Trump cancela el acuerdo y dice que Zelenski “no está preparado para la paz” tras su encerrona en la Casa Blanca

Guerra en Europa

Zelenski había llegado al despacho oval para cerrar el acuerdo por el que Ucrania compartiría sus recursos minerales con EE.UU., pero se ha encontrado con una bronca por parte de Trump y Vance: “Estás jugando con la tercera guerra mundial”

Trump cancela la rueda de prensa entre ambos líderes y dice que el ucraniano “puede volver cuando esté preparado”

Trump cancela el acuerdo y dice que Zelenski “no está preparado para la paz” tras su encerrona en la Casa Blanca
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La discusión ante las cámaras en el despacho Oval entre Volodímir Zelenski y Donald Trump 

“No está preparado para la paz”, ha dicho Donald Trump sobre el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, después de un tenso intercambio sin precedentes en el despacho oval, donde había sido invitado para firmar un acuerdo que iba a permitir a Estados Unidos explotar los recursos minerales de Ucrania, que podía significar el comienzo del fin de tres años de guerra con Rusia. Ambos han acabado a gritos y el inquilino de la Casa Blanca ha cancelado la rueda de prensa que tenían prevista, así como la firma del acuerdo, y ha dicho en Truth Social que Zelenski “puede volver cuando esté preparado”.

Cualquier acercamiento ha saltado por los aires. La tensión ha estallado en sus declaraciones ante los medios antes de la reunión,  en una incómoda escena que pasará a la historia. Después de intercambiar buenas palabras, en las que Trump ha puesto en valor la “valentía” del ejército ucraniano, el vicepresidente J.D. Vance, presente en la reunión, ha elevado el tono y ha enterrado toda cordialidad.

“¿Crees que es respetuoso venir al despacho oval y atacar la administración que intenta evitar la destrucción de tu país?”, le ha recriminado Vance, después de que el ucraniano haya dicho que “teníamos un acuerdo con (Vladimir) Putin y no lo firmó”, alertando a los americanos de que no se confíen con el presidente ruso, a quien se han acercado recientemente, y no hagan “concesiones a un asesino”. Trump se ha añadido al enfrentamiento público y le ha dicho que “no estás en una buena posición”, acusándole de estar “jugando con la tercera guerra mundial”.

“Tienes que estar agradecido”, dice Trump a Zelenski, “sin nuestra ayuda, la guerra habría terminado en dos semanas"

“Se os están acabando los soldados y luego nos decís que no queréis un alto el fuego”, ha añadido el republicano, volviendo al tono de la última semana. “Tienes que estar agradecido”, le ha dicho, “sin nuestras capacidades militares, la guerra habría terminado en dos semanas”. A juzgar por la cara de Zelenski, que intentaba defender la resistencia de Ucrania, la tensa reunión en el despacho oval ha parecido más bien una encerrona. “Ahora hablo yo. No tienes derecho a hablar”, ha llegado a decir Trump a Zelenski cuando este buscaba su turno de palabra. 

Finalmente, el ucraniano ha abandonado la Casa Blanca tras constatar que ya no tiene el apoyo de uno de sus mayores aliados. Antes incluso de su marcha, Trump ha dicho en una publicación en Truth Social que el ucraniano “no está preparado para la paz si EE.UU. está involucrado, porque cree que nuestra participación le da una gran ventaja en las negociaciones”. Y ha añadido: “No quiero ventaja, quiero paz. Ha faltado al respeto a EE.UU. en su preciado Despacho Oval”.

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Le llamó “dictador sin elecciones”. Le culpó de la invasión de su propio país. Le excluyó del diálogo inicial para la paz. Se alineó con sus enemigos en la ONU. Hasta que logró lo que quería. Cuando Zelenski se mostró dispuesto a aceptar el acuerdo para compartir los derechos de explotación de las tierras raras de Ucrania y otros recursos, Trump se hizo el sueco (“¿dije yo eso?”) y lo invitó a la Casa Blanca. Todo para humillarle en público, delante de las cámaras, ante los aplausos de su parroquia y del Kremlin.

