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Silver Coin

En quién confiamos

por Jose Salgado
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Uno de los mayores problemas que siempre he visto en internet es la excesiva cantidad de información y la facilidad que existe para que cualquiera cree su blog y lo llene de teorías que no tienen ni pies ni cabeza, pero como no existe un proceso de verificación, allí queda. Estos blogs y estos contenidos son indexados por buscadores, y con un poco de suerte y técnicas SEO/SEM, puede que salga el primero. No tengo las estadísticas, pero me jugaría un pié que el 80% de los clicks suelen ser en el primer enlace, así que cualquiera que esté buscando información y no tenga el más mínimo interés en contrastar, se zampará un bocadillo de estupideces que irán directo a sus neuronas. El incauto de turno, puede que también tenga un blog, y quizás, recomiende la información que ha leído, propagando de esta manera la inexactitud de los conocimientos que no ha aprehendido, sino copiado en su cerebro sin el más mínimo atisbo de crítica.

No se si existe una solución eficaz a estos problemas, pero la social media nos vende el paradigma de confianza. Seguimos a la gente que nos da confianza y por ello damos credibilidad a lo que ellos afirman. A mi, esta frase me parece incompleta, porque yo sigo a gente que no me da confianza, pero creo que es importante seguirla para saber que dicen. También tengo amigos que me caen bien, pero que su opinión en determinados temas no son opiniones, son disparates que se van tecleando, eso sí en las materias que dominan soy directamente un tonto de baba. En resumen, a veces seguimos a gente por tantas razones distintas que la confianza o credibilidad puede que no sea la opción más importante.

Además, como el ego es muy malo, rápidamente se tiende a crear listas estilo: el más seguido, el más influyente, el más calvo y el más miope. Como es de rigor, cuando haces una lista, el que está primero, automáticamente seguirá siendo el primero durante décadas. La razón es muy sencilla, los nuevos que van llegando seguro que van a la lista de marras y como autómatas, se dedican a seguir a los que están número uno. Me diréis que no, que estas listas irán variando y que no es posible que siempre estén los mismos en las primeras posiciones. Me gustaría daros la razón, pero siempre he visto a los mismos en los mismos sitios y cada dos años o tres, pasan de ser expertos en un área a ser expertos en otra. Llamarme quisquilloso, pero la única experta que conozco se ha tirado 20 años estudiando y trabajando en el mismo campo pasando por Harvard, Cambridge y Oxford. A esta persona no se le ocurre cada tres años cambiar porque la tomarían por loca y nadie le haría ni caso.

Cada vez tengo más claro que confiar la sabiduría a un grupo o un líder de opinión en función de criterios, no me atrevería a decir democráticos sino más bien populistas, me da mucho miedo. Claro que tampoco tengo claro como establecer un filtro, no se si estilo Science, pero depende en que sector me parecería exagerado y la pregunta del millón sería a quién escoges para que te haga los filtros. En todo caso, lo que hay que tener claro es la transparencia de aquellos a los que nombramos gurús. Hemos de poder comprobar su historial, que realmente han trabajado y que sus trabajos han dados sus frutos. Ser gurú sin nada detrás que te respalde, sin proyecto sólido (no hablo de hinchar una empresa y luego venderla), no eres un gurú, eres un listo con contactos.

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