Economía

La voracidad imparable de Hacienda y la sospecha de que el Gobierno se queda sin liquidez

La postura con el SMI y el retraso de las aportaciones a las CCAA abonan la teoría de que hay nervios en Moncloa por el estado de las cuentas

  • Pedro Sánchez y María Jesús Montero, en el Congreso. -

"Las comunidades no estamos para financiar al Gobierno de España, al contrario. Pero bueno, es que esto no es un Gobierno, esto es un desgobierno". Habla alto y claro la consejera de Economía y Hacienda de Andalucía, Carolina España. Transmite sus quejas por el retraso, cada vez más preocupante, de las entregas a cuenta que el Ministerio de Hacienda debe hacer a las autonomías. Corre el calendario sin que el Estado transfiera el dinero. Y aumenta el cabreo de quienes administran los caudales regionales. "Nos están reteniendo el dinero a los andaluces, nuestro dinero para los hospitales, para los colegios, para nuestros mayores", lamentaba España en una reciente entrevista con Vozpópuli.

La demora, para desgracia de todos los consejeros autonómicos de Hacienda, suele ser habitual cuando no hay Presupuestos Generales del Estado. Y en España no los hay desde 2023. Ahora bien, hay una conjunción de elementos que está agitando la sospecha de que el Gobierno afronta estrecheces de liquidez. 

Esa tesis, que ha circulado en determinados círculos económicos, parte, sobre todo, de una incógnita: ¿por qué Hacienda no se puede 'permitir' ahorrarle el 'hachazo' a los beneficiarios de la subida del SMI? Es cierto que hay una clave política (el pulso interno entre Sumar y el PSOE). Pero cuesta entender cómo la coalición ha dejado abierto un frente para que embista la oposición. Este martes, tras la aprobación en el Consejo de Ministros, el PP se apresuró a pregonar qué porción de la subida irá a parar a las arcas del Fisco y no al bolsillo de los trabajadores (cobrarán de media 25 euros más al mes frente a los 50 prometidos).

Algunos cálculos apuntan a que la recaudación rondará los 2.000 millones. Más fondos para Hacienda, que sigue encadenando récords de ingresos. Hasta el pasado noviembre (últimos datos disponibles), había recaudado -precisamente- 2.000 millones más que en todo 2023, a pesar del impacto de la Dana. Otro apunte: a estas alturas, Hacienda sin deflactar la tarifa del IRPF

Las retenciones del SMI elevará el nivel de las arcas estatales, que ya se están beneficiando del retraso de las mencionadas entregas a cuenta a las autonomías. Se trata de la financiación adelantada que reciben por adelanto las autonomías para afrontar sus gastos básicos. Son otros cerca de 2.000 millones con los que puede seguir 'jugando' Hacienda cada mes, hasta que se efectúe el desbloqueo.

Hay otras señales que alientan la teoría de que el Gobierno se está apretando el cinturón. Por ejemplo, han transcurrido 47 días de 2025 y los funcionarios siguen sin noticias sobre la subida salarial de este año. Otro más: los mutualistas están en 'guerra' con Hacienda por la retención de devoluciones del IRPF.

Contención de la prima de riesgo

Por ahora, en el Gobierno se respira tranquilidad. Moncloa exhibe dos indicadores para disipar cualquier sospecha sobre la liquidez. Uno es la contención de la prima de riesgo, que se mantiene por debajo de los 70 puntos, a distancia de la italiana (108) y paralela a la francesa. El otro es el ritmo con el que el Tesoro está colocando la deuda. De hecho, ha elevado en 5.000 millones las emisiones para atraer inversores que 'huyen' de Francia

Fuentes financieras recuerdan, además, que el Tesoro tiene a mano una herramienta fundamental: los fondos europeos. Es un secreto a voces entre los economistas que los remanentes de liquidez que aportan las subvenciones -por el enorme retraso en la ejecución- son utilizadas para afrontar otros gastos.

La posición dura de Hacienda con el SMI o las entregas a cuenta puede obedecer, según otras cuentas, a que Bruselas está elevando la presión para mejorar el equilibrio de las cuentas. Hay un factor evidente que justifica la tensión de la Comisión Europea: la UE está obligada a aumentar con fuerza el gasto en defensa para apaciguar los ánimos en la Casa Blanca.

Este jueves, la OTAN dictó que sus socios, antes del verano, deben gastar en defensa el equivalente al 2% del PIB. Para España supone sacarse de la manga 10.000 millones extra. Aunque la presidenta de la Comisión, Ursula von Der Leyen, se mostró este viernes dispuesta a flexibilizar las reglas fiscales, los países miembros ya asumen que viene una época convulsa. Sobre todo, para los que gobiernos que han dejado engordar el déficit estructural y no han hecho los deberes con el exceso de gasto. La coalición que lidera Pedro Sánchez es un buen ejemplo de ello.

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