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Los diplomáticos huyen de Albares: 43 buscan trabajo como embajadores de la UE

Se trata de la cifra más alta de españoles en los quince años del Servicio Europeo de Acción Exterior

Los diplomáticos huyen de Albares: 43 buscan trabajo como embajadores de la UE

José Manuel Albares, ministro de Exteriores. | Foto: Jesús Hellín (EP)

En el Ministerio de Asuntos Exteriores se ha desatado la fiebre por convertirse en embajador de la Unión Europea. El mal clima que se vive en el departamento de José Manuel Albares en las últimas semanas ha llevado a 43 diplomáticos a buscar una salida como embajador en alguna de las 145 oficinas de la Unión Europea repartidas por el mundo.

Se trata de la cifra más alta de españoles en la historia del Servicio Europeo de Acción Exterior (SEAE) fundado hace 15 años y ha provocado que nuestro país lidere este particular ranking por delante de las grandes potencias europeas y el resto de socios comunitarios. Nunca antes había habido tantos candidatos españoles, subrayan fuentes diplomáticas consultadas por THE OBJECTIVE.

El proceso de selección de un embajador de la UE en un determinado país es muy exigente, ya que hay que superar varias pruebas y entrevistas antes de entrar en una terna final o lista corta. La última palabra la tiene la actual alta representante para la Política Exterior y de Seguridad Común, la estonia Kaja Kallas. Son puestos que suelen recaer en veteranos diplomáticos que ya se han bregado como embajadores de sus respectivos países o que han tenido puestos de responsabilidad en los ministerios de Exteriores. De ahí que no sea extraño ver a secretarios de Estado presentándose a estos exámenes para ser embajador europeo.

Algunos de los 43 candidatos españoles ya se han quedado sin opciones de optar a un puesto dentro del SEAE al no superar las primeras pruebas. Ha sido el caso, por ejemplo, de Jorge Moragas, exjefe de Gabinete con Mariano Rajoy y que desde 2017 ha encadenado tres destinos en el extranjero como embajador: primero en la ONU, cuando aún gobernaba el PP, y luego en Filipinas y Tanzania, durante estos casi siete años de Pedro Sánchez en la Moncloa.

Ahora se acerca su relevo y para él es muy difícil optar a una cuarta embajada consecutiva, de ahí que pusiese los ojos en las opciones del servicio exterior europeo. Moragas se presentó a varias vacantes en países iberoamericanos y Pakistán, pero no superó el filtro del panel de selección, encargado de analizar que los candidatos cumplan los requisitos y de hacer una valoración comparativa de los criterios de selección o, en su caso, de los conocimientos y experiencia del candidato.

En su contra pesó el hecho de no haber estado destinado en esas zonas geográficas, por lo que este diplomático próximo al PP se ha tenido que apuntar este año al ‘bombo’, la convocatoria anual de puestos en el extranjero que Exteriores da a conocer en abril con los elegidos para cubrir puestos de cónsul, segundas jefaturas de misión o consejeros culturales. Es decir, destinos con menos pedigrí que ser embajador.

Sin embargo, para muchos damnificados de Albares es la única opción de alejarse de los servicios centrales del ministerio. Así, en la lista provisional de dicho ‘bombo’ han aparecido datos que confirman el malestar que hay dentro de Exteriores. El más llamativo es el número de personas que se han apuntado. Normalmente, cada mes de febrero se suelen presentar entre 200 y 210 diplomáticos a este concurso interno. En 2024 hubo un pico con 330 candidatos tras conocerse la confirmación de Albares como jefe de la diplomacia española en noviembre de 2023. Ahora han pedido irse 266 diplomáticos, entre ellos una decena de subdirectores generales y algún director general -caso de Guillermo Escribano, al frente del área de Español en el mundo-.

