Estados Unidos y Rusia acuerdan normalizar relaciones para “sentar las bases” de la paz en Ucrania

Guerra en Europa

Tras la primera reunión entre ambas potencias desde la invasión rusa, la delegación estadounidense ve “extraordinarias oportunidades” en su cooperación comercial y geopolítica tras la guerra

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La delegación estadounidense, encabezada por el secretario de Estado Marco Rubio, se reúne en Riad (Arabia Saudí) con la delegación rusa, liderada por el ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov.

RUSSIAN FOREIGN MINISTRY PRESS / EFE

Sin representantes de Ucrania, ni de la Unión Europea, las delegaciones de Estados Unidos y Rusia han iniciado este martes el diálogo en Riad (Arabia Saudí) para poner fin a la guerra en Europa. El encuentro de alto nivel entre ambas potencias, por primera vez desde la invasión rusa de Ucrania hace tres años, constata la radical transformación que ha experimentado el tablero geopolítico desde el retorno de Donald Trump al poder hace un mes y confirma el acercamiento entre la Casa Blanca y el Kremlin, que deja a Kyiv en una posición de debilidad y margina al Viejo Continente.

Tras cuatro horas y media de reunión, Washington ha acordado con Moscú “sentar las bases” para las negociaciones de paz en Ucrania, lo que incluirá la progresiva normalización de sus relaciones diplomáticas –empezando por la readmisión de embajadores–, así como la exploración de las “extraordinarias oportunidades” de una potencial cooperación comercial y geopolítica tras la guerra. Esta es la valoración inicial del secretario de Estado Marco Rubio, que ha encabezado la representación estadounidense en el palacio Diriyah y ha exhibido sintonía con el ministro de exteriores ruso, Serguéi Lavrov.

Les han acompañado el asesor estadounidense de seguridad nacional, Michael Waltz, el enviado especial de Trump en Oriente Medio, Steve Witkoff, el asesor de política exterior del presidente ruso Vladimir Putin, Yuri Ushakov, y el director del fondo soberano de inversión de Rusia, Kirill Dmitriev. El ministro de exteriores saudí, Faisal bin Farhan Al Saud, ha presidido la reunión, en una muestra de la relevancia que intenta ganar Arabia Saudí en la escena internacional.

Marco Rubio asegura que “todas las partes deberán hacer concesiones”, incluida la UE, pues “mantiene las sanciones a Rusia”

Atrás quedó el aislamiento ruso por parte de Occidente. La Administración Trump quiere acabar la guerra como sea posible y para ello está dispuesta a escuchar los intereses del agresor antes que los del agredido y buscar el “interés común”, es decir, contrapartidas que beneficien a EE.UU. Supone un giro dramático respecto a su predecesor, Joe Biden, que en todo momento dejó claro que la paz debía pasar por el reconocimiento de que había “un invasor y un invadido” y propulsó el envío de armas a Kyiv para tratar de dejarla en una posición favorable en la mesa de negociación.

Desde Riad, Rubio ha insistido en que “todas las partes deberán hacer concesiones” y ha afirmado que la UE también “deberá estar en la mesa de diálogo en algún momento, porque mantiene las sanciones impuestas sobre Rusia”. Es el único papel que, por ahora, reserva EE.UU. para el bloque comunitario en la resolución de un conflicto por el que se verá directamente afectado.

En paralelo, el presidente ucraniano Volodímir Zelenski se ha reunido en Ankara con el presidente turco Recep Tayyip Erdogan, quien ha ofrecido su país como un territorio neutral para acoger las futuras negociaciones de paz. Zelenski ha criticado las “conversaciones sobre Ucrania sin Ucrania” y ha resaltado la importancia de que “cualquier diálogo sobre el fin de la guerra no ocurra a las espaldas de las partes implicadas”.

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En un comunicado distribuido por el departamento de Estado, Washington asegura que Trump es “el único líder en el mundo” que puede lograr que Ucrania y Rusia alcancen la paz y detalla los acuerdos logrados en esta primera ronda de diálogo, que llega después de la llamada del presidente estadounidense a Putin la semana pasada, previa a su conversación con Zelenski.

