INTERNACIONAL
Guerra en Europa

Ucrania, misión imposible: así es la ruta hacia la paz tras el 'shock de Munich'

El equipo de Trump está destruyendo los consensos forjados a raíz de la invasión rusa en 2022. Europa estará fuera de la negociación entre Moscú, Washington y Kiev, pero será la responsable de mantener la paz con soldados sobre el terreno.

El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, interviene durante la Conferencia de Seguridad de Múnich, el sábado.
El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, interviene durante la Conferencia de Seguridad de Múnich, el sábado.RONALD WITTEKEfe
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Los mandatarios europeos todavía están recuperándose del shock de Múnich. Sus principales temores son dos: que ya no puedan contar con la protección militar estadounidense y que Trump firme apresuradamente un acuerdo de paz con Putin en Ucrania que socave la seguridad de Kiev y del continente europeo en general.

Los funcionarios están perplejos por las medidas adoptadas por la Administración Trump en los últimos días respecto de Ucrania, Rusia y la defensa europea y también por el mensaje que han traído a la Conferencia de Seguridad de Múnich los nuevos responsables de EEUU. El auditorio quería escuchar planteamientos sobre Ucrania, pero el vicepresidente JD Vance prefirió expresar su apoyo a los partidos de extrema derecha y criticar el estado de las libertades en Europa.

Una brecha y mucha prisa

La UE cree que Rusia es la gran amenaza, pero el vicepresidente estadounidense Vance no está de acuerdo. Además, EEUU no contempla de momento que Europa tenga un lugar en la mesa de negociación, aunque quiere que los europeos se hagan cargo del mantenimiento de la paz... Pero sin la garantía de seguridad de la OTAN para las tropas que despliegue en Ucrania. La brecha entre ambos lados del Atlántico ha crecido significativamente en un fin de semana.

Donald Trump tiene prisa. La Administración estadounidense ha dicho a los funcionarios europeos que espera lograr un alto el fuego en Ucrania para en torno al 20 de abril. En Múnich, la sensación es que ese ritmo es demasiado ambicioso y poco realista. Pero el equipo de Trump está pisando el acelerador para pasar a la siguiente pantalla. Funcionarios estadounidenses y rusos iniciarán consultas seguramente hoy mismo en Arabia Saudí.

El enviado estadounidense para Oriente Próximo, Steve Witkoff, y el asesor de Seguridad Nacional, Mike Waltz, tenían previsto partir rumbo a Arabia Saudí anoche. También acudirá el secretario de Estado, Marco Rubio. No está claro quién compone la avanzadilla rusa. La misión es acordar una fecha para la gran cita —seguramente antes de marzo— en la que Trump quiere asistir como mediador (ya no como aliado de Kiev) entre Vladimir Putin y Volodimir Zelenski. Está por ver que Putin quiera discutir con su homólogo ucraniano, al cual no considera legítimo.

El equipo de Trump está deshaciendo los consensos forjados a raíz de la gran invasión rusa de 2022. El aislamiento de Rusia morirá en las próximas horas. El Kremlin quiere invitar a Trump a Moscú. Y los responsables de Exteriores ruso y estadounidense hablaron el sábado por teléfono. Rusia desveló que durante la conversación salió el tema de las sanciones.

Europa, que ha sufrido los mayores costes por sus sanciones a Rusia al desenchufarse del gas barato ruso, asiste a este deshielo como un convidado de piedra.

Conjura europea en París

Los líderes europeos se reunirán este lunes en París para una cumbre de emergencia sobre la guerra en Ucrania. Con Emmanuel Macron como anfitrión, tratarán de fijar una posición común y la estrategia en el proceso de paz en Ucrania. No sólo está en juego Ucrania, sino para toda la arquitectura de seguridad europea.

El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, será uno de los participantes de la reunión de este lunes por la tarde. A esta cita asistirán los jefes de Gobierno de Alemania (Olaf Scholz, con pocos visos de seguir en el cargo), Italia (Giorgia Meloni), Polonia (Donald Tusk), Países Bajos (Dick Schoof), Dinamarca (Mette Frederiksen) y el primer ministro del Reino Unido (Keir Starmer). Estarán acompañados en la capital francesa por los presidentes del Consejo Europeo, António Costa; de la Comisión, Ursula von der Leyen; y por el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, que está intentando ser un puente entre Bruselas y Washington. El formato restringido de la cita está pensado para ser más ágil y también para dejar fuera a algunos miembros problemáticos como Eslovaquia y Hungría, considerados muy próximos a Vladimir Putin.

Europa afronta su gran crisis de seguridad en su flanco este con su perfil político devaluado. ¿Por qué no tiene sitio la UE en la mesa negociadora? El enviado especial Keith Kellogg dijo que negociaciones anteriores habían fracasado porque habían estado involucradas demasiadas partes. Funcionarios norteamericanos han dicho que Ucrania también ha sido invitada a participar en las negociaciones. Pero el presidente Volodimir Zelenski afirma que no ha recibido ninguna invitación de ese tipo. Mientras Moscú y Washington se acercan, el resto de los implicados queda envuelto en una bruma de incertidumbre.

EEUU pide voluntarios

De la cita de París no saldrá un acuerdo oficial, sino más bien una lluvia de ideas para responder a preguntas que empiezan a llegar de manera acuciante. Estados Unidos está sondeando a sus aliados europeos para saber qué están dispuestos a hacer para proteger a Ucrania. El equipo de Donald Trump quiere saber qué necesitarían de Washington para dar el paso y participar en los acuerdos de seguridad y qué idea tienen de cara a garantías duraderas.

La agencia Reuters ha tenido acceso al documento, que consta de seis puntos. Entre las preguntas: qué países podrían contribuir a las garantías y en concreto qué naciones estarían dispuestas a desplegar tropas en Ucrania como parte de un acuerdo de paz. Otro asunto crucial sobre el que EEUU ha pedido respuestas es el tamaño que debería tener un despliegue militar liderado por Europa. Volodimir Zelenski (que de momento ha rechazado firmar el acuerdo por el que cedía a EEUU la mitad de sus tierras raras aduciendo que no incluía garantías de seguridad) cree que se necesitarían entre 100.000 y 150.000 soldados.

Europa está acostumbrada a ser el copiloto de EEUU en intervenciones armadas. Pero el mantenimiento de la paz en el segundo país más grande del continente sin la presencia de EEUU ni el paraguas de la OTAN puede ser la misión más delicada en la que se han visto los países europeos en mucho tiempo. A día de hoy, la postura de EEUU es tan dura como clara: el secretario de Defensa, Pete Hegseth, ha señalado que "no se desplegarán tropas estadounidenses en Ucrania" y ha apostado por una "sólida supervisión internacional de la línea de contacto", en referencia a la línea del frente, de hasta 1.000 kilómetros de longitud. Esto requeriría un gran despliegue europeo. Un paso de gigante con el viento en contra.