En esa larga lista están Juan González-Barba y Guillermo Kirkpatrick, dos de los tres embajadores que han sido destituidos de forma fulminante en las últimas semanas. El primero, por escribir un artículo laudatorio sobre la imagen internacional de Felipe VI tras la polémica de Notre Dame. Y el segundo, por entrevistarse con la presidenta madrileña, Isabel Díaz-Ayuso, sin pedir permiso a sus superiores en el ministerio. El tercer purgado, Alberto Antón, lo fue por quedarse dormido en la última Conferencia de Embajadores y ahora tendrá que volver al ministerio cuando entregue el relevo de la embajada en Bélgica a su sucesor.

Otros que han recibido «la llamada» del subsecretario, Xavier Martí, con la orden de dejar sus respectivos puestos de embajador han sido Raimundo Robredo y Victoria González Román, que llevaban tres años como embajadores respectivamente en Sudáfrica y Dinamarca, dos destinos en que habitualmente se solía permanecer cuatro. Esta última está casada con Francisco Javier Sanabria, que decidió estar junto a su esposa durante la última visita de Estado de los Reyes al país nórdico en agosto de 2023. Una decisión que no sentó bien a Albares, según desveló recientemente El Confidencial Digital, y que estaría detrás de la inesperada sustitución de González Román hace unos meses. Tanto Robredo como este matrimonio de diplomáticos se han apuntado al ‘bombo’.

En la lista también aparecen los embajadores en Kenia y Gabón, Cristina Díaz y Ramón Molina, un indicio de que ya saben que serán relevados de sus respectivos destinos. Igualmente, ha pedido salir Raúl Fuentes, marido de Belén Martínez Carbonell, la nueva secretaria general del SEAE que ha provocado el primer choque entre Albares y Kallas, como desveló THE OBJECTIVE.

Fuentes estuvo de número dos de la Representación Permanente española entre febrero de 2020 y julio de 2024, casi todo el tiempo a las órdenes de Marcos Alonso. Este último llegó a Bruselas en julio de 2021 en uno de los primeros nombramientos de Albares. Sin embargo, el primero no ha sido un diplomático del agrado del ministro, advierten las citadas fuentes. Salió de la Reper española en julio del año pasado tras una exigente presidencia española de la UE en el último semestre de 2023, en la que cargó sobre sus hombros buena parte de las negociaciones con el Parlamento Europeo en asuntos que requieren la unanimidad de las instituciones comunitarias.

Con la miel en los labios

Antes de abandonar Bruselas, intentó optar al puesto de embajador de la UE en Túnez, pero finalmente se quedó con la miel en los labios, ya que llegó a la terna final. Así que tras el fiasco de Túnez, Fuentes tuvo que pedir a Exteriores el reingreso en la Carrera Diplomática. Desde entonces, ha estado «apartado» en un despacho del ministerio sin ningún cometido concreto.

De ahí que cuando Albares se enteró hace unos meses de la candidatura de Martínez, intentó convencer a Kallas de que la mejor opción era Alonso, a quien intentó promocionar por todos los medios. Pese a la insistencia del jefe de la diplomacia, la ex primera ministra estonia se resistió a los deseos del ministro y le instó a presentar la candidatura del embajador español. Así fue al final, pero Martínez Carbonell quedó muy por delante de Alonso -quien no superó el filtro inicial del panel- y del resto de candidatos en las pruebas para acceder al cargo.

Otra diplomática ‘castigada’ por Albares ha sido Raquel Gómez-Cambronero, directora general de Europa Occidental, Central y Sudeste de Europa entre 2021 y 2024, tiempo en el que consiguió ser una responsable «muy respetada» entre los embajadores europeos acreditados en Madrid. Fue destituida el pasado 2 de julio, a pesar de que su deseo era seguir en el cargo, y se tuvo que ir a una vacante de inferior categoría -concretamente a un puesto de la Dirección General de Españoles en el Exterior y de Asuntos Consulares- «para no quedarse haciendo pasillos». Seis meses después busca una salida en el extranjero que la aleje de Albares.

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