Según el borrador del acuerdo que se disponían a firmar, Ucrania iba a ceder la mitad de sus ingresos por los recursos naturales bajo su suelo, lo que incluía las tierras raras y otros recursos minerales críticos para la industria tecnológica, yacimientos de crudo de petróleo y gas natural. Era un pacto muy ventajoso para Washington y no estaba claro todavía qué iba a ofrecer a cambio, aunque Trump dijo ayer que el acuerdo en sí mismo era "la garantía”, pues iba a implicar la presencia de americanos en Ucrania, lo que prevendría un ataque ruso. Pero todo parece haber saltado por los aires tras la tensión exhibida en el despacho oval.

Trump ve la cesión de recursos naturales como una compensación por la ayuda prestada por Washington en tres años de guerra, que asciende a los 120.000 millones de dólares según el instituto Kiel para la Economía Mundial. Sin embargo, el presidente infla la cifra hasta los 350.000 millones, como una estrategia negociadora para lograr un pacto mayor. Aunque inicialmente exigió a Ucrania hasta 500.000 millones sin ofrecer nada a cambio, finalmente rebajó su demanda inicial, lo que había permitido a Zelenski aceptar los términos iniciales del pacto. En comparación, Europa ha enviado en conjunto unos 138.000 millones en ayuda a Kyiv y, aunque Trump se queja de que “lo recuperarán”, gran parte son a fondo perdido.

Mientras tanto, el republicano busca otro acuerdo con el presidente ruso, Vladimir Putin, a quien sigue negándose a calificar como “agresor”, a pesar de que ordenó en febrero del 2022 la invasión a gran escala de Ucrania, donde mantiene la ocupación de una quinta parte del territorio, al este y el norte del país. También se resiste a llamarlo “dictador”, una cuestión que evita en cada rueda de prensa, a pesar de que su homólogo ruso lleva un cuarto de siglo asentado en el poder en Moscú ayudado por cuestionables reformas electorales y mediante comicios que gran parte de Occidente considera fraudulentas. Es un trato a las antípodas con el que le ha dado hoy a su supuesto aliado.

Sobre Putin, pesa una orden de arresto por crímenes de guerra por parte de la Corte Penal Internacional (no reconocida por EE.UU.) y acusaciones similares por parte de las Naciones Unidas, la Unión Europea y la administración del predecesor de Trump, Joe Biden. Pero el republicano, que suele admirarlo en público, solo tiene para él buenas palabras. Durante las visitas esta semana de los líderes francés y británico, Emmanuel Macron y Keir Starmer, lo calificó como “un tipo muy inteligente” y “astuto”, que “está haciendo todo lo posible” para terminar la guerra y “mantendrá su palabra” si se llega a un acuerdo de paz.

El acuerdo allanaba el camino para las negociaciones de paz, aunque las garantías de seguridad para Ucrania eran inciertas

Si hubiera firmado el esperado pacto con Zelenski, y después de que Putin le haya ofrecido a su país hacer negocio con el petróleo ruso e incluso acceso al Ártico y haya nombrado a un embajador en Washington, la siguiente fase debía ser el inicio de las negociaciones para el alto el fuego entre Rusia y Ucrania. Trump prometió en campaña que iba a poner fin a la guerra “24 horas” después de ser elegido. Casi cuatro meses después, el escenario parecía más cercano que nunca. Pero ahora se aleja y el horizonte se presenta incierto.

