un esfuerzo más importante que escribir un tweet, más que escribir un blog, y si eres muy malo escribiendo, al menos tienes dinero para pagar a un negro que traduzca lo que sabes a un formato que no sea insultante para mi inteligencia.
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