El BdE teme que la crispación afecte al nombramiento del nuevo gobernador

La decisión de Pedro Sánchez de continuar al frente del Ejecutivo tiene una primera consecuencia en el plano institucional. La Moncloa, de esta manera, asegura que la inminente renovación de algunos cargos, como el de gobernador del Banco de España o presidente de la CNMV, seguirá siendo una responsabilidad de este Gobierno. No hubiera sucedido lo mismo en caso de haber salido adelante una de las opciones que se han barajado en los últimos días: la dimisión de Sánchez.

La ley de Gobierno, de 1997, establece en concreto, así lo hace en el artículo 21, que el Ejecutivo cesa tras la celebración de elecciones generales, en los casos de pérdida de confianza parlamentaria previstos en la Constitución, o por dimisión o fallecimiento de su presidente. Es decir, que una renuncia hubiera provocado de forma automática que el Gobierno pasase a estar en funciones, lo que en la práctica le hubiera atado de pies y manos para renovar órganos tan relevantes.

La norma, en concreto, establece que el Gobierno en funciones se limitará a facilitar el normal desarrollo del proceso de formación del nuevo Ejecutivo y el traspaso de poderes al mismo. Además, precisa, "limitará su gestión al despacho ordinario de los asuntos públicos, absteniéndose de adoptar, salvo casos de urgencia debidamente acreditados o por razones de interés general cuya acreditación expresa así lo justifique, cualesquiera otras medidas". Y ni que decir tiene que nombrar gobernador o el presidente de la CNMV excede de largo ese mandato.

El nombramiento de Pablo Hernández de Cos al frente del Banco de España fue publicado en el BOE el 30 de mayo de 2018, con un mandato de seis años improrrogables, lo que significa que vence dentro de un mes escaso. El Gobierno, igualmente, dentro de pocos meses, debe sustituir a la actual subgobernadora, Margarita Delgado, cuyo mandato vence el 3 de agosto. En ambos casos se da la misma circunstancia, su mandato no solo es improrrogable, sino que, además, Hernández de Cos y Delgado cesan automáticamente una vez cumplidos los seis años. No es, por lo tanto, como en el poder judicial, donde los vocales no cesan hasta que sean elegidos nuevos miembros.

Una situación inédita

Esto significa, ni más ni menos, que no pueden estar un día más en el cargo, lo que hubiera supuesto, en caso de que hubiera cesado el Gobierno, que la actual subgobernadora hubiera sido nombrada gobernadora de forma provisional. Ahora bien, a partir del 3 de agosto, si continuara el Gobierno en funciones, el Banco de España se hubiera quedado acéfalo, sin sus dos máximos directivos. Se hubiera tratado, como es evidente, de una situación inédita.

En el banco central no solo importa la interinidad que hubiera supuesto el cese del Gobierno actual, sino también el clima de crispación que se ha instalado en la política española. De ahí que, según fuentes autorizadas, el entorno del gobernador se haya movido para intentar que la renovación, dada la trascendencia que tiene el banco central sobre el sistema financiero, se haga en un clima de consenso, como históricamente ha sucedido salvo algún episodio aislado, como se produjo con el nombramiento de Miguel Ángel Fernández Ordóñez, cuando el subgobernador no fue propuesto por la oposición.

No solo importa la interinidad que hubiera supuesto el cese del Gobierno actual, sino también el clima de crispación

En esas charlas del entorno del gobernador con los dirigentes del Partido Popular (PP) y del Gobierno, como es lógico, no han salido nombres, pero sí el mensaje inequívoco de que se mantenga la filosofía del actual mandato que ahora expira: al gobernador lo elige el Gobierno y al subgobernador el principal partido de la oposición, pero en ambas casos, en línea con lo que establece la ley de autonomía del banco central, manteniendo la independencia respecto de sus respectivos promotores.

Puentes rotos

A menos de un mes de que expire el mandato de Hernández de Cos, sin embargo, lo cierto es que los puentes están rotos y, por el momento, no hay pacto a la vista. Hace seis años, el Gobierno de Mariano Rajoy, en aquel momento a través del ministro de Economía, Román Escolano, hizo la propuesta a principios de abril, es decir, casi dos meses antes de que se produjera el nombramiento, pero ahora todo va tarde respecto de aquel calendario. El ministro Carlos Cuerpo, que se sepa, todavía no ha hecho ninguna propuesta formal, probablemente porque en este clima político la posibilidad de acuerdo con el PP es reducida.

El actual gobernador ya tuvo el año pasado una mala experiencia con la renovación de tres de los miembros del Consejo de Gobierno, alrededor de los cuales se creó una formidable polémica sobre su idoneidad e independencia del poder ejecutivo. Ahora, lo que se pretende es que el clima de crispación no se traslade al Banco de España en la figura de sus dos máximos representantes.

El actual gobernador ya tuvo el año pasado una mala experiencia con la renovación de tres de los miembros del Consejo de Gobierno

El actual gobernador, en una comparecencia celebrada en diciembre de 2020 en el Congreso sobre la independencia de los órganos supervisores, ya advirtió que dentro de la noción general de la calidad de las instituciones, "se ha demostrado que los organismos independientes, sobre los que los Gobiernos carecen de competencias de control y dirección, son particularmente importantes para alcanzar determinadas metas". Y en este sentido, Hernández de Cos reclamó la conveniencia de "otorgar una mayor relevancia al Parlamento en el nombramiento del gobernador, el subgobernador y los miembros no natos del Consejo de Gobierno, asegurando siempre que el proceso sea ágil y garantizando que no haya vacíos en el ejercicio de los cargos".