Defensa

La OTAN aboca a España a un imposible: 10.000 millones más para Defensa en menos de cuatro meses

La Alianza, bajo el impulso de Trump, exige a los aliados con menor inversión que lleguen al 2% del PIB antes de verano; encrucijada insalvable para España

  • Mark Rutte y Pedro Sánchez, en su reunión en Moncloa -

Las cuentas son claras: España debe incrementar su presupuesto de Defensa en 10.000 millones para llegar al 2% del PIB que exige la OTAN. El Gobierno fija el horizonte en 2029, pero la Alianza no da más de sí ante la creciente presión de Donald Trump y urge a alcanzarlo antes de verano. O lo que es lo mismo, en menos de cuatro meses. Una encrucijada imposible, cuando el debate económico en nuestro país se centra en el Salario Mínimo y en un hipotético bloqueo en las negociaciones de los Presupuestos Generales del Estado.

Alrededor de 10.000 millones de euros es lo que se calcula, en base al Producto Interior Bruto (PIB), que España tendría que incrementar su gasto anual en Defensa antes de verano. Dicho de otra forma: debe incrementar el presupuesto en un 55% en menos de 130 días. Por poner en contexto la cifra, equivale al gasto medio anual que la AIReF estima que ha hecho España de los fondos europeos Next Generation EU, y es más que todo lo que destinan las administraciones públicas a vivienda en un año (7.643 millones de euros en 2023, los últimos datos disponibles). 

Además de la dimensión de la brecha, la situación se afronta con unos presupuestos prorrogados y sin el apoyo parlamentario garantizado para aprobar unos nuevos. Por tanto, el Gobierno tendrá que tomar otra vía para acercarse a los umbrales exigidos por la OTAN. Bruselas podría facilitárselo al levantar la mano con las reglas fiscales, permitiendo un aumento del gasto en Defensa sin que los países tengan que preocuparse por el incremento del déficit público y sin exponerse a sanciones. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, se ha abierto a flexibilizarlas ante el "momento extraordinario" que se vive.

En cuanto a la forma de elevar ese gasto, el Gobierno viene realizando lo que el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, denomina "ingeniería presupuestaria". Esto no es otra cosa que utilizar las ampliaciones de crédito y la reasignación de partidas para adaptar las cuentas a las necesidades financieras del momento. En 2024 las ampliaciones de crédito ya alcanzaron los 50.000 millones de euros, y si se tienen en cuenta también las transferencias entre partidas, las modificaciones totales casi doblaron esa cuantía. Sin embargo, teniendo en cuenta el poco tiempo del que se dispone, el reto es mayúsculo.

De cuatro años... a cuatro meses

El tiempo corre en contra de España, enfrentándose a una meta inalcanzable. El Gobierno de Pedro Sánchez sostiene que alcanzará el 2% en inversión del PIB antes de 2029, tal y como comprometió en la pasada Cumbre de la OTAN celebrada en Madrid. Desde entonces se han hecho esfuerzos presupuestarios para aumentar la partida armamentística, hasta alcanzar el actual 1,29%, algo más de 19.000 millones de euros.

La cifra es notablemente superior a las de años anteriores, teniendo en cuenta que bajo el Gobierno de Mariano Rajoy se tocó fondo, con un 0,89% del PIB en Defensa. Este esfuerzo ha permitido abordar algunos proyectos de renovación armamentística de gran envergadura, tales como nuevas fragatas para la Armada, aviones de combate para el Ejército del Aire y del Espacio -incluido el proyecto del futuro FCAS europeo- o el vehículo 8x8 del Ejército de Tierra, que acumula severos retrasos por parte de la industria nacional.

España, no obstante, se enfrenta a severos desafíos para contentar a sus socios y aliados internacionales. Fuentes del Gobierno desvelaron recientemente a Vozpópuli que manejan varias alternativas para incrementar los fondos de Defensa ante un hipotético bloqueo en la negociación de los Presupuestos Generales del Estado, tal y como auguran algunos de los principales partidos nacionalistas o independentistas, cuyo voto a favor es clave para alcanzar en el Congreso la mayoría requerida.

Pero el principal escollo se centra en el objetivo definitivo de la inversión. El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, ya trasladó a Pedro Sánchez en una visita reciente a la Moncloa la necesidad de incrementar el presupuesto militar lo antes posible. Incluso desde Estados Unidos alimentan la tesis de que Washington no apoyará a los miembros de la organización que no alcancen el 5% del PIB; una cifra muy superior al 3,6% o 3,7% que aborda el propio Rutte.

España se mantiene firme: el 2% en 2029. Pero ese compromiso ya no es válido a ojos de la OTAN. En un mensaje dirigido a los aliados que menos invierten, Mark Rutte instó este jueves desde Bruselas a que “gasten más, y los que no llegan al 2 % (del PIB para gasto en defensa), lleguen este verano”. O lo que es lo mismo, en menos de cuatro meses, cuando llega la época estival. Un ultimátum, a todas luces, imposible de cumplir para el Gobierno de Pedro Sánchez.

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