Ambos países establecerán “un mecanismo de consulta para abordar los irritantes de nuestra relación bilateral” con el objetivo de “normalizar el funcionamiento de nuestras respectivas misiones diplomáticas”; nombrarán “equipos de alto nivel para comenzar a trabajar en una vía para poner fin al conflicto”; sentarán “las bases para la cooperación futura en asuntos de interés geopolítico mutuo y oportunidades económicas e inversoras históricas”; y se comprometen a seguir negociando “para que el proceso avance de manera oportuna y productiva”. El asesor de Putin en política exterior, Ushakov, ha asegurado que ambas partes han explorado la posibilidad de una reunión cara a cara entre Trump y Putin que, según avanza la agencia Bloomberg, podría darse tan pronto como la próxima semana.

Por su parte, Lavrov ha definido la reunión como “muy útil” y ha destacado que ahora tiene “motivos para creer que la parte estadounidense tiene un mejor entendimiento de nuestra posición”. El ministro de exteriores ruso ha insistido en que la UE debe quedar fuera de las negociaciones y ha rechazado de pleno la propuesta europea, valorada en la cumbre de este lunes en París, de desplegar un contingente de paz en territorio ucraniano: “La aparición de tropas de los países de la OTAN, aunque sea bajo una bandera extranjera, la bandera de la UE o las nacionales, es inaceptable” y “supondrá una escalada”, ha afirmado.

Además, aunque ha asegurado desconocerlo, Lavrov ha definido como “original e interesante” el supuesto plan estadounidense de tres fases para la paz que había filtrado con anticipación a la reunión la cadena Fox News: el cese de las hostilidades, la celebración de elecciones en Ucrania y la firma de un acuerdo de paz. Esta situación podría permitir a Moscú tomar aire y rearmarse después de tres años de guerra de desgaste y dejaría a Kyiv en una situación de debilidad, pues Trump ha dejado claro que pondrá fin a su apoyo militar.

Después de tres años de aislamiento, Washington y Moscú sopesan un acercamiento comercial y geopolítico

En sus respectivos comunicados, los dos países han sido prudentes en el lenguaje utilizado. EE.UU. considera la reunión como “el primer paso de un largo y difícil camino”, mientras que Ushakov ha asegurado que “todavía es difícil hablar de un acercamiento entre las posiciones de Moscú y Washington”. Sin embargo, ambos dejan claro que ven oportunidades económicas en el restablecimiento de relaciones, por lo que dan a entender que EE.UU. podría levantar las sanciones impuestas por la Administración Biden.

“Las grandes petroleras estadounidenses han tenido un gran éxito en Rusia”, ha dicho el responsable económico de la delegación enviada por el Kremlin a Riad, Dmitriev, en una entrevista antes de la reunión. “Creemos que en algún momento volverán, pues ¿por qué renunciarían a estas oportunidades que Rusia les dio para tener acceso a los recursos naturales rusos?”, ha manifestado, en referencia a petroleras punteras como ExxonMobil, que se retiraron de Rusia hace tres años, tras la invasión.

Además, Dmitriev ha asegurado que “Rusia y EE.UU. necesitan avanzar en proyectos conjuntos, incluido el Ártico”, cuyo deshielo abrirá nuevas rutas y oportunidades comerciales. En este sentido, Trump ya amenazó con anexionarse Groenlandia (que pertenece a Dinamarca), cuya posición estratégica le daría un acceso privilegiado a la región polar.

No es el único beneficio que busca Washington. Según publicó el diario The Telegraph, Trump ha exigido a Ucrania que le dé acceso al 50% de los beneficios de explotación de sus tierras raras e hidrocarburos como compensación por el apoyo prestado por EE.UU. durante la guerra. El periódico británico cifra en medio billón de dólares el valor de la compensación ucraniana a Washington, superior incluso a las reparaciones que, tras la Primera Guerra Mundial, se exigieron a Alemania con el Tratado de Versalles.

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