Aunque no estaba claro qué forma podían tomar esas negociaciones, las recientes declaraciones del secretario estadounidense de Defensa, Pete Hegseth, y del vicepresidente Vance, en sus visitas a Bruselas y Munich, llevaban a pensar que Rusia iba a salir ganando. Ambos dieron por perdidos los intereses ucranianos al calificar de “poco realista” pensar que Ucrania recuperará sus fronteras del 2014, cuando muchos datan el inicio real de la guerra, con la invasión de Crimea. También descartaron por completo su adhesión a la OTAN, a pesar de que los países miembros de la alianza habían declarado en su cumbre en Washington, en julio del año pasado, que era “irreversible”.

Trump se encargó de reiterar durante la visita de Starmer, este jueves, que la entrada a la OTAN “no va a ocurrir“, porque "eso es lo que lo inició todo”. Compró así la justificación del Kremlin para invadir Ucrania, alegando que la expansión de la alianza transatlántica hacia el este suponía un riesgo de seguridad inaceptable para Moscú. Pero, en un giro respecto las palabras de su propio gobierno, Trump también se mostró dispuesto a hablar con Zelenski sobre la porción de territorio que Kyiv puede recuperar con la firma de la paz, asegurando que iba a intentar “recuperar todo lo posible”.

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Tras ese hipotético acuerdo, el conflicto iba a llegar a una nueva fase: el mantenimiento de la paz, de una paz “justa y duradera”, como se encargaron de reiterar Macron y Starmer desde el despacho oval esta semana. Ambos lideran los dos países europeos, Francia y Reino Unido, que han encabezado la propuesta de enviar tropas a Ucrania tras el acuerdo para garantizar que se cumple e “impedir que Putin vuelva a por más”, en palabras del británico. Trump lo ve con buenos ojos y, tras reunirse con Macron, dijo que ha hablado sobre el asunto con Putin y “lo aceptará”, pues “está buscando un acuerdo y no una guerra mundial”.

“Los soldados europeos pueden ir a Ucrania como pacificadores, no creo que haya problema con eso”, lleva insistiendo Trump toda la semana, negándose a hacer lo mismo con los soldados americanos y reiterando que debe ser Europa “quien se haga cargo” de la seguridad de Ucrania y, en última instancia, de la defensa del continente.

Es algo que el inquilino de la Casa Blanca lleva exigiendo desde su primer mandato, pues considera que el viejo continente se ha columpiado durante demasiado tiempo en el paraguas de seguridad militar que le ha proporcionado Washington. Lo mismo cree Macron, que le prometió el lunes aumentar el gasto en defensa, y Starmer, que llegó a la Casa Blanca con el anuncio del incremento de la inversión anual hasta el 2,5% del PIB en el 2027 y hasta el 3% en una década. Washington invierte aproximadamente el 3,5% en la actualidad y exige a los aliados de la OTAN “el 4 o 5%”, aunque varios países, incluida España, todavía no llegan al 2%.

Starmer convoca una cumbre europea el domingo en Londres para tratar la seguridad de Ucrania tras la paz

Tras esta reunión fallida en Washington, los líderes europeos han salido en defensa de Zelenski. Macron ha dicho que “debemos respetar a quienes han estado luchando desde el principio” y ha remarcado que “hemos estado de acuerdo en apoyar a Ucrania y sancionar a Rusia durante tres años y lo seguiremos haciendo”. El presidente español, Pedro Sánchez, ha mostrado su apoyo a través de las rede s sociales: “Ucrania, España está contigo”.

Los líderes de varios países europeos se reunirán el domingo en Londres, por invitación de Starmer, para abordar la seguridad de Ucrania tras un posible acuerdo de paz. Entre ellos, además de Zelenski, estarán Sánchez, la jefa de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, y los líderes de Francia, Alemania, Dinamarca, Italia y Turquía, entre otros.

Antes de la cumbre, Starmer tiene previsto reunirse en una bilateral con Zelenski, así como con la primera ministra italiana Giorgia Meloni, para encontrar los caminos hacia una paz “duradera y reforzada” en Ucrania. Una paz que parece lejana después de los acontecimientos de este viernes.

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