Un informe desvela que la Generalitat presiona a los maestros «reticentes» a hablar en catalán
La Inspección Educativa insta a «detectar quién y cuántos» docentes no usan la lengua y se ofrece a reunirse con ellos

Informe sobre el plan ULAE.
La Inspección Educativa de la Generalitat de Cataluña insta a «detectar quién y cuántos» docentes son «reticentes» a hablar en catalán en las aulas de los colegios e institutos del territorio. Y se ofrece a mantener «encuentros» con estos docentes y recordarles que «no hay libertad de cátedra». Así se refleja en un informe al que ha tenido acceso THE OBJECTIVE, sobre la base de los datos de Transparencia tras la solicitud de la Asamblea por una Escuela Bilingüe sobre cómo se está aplicando el plan ULAE (Usos Lingüísticos en el Ámbito Educativo). Un plan creado en 2021 y que mantiene el actual Govern de Salvador Illa para fomentar el uso académico y social de esta lengua dentro de la comunidad educativa.
El Departamento de Educación facilitó la documentación de 20 de los 1.444 centros que están adheridos al plan ULAE. Este plan fue creado en 2021 por el anterior gobierno de Pere Aragonès (ERC) después de constatar que el 50% de docentes no cumplían de forma íntegra el modelo de inmersión lingüística. En el informe de la Asamblea por una Escuela Bilingüe se plasma la documentación ofrecida por la Generalitat del plan concreto de esta veintena de centros. En uno de ellos, y según ha podido confirmar este periódico, figuran los argumentos ofrecidos por un inspector de la Generalitat para «convencer» a los docentes «reticentes» con el catalán.
«Tener encuentros con los docentes»
La inspección educativa considera que «dos o tres personas por ciclo» -infantil, primaria y secundaria- deberían ser «los impulsores que cogieran a los maestros más reticentes e implicarlos en las labores» de este grupo que se encarga en cada centro de impulsar el plan ULAE.
«Insistir en las personas más reticentes. Detectar quién, cuántos y cómo lo hacemos para convencer de la necesidad del uso del catalán en las aulas. Si no es posible, recordar que no hay libertad de cátedra. La inspección se ofrece a tener algún encuentro con estos docentes», añaden.
¿Delatar a profesores?
En ningún caso, desde el Govern o la comunidad educativa, se habla de presionar a estos docentes, a quienes tampoco han interpuesto ninguna sanción, pero desde la Asamblea por una Escuela Bilingüe consideran que muchas de las prácticas instaladas son una forma de coacciones a los profesionales. Estos profesionales optarían por hablar en castellano por comodidad, por hacerse comprender ante alumnos de muy distinta procedencia o porque están en su derecho, tal y como han dictaminado los tribunales.

En su informe La presión lingüística en los centros educativos adheridos al proyecto ULAE aportan documentación de encuestas anónimas que pasan al alumnado para qué indiquen qué profesores o en qué asignaturas les hablan en catalán». «Las encuestas anónimas enviadas a profesores y alumnos son una inaceptable intromisión en su vida privada», sostienen.
Por ejemplo, una de las conclusiones de un centro sobre el «análisis de los formularios» que «más ha preocupado el claustro de lo que dicen los alumnos es que los docentes usan el castellano como lengua vehicular en las comunicaciones que se deberían hacer en catalán… y son los primeros en cambiar al castellano».

Para la Asamblea por una Escuela Bilingüe, «este señalamiento resultado de las respuestas a los cuestionarios anónimos a docentes y alumnos tiene consecuencias y, por supuesto, condiciona el trabajo de los profesores a partir de que se conocen y se ponen a disposición del grupo impulsor». Recuerdan, además, que «en alguno de los grupos impulsores forma directamente parte el inspector de educación». «La implicación, participación y connivencia de la inspección educativa con estas actuaciones es sumamente grave», concluyen.
«Controlar uso del catalán en el patio»
Entre las acciones emprendidas para «convencer» al profesorado de estos centros está «concienciar a los docentes de ser modelo y referente lingüístico dentro y fuera del aula» y «solicitar formación en catalán para mejorar el nivel de catalán (C2)».

Las acciones dirigidas hacia los alumnos y sus familias son incentivar «parejas lingüísticas entre alumnos», «proponer opciones de consumo cultural en catalán», «control del uso del catalán en el patio, pasillos, extraescolares, salidas y comedor» y «sensibilizar a las familias de la importancia de conocer y utilizar el catalán».
Cataluña, a la cola en educación
A inicios de este curso 2024-25 la cifra total de centros adheridos a ULAE era de 1.444 de los 4.499 centros públicos y concertados que hay en la región. Un 86% de ellos son centros públicos y el 14% concertados. Terres de l’Ebre es el servicio territorial con mayor porcentaje de centros ULAE sobre el total (59%). El 65% de centros ULAE son centros de Educación Primaria; el 28% de ESO y Bachillerato y el 6% guarderías (0-3 años).
Cataluña está a la cola en los resultados de PISA, Pirls y Timms en España. No obstante, dedica recursos humanos, tiempo y presupuesto económico a este plan que tiene como finalidad que los alumnos y docentes hablen siempre en catalán. En algunos casos, con métodos cuestionables.
La AEB lamenta que se destine dinero a ello y que, en cambio, «no se conoce que se haya recabado información a través de encuestas o creado grupos impulsores en cada centro para buscar las causas del estrepitoso fracaso que muestran todas las pruebas que evalúan externamente nuestro sistema educativo».